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Guerra Declarada
El dÃa libre de Harry Potter

By Jeconais

De: Siri

Para: Remi

Asunto: Snape

A lo mejor él no es tan mala persona. Le gusta el popcorn.

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jau

De: El hombre lobo incrédulo

Para: El perro sato masticando

Asunto: Re: Snape

SÃ claro, ahora el popcorn se usa para juzgar a una persona, ¿no?

Yo estaba mas interesado en la profecÃa de anoche que en tu relaciÃ³n con Snape. Y llamarlo Snape es mucho mas fÃ¡cil de leer que Snivellus.

¿Ya entendiste lo que significa la profecÃa, verdad?

De: Ya has usado ese insulto

Para: El que tiene mala memoria

Asunto: Re: Re: Snape

Te admito que es mÃ¡s fÃ¡cil de escribir.

¿La profecÃa? SÃ: Harry se enfrenta a Voldemort, Harry gana, Harry y Ginny se casan y yo obtengo un chorro de nuevos Potter para corromper.

Canuto

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jau

De: El olvidadizo

Para: El olvidado

Asunto: Re: Re: Re: Snape

Moviéndose rÃ¡pido.

En cuanto a la profecÃa, significa que Harry es el ÃšNICO que puede matar a Voldemort. No importa lo que hagamos, no podremos evitar que Harry tenga que quitar una vida.

Remus suspirando

De: El abochornado

Para: El educado

Asunto: Re: Re: Re: Re: Snape

MaldiciÃ³n.

MaldiciÃ³n, maldiciÃ³n, maldiciÃ³n, maldiciÃ³n.

¡MaldiciÃ³n!

Siri

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maldiciÃ³n

De: El entretenido

Para: El que entretiene

Asunto: Re[muchos]: Snape

Exactamente lo que siento yo. Bueno, imagino que lo que nos queda es asegurarnos de estar ahÃ para el chiquillo. Hablar con Ginny serÃa buena idea. Estoy seguro que ella sabe lo que estÃ¡ pasando.

Hablando de ella, lo que hizo anoche estuvo fenomenal. Hasta se me pararon los pelos cuando ella flotÃ³ y hablÃ³ con esa voz de trueno. Claro estÃ¡, me di cuenta de que Fred y George la ayudaron con los hechizos, pero como sea…

De: El que se pierde los detalles

Para: El que se fija en los detalles

Asunto: Re: Re[muchos]: Snape

De hecho, fue esa pequeÃ±a interpretaciÃ³n lo que me puso al tanto. Ver a Harry ahÃ parado, tan maduro, tomando el mando de la orden, bueno, digamos que me entristecÃ un poco.

No lo estoy comparando con James otra vez., pero anoche, no pude evitar pensar en qué hubiese pasado si James estuviera vivo, él serÃa el cabecilla de la orden, no Harry. James estaba destinado para cosas grandes y Voldemort lo asesinÃ³.

Sirius.

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moviendo el rabito

De: Remus

Para: Sirius

Asunto: James

Se lo que quieres decir, especialmente en esa luz tenue de anoche. Pudo haber sido James, y Ginny pudo haber sido Lily, pero la ilusiÃ³n fue solo por un segundo. Con todo y lo que lo apreciaba, no creo que James hubiese terminado como el cabecilla. ¿No has notado que Harry y Dumbledore comparten algo profundo con su magia y James, con todo y lo poderoso que era, no la tenÃa?

LunÃ¡tico

De: No nos pongamos serios

Para: El otro merodeador

Asunto: Re: James

PodrÃas tener razÃ³n. Pero como sea, no nos metamos tan a fondo. Anoche descubrimos que hay esperanza, descubrimos que Harry puede ser un lÃder. Yo lo sigo al infierno y a donde sea, y descubrimos también que cuando escoge amigos, escoge los mejores.

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Viste, no mÃ¡s bromitas de Sirius

De: Incrédulo

Para: Canuto

Asunto: Bromitas

¿De veras?

Entonces significa que Harry logrÃ³ lo imposible…

¿DeberÃa seÃ±alarte que el forzarte a echar de lado tu enemistad con Severus no era la broma pesada que tenÃa en mente para ti?

¿Quieres enviarle mensaje mÃ¡gico para reunirnos maÃ±ana con él?

LunÃ¡tico

De: Incrédulo también

Para: Aquel-que-sabe-mucho

Asunto: Re: Bromitas

Okey, ahora estoy gruÃ±endo.

SÃ, yo le escribo.

El dÃa que estaba tan bonito...

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de pucheritos

De: TÃo Sirius

Para: Harry

Asunto: MaÃ±ana

Harry, mi viejo,

Espero que hayas pasado un bonito dÃa, y no me refiero a estar besuqueando a Ginny.

De todos modos, Remus y yo pensamos que nos tirarÃamos para allÃ¡ maÃ±ana y acompaÃ±arlos a cenar a ti y a Ginny.

Y, si prometo sobre la tumba de LunÃ¡tico nunca tirarme otra bromita de Sirius/serio, ¿te olvidas de la broma pesada?

Canuto el adorable

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Jau esperanzado

De: Fred (o es George)

Para: El Chico-Que-Besuquea-A-Nuestra-Hermana

Asunto: CMOdBeH

Harry, cuando tengas un segundo, podrÃas pasar por la tienda, necesitamos darte una actualizaciÃ³n sobre nuestro progreso.

George (o es Fred)

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Sortilegios Weasley — Muy pronto en el CallejÃ³n Diagon.

Minerva McGonagall tomÃ³ su taza de té y contemplÃ³ el Gran SalÃ³n frente de ella. Como siempre, sus ojos se posaron en la mesa de Gryffindor. Hermione, Ron y Ginny estaban sumergidos en su conversaciÃ³n, mientras los chicos alrededor hablaban en voz baja, tratando de no interferir.

Era obvio al mirarlos que ellos tres eran, cuando Harry no estaba alrededor, los portavoces del muchacho. Hasta los del séptimo aÃ±o les echaban el ojo de cuando en cuando, asegurÃ¡ndose de que su atenciÃ³n no hacÃa falta.

La profesora bajÃ³ la taza y moviÃ³ los ojos hacia la mesa de Hufflepuff, cuando un grito que por poco le parte el alma se escuchÃ³ por todo el lugar. Los ojos de McGonagall volvieron a la fuente del sonido: Ginny Weasley. La profesora vio con horror como la muchacha se agarraba el collar antes de desmayarse.

El grito hizo eco por todo el lugar, imprimiéndose en el cerebro de Minerva de una forma que nunca podrÃa olvidar. ParecÃa que alguien le acababa de arrancar el corazÃ³n.

McGonagall se volteÃ³ hacia Dumbledore para verlo aparecerse al lado de la muchacha. McGonagall no estaba segura como el anciano profesor se habÃa movido tan rÃ¡pido y se preguntÃ³ vagamente si era similar a la forma sÃºbita de moverse de Harry que Ginny habÃa descrito.

Albus se inclinÃ³ y luego se volteÃ³. Un fuego aparecÃa al frente de sÃ y con voz grave llamÃ³. — ¡Aberforth Dumbledore!

— ¿Albus? — otra cara apareciÃ³ en el fuego, con obvia resemblanza familiar.

— ¿Esos collares que les diste a Harry y a Ginny, que es lo que hacen? — demandÃ³ Albus, poder y preocupaciÃ³n emanando a la vez de su persona.

— Los enlaza a los dos a un nivel mÃ¡gico. ¿Por qué?

— Ginny se acaba de desmayar después de gritar y agarrarse el collar.

La cabeza en el fuego pausÃ³ por un segundo para luego ponerse pÃ¡lida. — Encuentra a Harry. Ahora. Yo voy de camino.

Albus se volteÃ³, el fuego detrÃ¡s de él apagÃ¡ndose, y Minerva, acompaÃ±ada de otros miembros del personal, se le uniÃ³ en el suelo. Madame Pomfrey estaba ya de rodillas al lado de la muchacha, chequeÃ¡ndola, con Hermione a su lado actuando como enfermera.

— Harry estÃ¡ en Hogwarts. — dijo Dumbledore con voz que no admitÃa disputa. — Desafortunadamente, no se donde.

— Quiero que esta escuela se investigue de arriba a abajo. Prefectos… — la voz de Albus se apagÃ³ un poco cuando se volteÃ³ hacia Hermione. — ¿Qué se me ha olvidado? — preguntÃ³ con un suspiro.

Hermione, quien habÃa estado mirando al profesor con confusiÃ³n en la cara, juntÃ³ las manos de repente. — Dobby.

— ¿SÃ, Srta. Grangy? — preguntÃ³ Dobby el elfo, apareciendo con un pop.

— Escucha con cuidado, Dobby. — Hermione dijo, todavÃa de rodillas. — Creemos que Harry estÃ¡ en lÃos. Sabemos que estÃ¡ en la escuela, pero no sabemos donde. Nos urge encontrarlo.

Los ojos de Dobby se agrandaron y una expresiÃ³n de horror apareciÃ³ en su rostro. El elfo se volteÃ³ y aplaudiÃ³ con las manos con urgencia. Dos docenas de elfos aparecieron en una serie de pops rÃ¡pidos.

— Harry Potter seÃ±or estÃ¡ en problemas. — Dobby dijo con voz firme. — ¡Encuentren a Harry Potter seÃ±or ahora y repÃ³rtense de vuelta a Dobby!

Los elfos domésticos asintieron a la vez a Dobby y se desvanecieron con un pop.

— Los elfos encontrar rÃ¡pido a Harry Potter. — dijo Dobby. — Dobby buscarÃ¡ también. — y con eso, el elfo se desvaneciÃ³.

— ¿Hermione no te hace sentir inferior a veces? — preguntÃ³ McGonagall a la profesora Sprout con un susurro.

— Todo el tiempo.

— Gracias a MerlÃn. — replicÃ³ McGonagall con alivio. — Pensaba que era solo yo la que pensaba asÃ.

— Los elfos han encontrado a Harry Potter, seÃ±or. — dijo Dobby, apareciendo con un pop en el SalÃ³n. — Inconsciente en el sÃ³tano de Severus Snape. El profesor Snape estÃ¡ abajo también.

— Gracias, Dobby. — dijo Dumbledore.

Hermione y Ron no esperaron. Los dos ya andaban corriendo por la puerta, dirigiéndose hacia la habitaciÃ³n del profesor Snape cerca de la sala comÃºn de Slytherin.

Minerva verificÃ³ que a Ginny la estuviesen atendiendo y empezÃ³ a seguir a los dos jÃ³venes cuando se dio cuenta de que podÃa simplemente aparecerse hacia allÃ¡. Ella tratÃ³, se desvaneciÃ³ y reapareciÃ³ frente a la puerta de Snape. Albus apareciÃ³ un segundo mas tarde.

— Todos los alojamientos de los profesores tienen barreras protectoras. — Dumbledore explicÃ³ cuando Ron y Hermione se aparecieron sin aliento. — Puedo entrar pero no los puedo sacar sin abrir la puerta.

— ¿Y que espera entonces? — preguntÃ³ Ron.

Dumbledore frunciÃ³ el ceÃ±o levemente. — Tengo problemas abriendo la puerta de Severus. — admitiÃ³ un poco abochornado.

Dumbledore silbÃ³ a la puerta y esperÃ³. Suspirando, intentÃ³ otra vez.

— ¿Es en lengua pÃ¡rsel? — preguntÃ³ Hermione.

Dumbledore asintiÃ³ y tratÃ³ una tercera vez.

— Los alojamientos de los profesores son los mÃ¡s seguros del castillo. — McGonagall explicÃ³ calladamente. — Tienen que ser asÃ para mantener a los bromistas afuera.

Con otro intento, la puerta se abriÃ³ y Albus corriÃ³ adentro.

Harry y Severus estaban en el suelo completamente inertes.

Hermione se dirigiÃ³ hacia Harry y con mano temblorosa le tocÃ³ el cuello. — Hay pulso. — susurrÃ³ ella, cerrando los ojos con alivio. — Es débil, pero estÃ¡ ahÃ.

— Bien. — dijo Dumbledore agarrando a Severus. — Min, agarra a Harry y Aparécete con él en la enfermerÃa.

— Los veremos allÃ¡. — dijo Hermione. — Vamos, Ron.

Los dos estudiantes salieron corriendo del cuarto mientras Minerva movÃa la varita, levitando a Harry afuera del cuarto.

Albus la siguiÃ³, pero sin usar su varita.

Tan pronto estuvo fuera de las barreras, McGonagall colocÃ³ los brazos alrededor del muchacho y respirÃ³ profundo. Nunca habÃa sido buena en ApariciÃ³n doble. McGonagall cerrÃ³ los ojos y los empujÃ³ a los dos a su destino.

Los dos llegaron un segundo mas tarde con un pop.

— Ponlo aquÃ, Min. — ordenÃ³ Pomfrey, apuntando a la cama al lado de donde estaba ya Ginny acostada.

— ¿CÃ³mo estÃ¡ ella?

— Inconsciente, pero en buen estado. Ponga a Snape al lado de Harry, Albus.

— ¿Que puede decirnos? — preguntÃ³ Albus.

— Shh. — la enfermera dijo, lanzando hechizos. — Hermione. — dijo ella tan pronto la muchacha apareciÃ³ por la puerta. — ¿Te puedes encargar de Ginny?

Hermione asintiÃ³, y Minerva se saliÃ³ del medio mientras la bruja mÃ¡s joven se encargaba de lanzarle hechizos para vigilar a la otra muchacha.

— ¿Qué fue lo que sucediÃ³? — preguntÃ³ Ron, con voz llena de preocupaciÃ³n.

— No lo sabemos aun, Ron. — dijo Albus con un suspiro. — Voy a ir a asegurarles al resto de los estudiantes de que Harry estÃ¡ vivo. ¿Min, presumo que te quedas?

— Seguro.

McGonagall vio como Albus se iba de la enfermerÃa, para luego sentarse fuera del medio. Ella se sorprendiÃ³ un poco cuando Ron se le uniÃ³ segundos mas tardes.

— Me siento tan impotente. — susurrÃ³ Ron.

— Entiendo, Sr. Weasley. — respondiÃ³ Minerva de forma suave.

— Ã‰l es Harry, ¿sabe? Ã‰l es el héroe. No se supone que pase la mitad del tiempo inconsciente. Y mi hermana, se supone que sea feliz con él, no llorando a lÃ¡grima viva todo el tiempo. Me asusta, sabe, que estén tan cercanos, cuando son tan vulnerables el uno con el otro.

— Parece que por fin aceptÃ³ la relaciÃ³n de ellos. — McGonagall dijo con gentileza. Ron nunca se habÃa abierto asÃ con ella y estaba curiosa de ver si podÃa encontrar algo mÃ¡s profundo que la pinta de Gryffindor que era mas obvia en el pelirrojo.

— Una vez salÃ de la reacciÃ³n de sorpresa. Tiene sentido, los dos han pasado por muchas cosas, como el ser poseÃdos por Voldemort. Cuando tomé el tiempo de observarlos a los dos, son diferentes cuando estÃ¡n juntos. Ã‰l pierde esa desconfianza y distancia y sonrÃe mÃ¡s. Ella es la misma, es como si por fin hubiese encontrado la paz que ha estado buscando desde su primer aÃ±o.

— Usted dijo Voldemort.

— SÃ lo dije. — respondiÃ³ Ron. — Ã‰l es el responsable por todo. Es su culpa que mi mejor amigo esté inconsciente de nuevo; es su culpa que mi hermana esté ahÃ como un cadÃ¡ver.

— ¿CÃ³mo sabe eso?

— Porque nadie mÃ¡s puede tocar a Harry.

— Pudo haber sido algo con el profesor Snape. — ella sabÃa que no, pero querÃa ver como el muchacho responderÃa.

Ron suspirÃ³ y se volteÃ³ para mirarla directamente. — No, no es eso. Harry confÃa en el profesor y eso es suficiente para mÃ.

— ¿Lo es?

— Lo es ahora. No voy a dudar mÃ¡s de él. He estado en la oscuridad y no quiero volver allÃ.

— Eso suena como si ya estuviera creciendo.

— Estoy tratando. — dijo Ron con otro suspiro. - ¿Sabe que el partido de Quidditch ya no importa? No vamos a hacerlos romper si les ganamos.

— Parece muy confiado en que va a ganar.

Ron rio suavemente y mirÃ³ alrededor. — No lo estoy. — admitiÃ³. — En lo absoluto. Este aÃ±o especialmente con Harry planeando todo adelantado y pensando en todo. Ã‰l no se pondrÃa en una situaciÃ³n en la que podrÃa perder. Al menos no con un plan alterno.

McGonagall sonriÃ³ y asintiÃ³ lentamente.

Los dos levantaron la mirada cuando Hermione dijo. — Se estÃ¡ despertando.

La puerta de la enfermerÃa se abriÃ³ y Aberforth Dumbledore entrÃ³, ligeramente sin aliento. — Es en momentos como este cuando desearÃa tener la agilidad del joven Potter. — dijo quejÃ¡ndose. - ¿Qué tenemos aquÃ?

— No tengo la mÃ¡s mÃnima idea de que les pasa al Sr. Potter y a Severus. — dijo Madame Pomfrey con un suspiro. — Los dos estÃ¡n vivos, pero no logro hacerlos reaccionar a nada. Y Ginny estÃ¡ despertÃ¡ndose.

Abe asintiÃ³ y se moviÃ³ al lado de la pÃ¡lida muchacha.

Ginny abriÃ³ los ojos y gimiÃ³. — ¡Harry! — antes de romper en llanto histérico.

Al lado de Minerva, Ron se moviÃ³ y pasando por el lado del anciano mago, se acercÃ³ y abrazÃ³ a su hermana fuertemente. — No te preocupes, Ginny. EstÃ¡ vivo. — dijo asegurÃ¡ndola.

Ginny se quedÃ³ helada y luego se echÃ³ para atrÃ¡s para poder mirar a su hermano. - ¿Vivo? — susurrÃ³ ella, con lagrimas bajÃ¡ndole por el rostro.

— Mira por ti misma. — dijo Ron seÃ±alando para el lado.

Ginny se levantÃ³ de un salto y se tambaleÃ³ hasta la cama de Harry, observando por sÃ misma que el joven estaba respirando.

— No sabemos que le pasa. — dijo Ron suavemente, moviéndose al lado de ella y colocando una mano sobre el hombro de ella.

— No lo puedo sentir. — Ginny dijo, bajando la cabeza hasta que estaba sobre el pecho de Harry. — Ya no estÃ¡ aquÃ.

— TodavÃa hay esperanza, Ginny. — dijo Aberforth suavemente. — TodavÃa respira.

— Pero no estÃ¡.

— ¿Quieres decir que no lo puedes sentir mÃ¡s?

Ginny asintiÃ³ levemente. — Desde que usted nos dio estos collares, siempre puedo sentirlo, ¿sabe? Siempre estaba ahÃ en mi mente, aspa que apenas lo sentÃa. Entonces, de repente se fue. — Su voz se iba poniendo mÃ¡s y mÃ¡s alta segÃºn sus emociones salÃan a flote. - ¡Y ya no estaba ahÃ! ¡Ya no lo podÃa sentir mÃ¡s!

— Duérmete. — Abe dijo suavemente, colocando una mano sobre la frente de la muchacha. Ginny cayÃ³ dormida en la cama sin hacer ruido.

Abe caminÃ³ hacia Harry y puso su mano sobre la frente del joven. — Su mente estÃ¡ ahÃ. — dijo lentamente. — Eso es buena seÃ±al.

— ¿Alguna idea de porque estÃ¡ inconsciente? — preguntÃ³ Hermione.

— No tengo la mÃ¡s mÃnima idea. — suspirÃ³ Abe. — ¿Alguien sabe lo que estaban haciendo?

— Ni idea. Sabemos que Snape querÃa hablar con Harry sobre algo, pero no sabemos de que. Harry se iba a reunir con nosotros mas tarde.

— Pues bien. — dijo Abe lentamente. — Lo Ãºnico que nos queda entonces es esperar. — dijo mientras distraÃdamente conjuraba una silla cÃ³moda y se sentaba sobre ella.

De: Remus

Para: Sirius

Asunto: ¿DÃ³nde demonios estÃ¡s?

Hay una emergencia. ¿Donde demonios estÃ¡s?

De: Sirius

Para: Remus

Asunto: Re: ¿DÃ³nde demonios estoy?

Londres. Te veo en La Casa de los Gritos.

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gruÃ±endo

De: Fred

Para: George

Asunto: MaldiciÃ³n

Bueno, mi viejo. ¿Imagino que ya te enteraste?

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Sortilegios Weasley — Muy pronto en el CallejÃ³n Diagon

De: George

Para: Fred

Asunto: Re: MaldiciÃ³n

Me enteré, sÃ. Yo sinceramente espero que se encuentre el porque estÃ¡ malo. Y rÃ¡pido.

¿Piensas que deberÃamos atrasar los planes de la cerveza de mantequilla?

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Sortilegios Weasley — Muy pronto en el CallejÃ³n Diagon

De: Freddie

Para: Georgie

Asunto: Planes

Creo que no, no hay razÃ³n para posponerlo. A Harry no le gustarÃa que lo hiciéramos, y hay que asumir que él saldrÃ¡ de esta.

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Sortilegios Weasley — Muy pronto en el CallejÃ³n Diagon

De: George P Bestiasalvajus (1)

Para: Frederick Von Sexjaimer

Asunto: Re: Planes

¿Y si no la hace?

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Sortilegios Weasley — Muy pronto en el CallejÃ³n Diagon

De: BarÃ³n Von Sexjaimer

Para: Conde de Bestiasalvajus

Asunto: Si no la hace…

Entonces desempolvamos el viejo plan y nos encargamos de todo por nuestra cuenta.

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Sortilegios Weasley — Muy pronto en el CallejÃ³n Diagon

De: Un poco nervioso

Para: El bravucÃ³n

Asunto: Encargarnos de todo

Bueno, pienso que tienes razÃ³n. La profecÃa dice que a lo mejor Harry es el que puede matarlo, pero no creo que sea del todo verdad. No hay problema que unas cuantas libras de explosivos no arregle.

AsÃ que, usarÃamos el hechizo que convierte nuestra sangre en nitroglicerina, nos "atrapan" los mortÃfagos, nos llevan a donde Voldemort para interrogatorio, nos prendemos la mecha, nos llevamos a cuantos sea posible, y dejamos una monstruosa columna de humo y fuego como nuestro epitafio.

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Sortilegios Weasley — Muy pronto en el CallejÃ³n Diagon

De: No eres el Ãºnico

Para: La Ãºnica persona con quien harÃa algo asÃ

Asunto: Mejoras

Okey, el plan era bueno el aÃ±o pasado, pero ahora estamos mejor. Vamos a meterles unas cuantas mejoras. Tiene que haber una forma en la que se pueda usar esto para promover a SW. Obviamente le dejarÃamos la tienda a las muchachas, pero hay que estar seguros de que no les faltarÃ¡ nada de por vida.

QuizÃ¡s le podrÃamos aÃ±adir par de cargas para cuando explote la cosa tenemos un enorme anuncio que diga "Esta aniquilaciÃ³n de mortÃfagos es cortesÃa de Sortilegios Weasley."

¿Qué crees tÃº?

Fred.

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Sortilegios Weasley — Muy pronto en el CallejÃ³n Diagon

De: Co-genio

Para: Co-genio

Asunto: Re: Mejoras

Tremenda idea. No serÃa tan difÃcil. Si atÃ¡ramos las explosiones a nuestro nÃºcleo mÃ¡gico serÃamos capaces de armar la grande, ya que como sea estarÃamos muriendo. Rayos y centellas serÃa un buen detalle, en honor a Harry.

Pero como sea, yo todavÃa espero que no lleguemos a esa, que Harry se recupere, se case con Ginny y nos provea con una nueva prole de chiquillos poderosos a los cuales corromper.

George.

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Sortilegios Weasley — Muy pronto en el CallejÃ³n Diagon

De: Admirado

Para: Inspirador

Asunto: chiquillos

Excelente idea. Los hijos de dos de las personas mÃ¡s poderosas que conocemos deben de salir igual de poderosos. Piensa en todas las bromas que les podemos enseÃ±ar.

Nos va tomar algo de trabajo, pero si mostramos algo de madurez frente a Harry y a Ginny, podemos persuadirlos de que nos dejen ser niÃ±eras. Una vez nos dejen, entonces les enseÃ±amos a los chiquitos desde temprano, amoldar esas mentes jÃ³venes dentro del marco perfecto para que prosigan con la tradiciÃ³n Weasley.

Ya tengo ideas para la clase de bromitas que un chiquillo de tres aÃ±os puede hacer. Deja ver que mÃ¡s me invento.

Frederick Von Sexjaimer

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Sortilegios Weasley — Muy pronto en el CallejÃ³n Diagon

De: Dama Nocturna

Para: Cuidador de serpientes

Asunto: Voldemort

Snape,

No se que fue lo que hizo Potter anoche, pero Voldemort estÃ¡ de malas. Casi parece un espectro. Todo lo que Lucius me dijo fue que se la pasÃ³ gritando ' ¡Potter!’ antes de que colapsara.

Sabes, por primera vez en muchos aÃ±os me siento entusiasmada por algo.

Bella.

De: Pansy Parkinson

Para: MamÃ¡

Asunto: Noticias

Tengo que hacer esto rÃ¡pido... Acabo de escuchar a Dean Thomas hablar… Parece que el primo de Potter estÃ¡ saliendo con la hermana muggle de Thomas y que los dos viven en un sitio llamado Little Whinging. Si nuestro SeÃ±or los capturara, entonces Potter irÃa de rodillas hacia él. TÃº sabes como son los Gryffindors.

Pansy

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La pureza es verdadera

— Desmaius. — Parvati Patil, Padma Patil, Luna Lovegood, Blaise Zabini, Lavender Brown y Susan Bones dijeron a la vez.

Pansy apenas pudo decir un 'ay’ antes de salir volando contra la pared y colapsar inconsciente.

— Vamos. — dijo Blaise con alegrÃa. — Tenemos que sacarla de aquÃ antes de que alguien nos vea.

— ¿Importa? — preguntÃ³ Lavender. — Quiero decir, todos saben que estamos haciendo esto por Harry y de que ella es una morti-morona.

Blaise pausÃ³ y luego sonriÃ³ con algo de bochorno. — Lo siento. — dijo disculpÃ¡ndose. — Es un hÃ¡bito de Slytherin. Si vas a hacer algo, lo haces a escondidas.

Padma lanzÃ³ un hechizo para levitar a la muchacha que estaba tirada. — Pues bien, llevémosla a la Torre de AstronomÃa.

Las seis chicas rodearon a la otra inconsciente y la escoltaron por la escuela. Los pocos estudiantes que las vieron instantÃ¡neamente decidieron que no querÃan ni necesitaban saber lo que estaba pasando y se escurrieron del lugar, los ojos mirando para el techo o el suelo mientras se alejaban.

Arriba en el techo, las muchachas ataron a Pansy a un marco hecho a la ligera, para que se viera que ella estaba mirando por encima del parapeto y colocaron la varita de Pansy fuera de su alcance.

— Enervate. — dijo Blaise, lanzando el hechizo a Pansy.

— ¿Qué…? — gimiÃ³ Pansy, antes de alzar la Mirada.

— Hola, Pansy. — dijo Blaise. — Nos hemos dado cuenta de que te has portado muy mal, y nosotras no queremos chicas malas interfiriendo en las cosas que no les importa.

— ¿De que demonios estÃ¡s hablando Zabini? — demandÃ³ Pansy poniéndose pÃ¡lida.

Padma se le acercÃ³ y le dio senda cachetada a la chica atada que le virÃ³ la cara de lado. — Sin hablar feo. — dijo calmadamente.

Pansy sacÃ³ la lengua, probando la sangre que le saliÃ³ de la nariz. — Me pegaste. — dijo con shock en la voz.

— Eso hice. — asintiÃ³ Padma. — Eres basura. Eres una vil racista, y te odio por lo que eres y crees.

— Vamos hermanita. — dijo Parvati, alejando a su hermana. — No nos vayamos por la tangente.

— Pero… — se quejÃ³ Padma.

— Lo se hermanita, lo se. Me encantarÃa a mÃ también darle por donde mas duele, pero no podemos hacer eso, nos pondrÃa en su mismo nivel.

— SemÃ¡nticas. — dijo Padma con desdén. — Tratar a alguien como se lo merece no nos hace quedar mal.

Parvati suspirÃ³. — Las dos sabemos que nunca voy a ganar una discusiÃ³n lÃ³gica contigo. AsÃ que en vez, pregÃºntate si Harry harÃa lo que hiciste.

— No. — contestÃ³ Padma. — No lo harÃa.

— Cuando salga de esta, te expulsarÃ¡n por pegarme. — chillÃ³ Pansy.

— Bueno, en ese caso, no puedo permitir que Padma se vaya sola. — dijo Susan con calma, mientras caminaba hacia Pansy y le daba otra cachetada.

— Hufflepuff tÃpica. — dijo Pansy con desdén. — Le pegas a alguien cuando no puede pegarte de vuelta.

— Pues bien que sÃ. Soy una tÃpica Hufflepuff. — replicÃ³ Susan. — Te lo merecÃas y estoy siendo leal a Harry. ¿Recuerdas, justa y leal?

— De todos modos. — interrumpiÃ³ Blaise. — Nos estamos hartando de que nos estés espiando, asÃ que te invitamos aquÃ para persuadirte de que dejes de hacer eso.

— No voy a dejar de hacer nada y cuando el SeÃ±or Tenebroso gane, me encargaré de que pasen el resto de sus vidas sirviendo a los mortÃfagos. — dijo Pansy a sus captoras.

Blaise se adelantÃ³ y le propinÃ³ otra cachetada fuerte a Pansy. — Divertido. — dijo con una sonrisa. — He querido hacer eso desde hace aÃ±os. — la joven mirÃ³ a Pansy. — De verdad que eres estÃºpida. Voldemort no va a ganar. Harry va a ganar.

Pansy bufÃ³. — ¿Potter? Por favor.

— ¿No lo entiendes, verdad? — dijo Blaise. — MÃranos a nosotras. Tenemos dos Gryffindor, dos Ravenclaw, una Hufflepuff y una Slytherin, todas trabajando unidas, haciendo algo por un amigo. Todas castigÃ¡ndote por interferir con la relaciÃ³n de Harry y Ginny.

— ¿A quien le confÃa Voldemort para que haga algo asÃ? A nadie. Porque todos los morti-estÃºpidos lo siguen por las razones equivocadas.

— Muérete Zabini. — gruÃ±Ã³ Pansy.

Luna le pasÃ³ por el lado a Blaise y mirÃ³ fijamente a la chica amarrada, inclinÃ¡ndose hasta quedar frente a frente con la Slytherin.

Pansy le escupiÃ³ en la cara, pero Luna ni se inmutÃ³.

— Permisito. — dijo Lavender, moviendo a Luna para atrÃ¡s y propinÃ¡ndole otra cachetada a Pansy. — No puedo dejar que una Ravenclaw, una Slytherin y una Hufflepuff tengan toda la diversiÃ³n. — dijo alegremente. — Luna, por favor, prosigue. — dijo y se moviÃ³ para el lado.

— No tiene caso. — Luna dijo soÃ±adoramente. — Ella cree en su corazÃ³n de piedra de que pasarÃ¡ el resto de sus dÃas de rodillas sirviendo personalmente a Voldemort. — Luna alargÃ³ la mano y acariciÃ³ la cara de Pansy. - ¿Y no puedes esperar a que llegue ese dÃa, verdad?

— ¿De que demonios hablas, engendro raro?

Luna se inclinÃ³ mas cerca y susurrÃ³ de forma conspiradora. — Los narbucles. Me dicen todo. Me dicen que no vas a cambiar. — le confiÃ³ a la horrorizada Slytherin. — Me dicen que tienes que morir.

— ¿Qué?? — chillÃ³ Pansy.

— ¿No los escuchas? — dijo Luna alegremente. — Ellos me hablan. Ellos quieren que te mueras para asÃ bailar en tu sangre. Los hace feliz.

— ¿Err, Luna? — Parvati preguntÃ³. — No la vamos a matar.

— Claro que sÃ. — replicÃ³ Luna inocentemente. — Para eso la trajimos aquÃ. Miren, todo lo que hay que hacer es cortar la soga.

— Dijiste que la traerÃamos aquÃ para asustarla. — protestÃ³ Susan. — No para asesinarla.

— Pero su alma estÃ¡ ya muerta. — dijo Luna alegremente. — EstÃ¡ toda negra y corrupta. No hay seÃ±al de vida ni nada.

— Pero — Padma empezÃ³ y luego negÃ³ con la cabeza. — SabÃa que estabas chiflada. Si vas a hacer esto, entonces no me quedaré para verlo.

— Yo tampoco. — dijeron Parvati y Lavender a la vez.

— Cuéntenme fuera también. — dijo Susan.

— ¡Esperen! — chillÃ³ Pansy, y todas se volvieron a mirarla. — ¡No me pueden dejar sola con esta loca!

— Y no lo haremos. — dijo Susan. — Blaise te harÃ¡ compaÃ±Ãa.

— Tengo que asegurarme que Luna tenga una coartada. — Blaise se encogiÃ³ de hombros. — Sabes como soy, querida Pansy, como una buena Slytherin, la muerte no me asusta.

— Pero… - Pansy dijo con lÃ¡grimas en los ojos. — Ustedes, ustedes no pueden hacer esto.

— Nosotras no vamos a hacer nada. — dijo Padma en acuerdo. — Loony es. Nosotras solo decidimos no detenerla.

— Ellos quieren sangre, los narbucles. — cantÃ³ Luna mientras daba un bailecito. — Y estÃ¡n tan contentos de que la van a recibir. — ella se detuvo de repente y puso la mano otra vez en la cara de Pansy. — TÃº no les gustas. — dijo en un susurro escalofriante.

Las otras cuatro chicas se fueron, dejando a Luna, Blaise y Pansy.

Luna bailoteÃ³ alrededor de Pansy antes de agarrar la soga y usarla para halar a Pansy al borde del parapeto. — Sabes. — le dijo a Blaise. — Matar a alguien es mucho mejor que el chocolate.

— ¡Esperen! — GritÃ³ Pansy. — Por favor, por todo lo que es bueno, esperen un poco.

— ¿Qué sabes tÃº de ser buena? — espetÃ³ Blaise. — Interferiste con Harry y Ginny; le pasaste secretos a los mortÃfagos.

— ¡No lo haré mÃ¡s! — gritÃ³ Pansy.

— Shhh. — dijo Luna consolando. — Gritar harÃ¡ que tu sangre sepa horrorosa para los narbucles. Un poco mÃ¡s agria. Y entonces se pondrÃ¡n furiosos. Y tÃº no quieres eso, ¿verdad?

— SerÃ¡ una muerte rÃ¡pida. Solo dos segundos de miedo antes de que llegues al suelo. Debes de morir instantÃ¡neamente, o a lo mejor no. El suelo estÃ¡ un poco suave. Pero no te apures, los narbucles no les importa si no te has muerto. Un poco muerta es igual de bueno para ellos.

— EstÃ¡s loca de remate. — susurrÃ³ Pansy.

— No, no lo estoy. — Luna dijo, trepÃ¡ndose en el parapeto para poder mirar fijamente a la otra chica. — Yo soy la Ãºnica persona que ve el mundo como se debe. Los demÃ¡s son los que estÃ¡n locos.

— ¡AyÃºdenme! — gritÃ³ Pansy.

— ¡Calmadus! — dijo Luna con una risita maniÃ¡tica. — Ya estÃ¡. — dijo cantando. — Ahora solo puedes hablar en susurros. ¿No estÃ¡ mejor? Si lo pides con gracia, lo removeré antes de empujarte por el borde. ¿Te gustarÃa que todos te oyeran mientras caes?

— Aléjala de mÃ. — Pansy pidiÃ³ susurrando gravemente, como si estuviera tratando de gritar. — Por favor.

— Lo siento mucho. — dijo Blaise. — Pero no podemos permitir el riesgo de que vayas a decirle a tus padres lo que estÃ¡ pasando aquÃ. AsÃ que tendré que dejar que Luna te mate.

— Pero no le diré a mÃ¡s nadie, lo juro.

— No te creo. — dijo Blaise de forma indiferente.

— ¡Lo juro, por mi magia, que nunca le diré a nadie las cosas que pasan en Hogwarts!

Un brillo saliÃ³ del marco de madera por el lado izquierdo, mientras la varita de ella emitÃa una luz blanca brillante.

— ¿Se logrÃ³? — preguntÃ³ Susan.

— Claro que sÃ. — dijo Padma, moviéndose de donde estaba detrÃ¡s de Pansy. La muchacha sacÃ³ otra soga y halÃ³ a Pansy del parapeto.

— ¿Qué, que estÃ¡ pasando? — preguntÃ³ Pansy tontamente lo mas alto que pudo. Todas la ignoraron.

— Luna, estuviste genial. — Blaise dijo abrazando a la pequeÃ±a rubia. — Eres increÃble.

— Blaise tiene razÃ³n. — dijo Parvati, acercÃ¡ndose para darle otro abrazo. — Hiciste que se me pararan los pelos.

— En realidad no estoy loca. — dijo Luna con la mirada baja.

— Lo sabemos. — dijo Lavender gentilmente. — Somos tus amigas ahora. Eres una de las nuestras.

— ¿De veras? — preguntÃ³ Luna, con lÃ¡grimas de alivio en el rostro.

— De veras. — dijo Susan firmemente, dÃ¡ndole otro abrazo. La Hufflepuff mirÃ³ alrededor y sonriÃ³ levemente. — Somos lo que Harry querÃa; amigas de diferentes casas, trabajando juntas para ayudarlo a derrotar a Voldemort.

— ¿Qué estÃ¡ pasando? — Pansy tratÃ³ de chillar.

Las seis chicas se voltearon a verla con idénticas sonrisas socarronas.

— VerÃ¡s. — dijo la Slytherin. — Harry dijo que cuando las casas trabajan juntas, no hay nada que nos pueda detener. Parvati y yo sugerimos el plan, Susan, Padma y Lavender encontraron los hechizos. Y Luna lo llevÃ³ a cabo a la perfecciÃ³n.

— TÃº, mi querida. — continuÃ³ Blaise. — CaÃste en la trampa.

— Pero. — dijo Pansy frunciendo el ceÃ±o. — ¿Por qué? Quiero decir, aparte de asustarme de por vida.

— Oh, no solo te asustamos. — dijo Susan con una risita. — Te hicimos lanzarte a ti misma un hechizo en el proceso.

— ¿ ¿Qué??

— "Juro, por mi magia, que nunca le diré a nadie las cosas que pasan en Hogwarts." — citÃ³ Susan. — El hechizo que encontramos nos permitiÃ³ hacer del marco de madera una extensiÃ³n de tu varita. Le pusimos un juramento encantado de por vida, y dejamos que tÃº hicieras el resto.

— Me encantarÃa verte decir algo. — dijo Blaise. — Me encantarÃa ver como te las arreglas de por vida siendo una Squib.

— ¿ ¿Qué??

— ¿Ella no es buena con las palabras cuando estÃ¡ estresada, verdad? - dijo Padma riendo. — O muy inteligente que digamos. Lo que significa, Parkinson, es que si trataras de romper el juramento, tu magia se desvanecerÃ¡ dejÃ¡ndote como una Squib.

Pansy abriÃ³ la boca, dejÃ¡ndola abierta del asombro.

Lavender se moviÃ³ detrÃ¡s y le cortÃ³ las sogas. Pansy cayÃ³ duramente de rodillas.

— Te sugiero que corras ahora, chiquita. — dijo Parvati frÃamente. — Y para que lo sepas, sÃ pensamos en matarte, pero decidimos que a Harry no le hubiese gustado. La prÃ³xima vez te matamos por fea.

Pansy asintiÃ³ y tropezÃ¡ndose, se fue corriendo.

Todas esperaron en silencio, escuchando el sonido de los pasos frenéticos de Pansy mientras se alejaba.

— Eso te quedÃ³ frÃo, Parv. — dijo Padma con una sonrisa de admiraciÃ³n.

— Lo se. — contestÃ³ riendo. — Tomé la voz prestada de Harry. De todos modos, no creo que ella ocasione mÃ¡s problemas.

— ¿AsÃ que se lo creyÃ³?

Blaise sonriÃ³ y colocÃ³ un brazo alrededor de Luna. — Gracias a nuestra querida actriz aquÃ, ella cayÃ³ como pez a la camada.

— ¿No querrÃ¡s decir carnada?

Blaise hizo ademÃ¡n de oler el aire y luego apuntÃ³ a un charco en el suelo. — Dije lo que quise decir. — terminÃ³ riendo.

— Que lÃ¡stima que el juramento encantado no existe. — dijo Padma. — Voy a hablar con Hermione a ver si luego buscamos si uno existe. Porque serÃa una buena forma de demostrar que otros son igual de leales a Harry que nosotras.

— No importa si existe o no. — dijo Luna calmadamente. — Pansy se lo creyÃ³, asÃ que otros lo harÃ¡n.

— Tiene razÃ³n. — dijo Lavender alegremente. — AsÃ que vayamos a averiguar si Harry ya despertÃ³. Entonces nos podremos ir a almorzar.

La escena dentro del hospital era una de calma.

Ron y Hermione estaban trabajando sobre un escritorio, Ginny estaba sentada al lado de Harry y leyendo uno de sus libros de texto, y Sirius, en su forma de Canuto, estaba hecho un ovillo a los pies de Harry.

— Un chico y su perrito. — dijo Remus con una sonrisa leve.

— Sirius no se quiso ir a dormir anoche. — dijo Ginny encogiéndose de hombros. — No hasta que yo despertara.

— Creo que Sirius solo confÃa a Harry contigo. — dijo Remus, encogiéndose de hombros también. — Es algo que hace sin darse cuenta. Pero es devoto a Harry y sabe que tÃº también lo eres.

Ginny se inclinÃ³ y levemente rascÃ³ la cabeza de Sirius. — Odio esta espera. — dijo con un suspiro.

— Nos pasa a todos. — dijo Hermione. — Pero mientras esté respirando hay esperanza. Y encontraremos algo, Gin, te lo prometo.

Ginny asintiÃ³ y sonriÃ³ levemente. Ella alargÃ³ la mano y rascÃ³ el pelo de Harry suavemente. — Odio verlo asÃ. — susurrÃ³. — Odio verlo tan inmÃ³vil. Ã‰l es Harry. Ã‰l deberÃa de estar riendo a carcajadas. Ã‰l deberÃa estar mirÃ¡ndome como si fuera lo mas importante en su vida, no aquÃ tirado en una cama del hospital.

Sirius abriÃ³ un ojo y ladrÃ³ suavemente en acuerdo.

Los hermanos Dumbledore entraron al cuarto juntos. — Tenemos noticias. — Albus dijo, mientras tomaba asiento. — Parece que lo que sea que le pasÃ³ a Severus y a Harry, le pasÃ³ también a Voldemort. Por lo que los espÃas dijeron, Voldemort parece haber regresado a como era antes de su resurrecciÃ³n. AsÃ que solo puedo resumir que hubo algo de conflicto mÃ¡gico entre los tres.

— ¿AsÃ que tenemos algo de tiempo para que Harry se recupere? — preguntÃ³ Ron.

— No lo habÃa pensado de esa manera, Sr. Weasley. — dijo Dumbledore lentamente. — Pero parece que tiene razÃ³n. Voldemort no estarÃ¡ en forma de atacarnos.

Sirius gruÃ±Ã³ suavemente.

— Abe. — preguntÃ³ Ginny suavemente. — ¿Qué es lo que hacen nuestros collares?

Abe se encogiÃ³ de hombros levemente. — Usan la magia de ustedes para que se puedan comunicar entre sÃ, ¿Por qué?

Ginny se quedÃ³ helada, con el ceÃ±o fruncido. — ¿No son mÃ¡gicos de por sÃ? — preguntÃ³. — ¿Usan nuestra magia?

— Exactamente.

Ginny brincÃ³ de la cama, accidentalmente pateando a Sirius, el cual ladrÃ³ y brincÃ³ a sus pies, cambiando formas para mirar a Ginny.

La pelirroja sacÃ³ su varita y la apuntÃ³ a Harry.

— ¿Ginny? — preguntÃ³ Hermione lentamente.

— Ahora no. — dijo Ginny. Ella cerrÃ³ los ojos y buscÃ³ por las memorias que tenÃa de la infancia de Harry. Ella dejÃ³ que alimentaran su temperamento, mientras sacaba su magia. Ginny apuntÃ³ la varita a Harry y le lanzÃ³ un rayo de magia pura hacia él.

Harry dio una sacudida antes de ponerse quieto otra vez. Ginny gruÃ±Ã³ por lo bajo y lanzÃ³ el mismo hechizo otra vez. Dos veces mÃ¡s. De repente ella cayÃ³ de rodillas rompiendo a llorar. La muchacha se agarrÃ³ el collar y sonriÃ³ a los otros. — EstÃ¡ de vuelta. — susurrÃ³ antes de desmayarse exhausta.

Sirius fue el primero en moverse, agarrando a Ginny antes de que cayera al suelo. Sirius la cargÃ³ a la cama de Harry y la acostÃ³ al lado del muchacho. RÃ¡pido le quitÃ³ los zapatos para luego arroparla con las mantas.

— ¿Qué? — preguntÃ³ mientras los otros lo miraban. — Los dos necesitan esto. — dijo, con un tono que retaba a cualquiera que estuviera en desacuerdo.

— ¿Qué fue lo que pasÃ³? — preguntÃ³ Ron.

— Tu hermana es muy perspicaz. — dijo Hermione con una sonrisa. — Se dio cuenta de las cosas antes que yo.

— ¿Se dio cuenta de que? — preguntÃ³ Remus.

— Ginny no podÃa sentir a Harry. Acabamos de descubrir que Harry estuvo luchando contra Voldemort, y que Voldemort estÃ¡ en mal estado. Ginny luego descubriÃ³ que los collares usan la magia de ellos. La conclusiÃ³n lÃ³gica es que Harry usÃ³ toda su magia en la lucha y que no quedaba nada para impulsar los collares. AsÃ que Ginny usÃ³ su propia magia para darle un poco a Harry. — explicÃ³ Hermione.

— Oh. — dijo Ron lentamente. — ¿Y ella estÃ¡ inconsciente porque, conociendo a Harry, necesitaba mucha magia? ¿Entonces, porque sigue dormido?

— Presumo. — dijo Abe lentamente. — Que Ginny solo le dio un empujÃ³n a la magia de Harry, o sea le dio la suficiente para que empiece a reconstruirse, en vez de darle la suficiente para que funcione normalmente.

— ¿Como revivir un corazÃ³n luego de un infarto? — preguntÃ³ Hermione.

Abe caminÃ³ hacia Harry y moviÃ³ las manos sobre el joven. — Exacto. Y cuando los dos se despierten, les debo una disculpa. Me temo que no pensé en el hecho de que no podÃa sentir la magia de Harry. Pensaba que solo estaba inconsciente.

— ¿Despertamos a Snape también? — preguntÃ³ Ron.

— Yo lo haré. — dijo Dumbledore con una sonrisa. — Sospecho que si Ginny nos hubiese dicho algo, le podrÃamos haber ayudado y no estarÃa inconsciente.

— Oh, por favor. — resoplÃ³ Ron. — ¿Decirle a mi hermana que no le de algo a Harry? Sale mejor si convence a Voldemort a que se ponga a vender cepillos.

Sirius hizo una mueca. — ¿Te puedo interesar en una escoba? — preguntÃ³, con voz silbante. — Viene con un encantamiento gratis de 'Odio a todo el mundo.’

Albus apuntÃ³ su mano hacia Snape y dos rayos de luz impactaron al pecho del profesor.

— Eso ha de bastar, Albus. — dijo Abe sonriendo. — Y ya que sabemos que se van a despertar mas tarde, me voy a ver a los gemelos. Necesito asegurarme de que todo va bien para nuestro lanzamiento.

— Abe, gracias por ayudar. — dijo Albus sinceramente.

— Es gente como Harry y Ginny los que me da esperanza para el futuro. — dijo Abe suavemente. — Esta vez ganaremos, y terminaremos con este lÃo permanentemente. — dijo asintiendo a los otros y saliÃ³ del lugar.

— Creo que me gusta. — dijo Ron. — ¿Acaso todo el mundo en su familia siempre dicen lo que piensa?

Albus soltÃ³ una carcajada. — No si podemos evitarlo, Sr. Weasley. — dijo alegremente. — ¿Les puedo sugerir a todos ustedes que vayan a comer algo? Yo me quedaré aquÃ por un tiempo.

Hermione asintiÃ³ y se dio un estirÃ³n. — ¿Estamos seguros sobre Harry?

— Si Ginny lo estÃ¡, yo también. — dijo Albus con una sonrisa.

Hermione asintiÃ³. — Vamos Ron.

Ginny se dio un estirÃ³n y sonriÃ³. PodÃa sentir el corazÃ³n de Harry latiendo contra el pecho de ella y sentir la magia de él a través del collar. Era débil, pero estaba ahÃ. Ginny solo deseÃ³ que al menos una vez, ella despertara al lado del muchacho y no estar toda vestida.

No parecÃa justo que Ron y Hermione podÃan dormir juntos y ella todo lo que habÃa recibido era poco mas que un serio chupetÃ³n.

Ginny se sentÃ³ suavemente y se quitÃ³ el pelo de los ojos.

— Buenos dÃas, Ginny. — Snape dijo desde el otro lado del lugar.

— ¡Profesor Snape! — saludÃ³ Ginny, saliendo de la cama. — EstÃ¡ despierto.

— Lo estoy. — dijo él, sonriendo en la penumbra del cuarto.

— Llamaré al profesor Dumbledore. — dijo ella, buscando por sus zapatos.

— No, Ginny, por favor. — dijo él. — Me gustarÃa hablar un poco contigo primero.

— Okay. — dijo Ginny amablemente., moviéndose a una silla al lado del profesor y acomodÃ¡ndose sobre ella. — ¿De que quiere hablar, profesor Snape?

— Severus. — dijo él.

— ¿PerdÃ³n?

— Mi nombre es Severus, Ginny. Me gustarÃa que me llamaras asÃ cuando no haya otros estudiantes. Harry tiene mi permiso también.

— ¿Por qué yo?

— En parte porque te debo una disculpa. — dijo lentamente. — Y en parte porque ahora te conozco mejor.

— ¿Por qué me debe una disculpa?

— Me temo que tomé una decisiÃ³n necia que ayudÃ³ a causar esta situaciÃ³n. Ayer, invité a Harry a mis alojamientos porque tenÃa un problema y necesitaba la ayuda de él.

Ginny asintiÃ³.

— Cuando era mÃ¡s joven, estaba bien enamorado de Bellatrix Black. Ella fue una de las razones por las que me unÃ a los mortÃfagos. Cuando se casÃ³ con Rodolphus, me hice espÃa para Albus.

— Bella me contactÃ³ la semana pasada, después de que Harry se las arreglÃ³ para removerme la Marca Tenebrosa, y me preguntÃ³ si podÃa pasarse a este lado.

Ginny resoplÃ³ de sorpresa.

— Como Harry es la Ãºnica persona que puede remover la Marca Tenebrosa, le pregunté a él su opiniÃ³n. Me temo que Harry se dio cuenta rÃ¡pidamente de que necesita a Bella.

— ¿CÃ³mo espÃa? — preguntÃ³ Ginny.

— Exacto. Harry no estaba muy contento pero accediÃ³ a ayudarme. Después de una bebida, él me hizo una pregunta interesante. Si pensaba yo si era posible usar el mismo hechizo que uniÃ³ nuestras mentes para sacar la marca, para usarlo para derrotar a Voldemort.

Ginny asintiÃ³ lentamente. — La idea de derrotar a Voldemort le hubiese sido atractiva a Harry.

— Y para mÃ. — dijo Snape. — AsÃ que accedÃ y los dos fuimos, en mi mente, a encontrar a Voldemort. Desafortunadamente nos estaba esperando y nos atrapÃ³. Se las echÃ³ por un momento y luego nos lanzÃ³ el Maleficio Avada a los dos.

Ginny jadeÃ³ horrorizada.

— CreÃa que nos Ãbamos a morir. Harry pensÃ³ que Ãbamos a morir.

— ¿Qué fue lo que pasÃ³?

Snape suspirÃ³ suavemente. — ¿SerÃas tan amable de darme un vaso de agua?

Ginny asintiÃ³, saltando de la silla y corriendo hacia la pileta. La joven regresÃ³ con un vaso de agua.

— Siéntate. — dijo Snape gentilmente. — Antes de continuar, tenemos que darle para atrÃ¡s un poco. ¿Te has puesto a pensar en la forma que Harry usa sus poderes para hacer lo que le venga en gana?

— En realidad no. — dijo Ginny con una vocecita.

— En un nivel de su psiquis, Harry es bien vulnerable. Si alguien en quien él confÃa le dice que puede hacer algo, él les cree y lo hace. Desafortunadamente, lo opuesto ocurre también.

— ¿Qué quiere decir?

Snape suspirÃ³ y se acomodÃ³ un poco. — Voldemort le dijo a Harry que habÃa encontrado hechizos que Harry jamÃ¡s hubiese soÃ±ado, y Harry le creyÃ³. Los hechizos que nos mantenÃan unidos no eran tan fuertes, pero como Harry creÃa que no podÃa escapar, los hechizos se hicieron inquebrantables.

— Entonces Voldemort nos lanzÃ³ el hechizo. Yo estaba bien profundo dentro de la mente de Harry en ese momento y pude ver sus pensamientos. Parte de Harry creÃa que iba a morir y con su mente ya decidida, los dos estÃ¡bamos fritos.

— Pero entonces otros pensamientos pasaron por su mente. ¿SabÃas que tÃº fuiste la primera bruja que él conociÃ³ por nombre?

Ginny negÃ³ con la cabeza.

— Pude ver la historia entera de ustedes dos, incluyendo lo que él hizo en la CÃ¡mara de los Secretos. Lo vi todo, y pude ver lo mucho que te ama. TÃº eres el centro de su universo, Ginny. En cierta manera tÃº eres la persona mÃ¡s importante en el mundo, y mucho mas para Harry, porque eres su inspiraciÃ³n, su razÃ³n de luchar, de derrotar a Voldemort.

— Y no querÃa dejarte sola. Ã‰l sabÃa lo triste que te pondrÃas y no podÃa hacerte eso. Todo esto estaba pasando muy rÃ¡pido que pude verlo todo como si pasara en cÃ¡mara lenta.

— Dos partes de Harry batallaron una contra la otra; la parte que creÃa que iba a morir y la parte que te ama mucho. La parte que no te quiere dejar sola.

Ginny tenÃa lÃ¡grimas bajando por sus mejillas mientras escuchaba como el profesor que habÃa detestado en el pasado le explicaba lo mucho que su novio la querÃa.

— En el Ãºltimo segundo, su deseo de estar contigo ganÃ³ y empezÃ³ a luchar.

— Harry fÃ¡cilmente pudo haberse protegido a sÃ mismo del hechizo, pero yo hubiese muerto. Yo le dije que lo hiciera y todo lo que me dijo fue me callara la bocota.

Ginny se atragantÃ³ tratando de no reÃrse.

— Literalmente el chico agarrÃ³ su propia magia y la mÃa y formÃ³ un escudo al frente de los dos. Era lo mÃ¡s precioso, la cosa mÃ¡s increÃble que he visto en mi vida. El maleficio rebotÃ³ contra el escudo y le dio de lleno a Voldemort, y bÃ¡sicamente eso es lo Ãºltimo que recuerdo, hasta que me desperté hace unos veinte minutos.

— Gracias por decÃrmelo. — susurrÃ³ Ginny.

Snape sonriÃ³ en la oscuridad. — Ã‰l es un muchachito increÃble. — dijo suavemente. — Ã‰l tuvo la oportunidad de salirse y dejarme. Y honestamente, yo no lo hubiese culpado si lo hacÃa. En vez, decidiÃ³ asegurarse de que yo saliera vivo, sin pensar en las consecuencias para sÃ mismo.

— Harry se ve a sÃ mismo como alguien normal. — dijo Ginny con un ligero suspiro. — Ã‰l se cree que, en cualquier situaciÃ³n, todo el mundo actuarÃa igual que él. Harry no se ve a sÃ mismo como alguien especial.

— PermÃteme un segundo. — dijo Snape. — ¿PodrÃas pasarme la varita? Acabo de recibir mensaje mÃ¡gico de Bella.

Ginny asintiÃ³ y buscÃ³ dentro de un armario y le dio la varita a su profesor.

— Oh, muy bien. — sonriÃ³ Snape. — Parece que Voldemort estÃ¡ en igual estado que nosotros.

Ginny asintiÃ³. — Uno de los espÃas de Dumbledore dijo que necesitarÃa igual de tiempo para recuperarse. Lo cual es bueno porque Harry también lo necesita.

Snape asintiÃ³. — Creo que pasar tiempo contigo es todo lo que él necesita.

— Eso espero. — dijo Ginny. — Siento como si pasÃ¡ramos de una crisis a la otra la mitad del tiempo sin casi nada para nosotros.

— Eso vi. — dijo Snape. — Pero te puedo decir que las veces que estÃ¡ contigo a solas son las mÃ¡s importantes para él. Cuando te llevÃ³ a Londres a caminar por los jardines esa era su idea del cielo.

Ginny sonriÃ³ lentamente. Estaba contenta de que Harry estaba bien, pero no le gustaba para nada que se tirara asÃ a hacer algo sin nada de apoyo. — Le voy a dar tremenda regaÃ±ada. — admitiÃ³ ella.

— Lo se. — dijo Snape riendo. — Y tengo que ir a decirle a Albus. Se va a disgustar conmigo y me lo harÃ¡ saber muy claro. No seas muy dura con él.

— No lo seré. — prometiÃ³ Ginny. — Solo quiero dejarle saber que debe de pensar las cosas muy bien antes de ponerse asÃ en peligro.

Snape bostezÃ³ suavemente. — Si no te molesta, Ginny, me voy a dormir otra vez. Por favor, no le digas a nadie sobre Bellatrix; eso es entre Harry y yo. Si te lo dije fue para que puedas ayudarlo tomando decisiones.

Ginny se puso de pie y jadeÃ³ un poco al encontrar que el piso estaba mÃ¡s frÃo de lo que pensaba. — Gracias por ayudar a Harry para que volviera a mÃ. — dijo dÃ¡ndole una palmadita en la mano.

Ginny se moviÃ³ a la cama de Harry y se deslizÃ³ a su lado. Ella colocÃ³ una de las piernas sobre él y la cabeza sobre el hombro del muchacho. Snape le habÃa dado algo en que pensar. Todo estaba muy bien: todo el mundo jugando con la psiquis de Harry para su propia ventaja, pero como Voldemort habÃa demostrado, podÃa tener efectos negativos también.

Ginny suspirÃ³ cuando se dio cuenta de algunos ejemplos que ella pudo captar. Las veces que Harry aparecÃa que estaba bien después de hacer magia complicada, pero tan pronto ella le habÃa dicho que estaba cansado, de repente él se veÃa agotado. Si ella no hubiese dicho nada, de seguro él hubiese seguido como si nada, pero en su estado ingenuo y la confianza que le tenÃa a ella, habÃa accedido.

Ella estaba tan cansada que ni siquiera se dio cuenta cuando el brazo de Harry se moviÃ³ para aguantarla mÃ¡s cerca de su cuerpo.

— ¿Y bien? — dijo Lavender. — ¿Por donde empezamos?

— Pos. — Parvati dijo, mirando alrededor. — ¿La habitaciÃ³n?

Alguien tocÃ³ a la puerta, y cuando fueron a abrir, cuatro chicas entraron a trote.

— ¿No estaban pensando en decorar el cuarto de Harry sin nosotras, verdad? — preguntÃ³ Susan alegremente.

— Se supone que fuera un secreto. — explicÃ³ Parvati.

— Eso no existe en Hogwarts. — dijo Blaise con una risita. — AsÃ que estamos aquÃ para ayudar.

Un pequeÃ±o pop se escuchÃ³ y Dobby apareciÃ³. — Con el permiso de las seÃ±oritas. — dijo Dobby, inclinÃ¡ndose y moviéndose. — ¿Pero que hacen estudiantes aquÃ?

Luna se acercÃ³ y se arrodillÃ³ frente al elfo. — Este serÃ¡ el cuarto de Harry. — dijo ella. — Estamos aquÃ para decorÃ¡rselo.

Los ojos de Dobby se agrandaron. — ¿Harry Potter vivirÃ¡ aquÃ seÃ±orita?

Luna asintiÃ³, sus ojos igual de grandes.

Dobby sacudiÃ³ la cabeza visiblemente disgustado. — No, no, no. — chillÃ³. — No estÃ¡ bien.

— ¿Qué no estÃ¡ bien, Dobby?

— Harry Potter seÃ±or no puede vivir asÃ. Este pequeÃ±o, diminuto cuarto no estÃ¡ bien para tan grande y poderoso mago como Harry Potter, seÃ±orita. — el elfo de repente se alegrÃ³. — Dobby arreglarÃ¡ esto. — prometiÃ³. Dobby aplaudiÃ³ las manos, y como antes, dos docenas de elfos domésticos aparecieron.

— Harry Potter seÃ±or, el gran y poderoso mago va a vivir aquÃ. Los cuartos de Harry Potter son muy pequeÃ±os. ¡Hogwarts necesita darle habitaciones mÃ¡s grandes a Harry Potter!

Los elfos asintieron todos a la vez, y caminaron hacia las paredes, seis al frente de cada una, y empezaron a empujar. El cuarto pareciÃ³ crecer mientras los elfos empujaban para atrÃ¡s, lucecitas brillando en donde ellos tocaban las paredes.

— Harry Potter necesitarÃ¡ una cocina también. — dijo Dobby. Los elfos se movieron como diablillos dando vueltas, arreglando las paredes mientras Dobby los dirigÃa a diestra y siniestra.

Diez minutos mÃ¡s tarde, Dobby colapsÃ³ en el suelo frente a ellas, mientras los otros elfos se desvanecÃan. — Dobby estÃ¡ cansado. — dijo suavemente. — Este cuarto ya estÃ¡ digno de Harry Potter seÃ±or. Si las seÃ±oritas necesitan mas ayuda, Dobby regresarÃ¡ maÃ±ana.

Luna se arrodillÃ³ otra vez y le dio un abrazo ligero al elfo. — Debes estar aquÃ cuando le mostremos a Harry este cuarto. — dijo ella. — Te mereces que él te lo agradezca también.

Dobby se ruborizÃ³ y tartamudeÃ³ antes de irse con un pop.

— Estuviste muy bien con él. — dijo Susan.

Luna sonriÃ³. — Esto es fantÃ¡stico. — dijo ella mirando alrededor. — Me pregunto si Ginny nos dejarÃa mudarnos aquÃ.

Lavender se echÃ³ a reÃr. — De seguro no. Ella es un poco posesiva.

— Y yo que pensaba que los Gryffindor sabÃan compartir. — dijo Blaise con una risita. — Es una buena idea el que viniéramos, porque definitivamente van a necesitar la ayuda ahora.

— SÃ. — dijo Lavender. — No sabÃa que los elfos podÃan hacer eso.

— Tampoco yo. — dijo Padma. — Voy a tener que investigar un poco mas tarde sobre eso. Hacen tan buen trabajo.

— Chicas. — gritÃ³ Lavender. — ¡Vengan y vean esto!

Las demÃ¡s siguieron el sonido de la voz y salieron a un balcÃ³n enorme que estaba de frente al campo de Quidditch.

— Harry nunca querrÃ¡ salir de aquÃ. — dijo Blaise suavemente.

— Apuesto que eso es algo que Ginny espera. — respondiÃ³ Parvati.

— Y bien. — dijo Lavender palmeando las manos. — Vamos a trabajar. Padma, tÃº y Luna van a investigar. Quiero que investiguen como se hace el techo del Gran SalÃ³n. Blaise, Susan, ustedes empiecen con el baÃ±o. Se que los dos son Gryffindor, pero no lo hagan muy Gryffindor. Queremos que este lugar sea una mezcla de todas las casas.

Blaise saludÃ³ instantÃ¡neamente. — ¡SeÃ±or, sÃ, seÃ±or! — dijo ella y girÃ³ sobre sus talones.

— ¿De veras la necesitamos? — Lavender le preguntÃ³ a Parvati.

— Creo que sÃ. — dijo Parvati con una risita. — AdemÃ¡s es divertida.

Viernes en la maÃ±ana amaneciÃ³ con una monotonÃa que solo pasaba una vez en la semana.

Ginny bostezÃ³ profundamente e inhalÃ³. Estas Ãºltimas noches ella habÃa dormido muy bien, y aunque todos en la escuela sabÃan donde estaba durmiendo ella, nadie habÃa hecho bromas al respecto. Ni siquiera Draco.

— ¿Por qué siempre estamos vestidos cuando nos despertamos juntos? — preguntÃ³ Harry, su voz seca y rasposa.

— Me he preguntado eso mismo durante toda esta semana. — respondiÃ³ Ginny, antes de quedarse helada. — ¿Harry?

El muchacho asintiÃ³.

— ¡Harry! — chillÃ³ ella y se tirÃ³ encima de él. La muchacha escondiÃ³ la cara en el cuello del joven y se echÃ³ a llorar.

— Shhh. — murmurÃ³ Harry, rascando la espalda de ella. — Estoy bien, estoy aquÃ.

Ella lo mirÃ³, su visiÃ³n estaba un poco borrosa debido a las lÃ¡grimas. — Harry. — dijo ella seriamente. — Necesito que me hagas un favor.

— Lo que sea. — dijo él con seriedad.

— Ven a mi mente, necesito que veas algo.

Ã‰l asintiÃ³, murmurando un hechizo en voz baja.

Ginny respirÃ³ hondo y le permitiÃ³ entrar a su mente. Con cuidado, ella lo guiÃ³ a la memoria que habÃa guardado para él.

Ã‰l no se echÃ³ para atrÃ¡s, él absorbiÃ³ la memoria completamente antes de salir. TenÃa lÃ¡grimas bajando por sus mejillas y parecÃa que tenÃa el corazÃ³n roto.

— AsÃ es como me sentÃ cuando pensé que te habÃa perdido. — dijo ella atragantÃ¡ndose, llorando con él. — No me puedo sentir asÃ otra vez, Harry.

— Lo lamento mucho. — murmurÃ³ Harry.

— Lo se. — dijo ella. — Solo quiero que recuerdes la prÃ³xima vez que pienses en hacer algo asÃ de nuevo. No te lo echaré en cara si estoy allÃ, Harry, para ayudarte, pero no puedes irte asÃ solo de nuevo.

— No lo haré. — prometiÃ³ él.

— Bien. — dijo Ginny suavemente y besÃ¡ndolo gentilmente. — Ahora, ven a mi mente otra vez.

Harry asintiÃ³ e hizo como ella pidiÃ³, y ella se aliviÃ³ al ver que él aceptÃ³ lo que ella hizo de forma rÃ¡pida. HabÃa estado asustada de que él la empujarÃa, por su propio bien, pero decidiÃ³ que esa era la mejor manera de hacerlo entender.

Cuando lo sintiÃ³, ella lo dirigiÃ³ hacia otra memoria, esta era mÃ¡s grande.

Ã‰l se moviÃ³ dentro y se quedÃ³ ahÃ. Después de un segundo, el joven pareciÃ³ brillar y crecer dentro de la mente de ella.

Ã‰l la dejÃ³ a regaÃ±adientes, y ella lo vio a los ojos. Ã‰l la estaba mirando con asombro absoluto. — Eso es cuanto te amo. — dijo ella suavemente. — Y lo mucho que me quieres. Severus me lo dijo, asÃ que pensé que era justo para ti demostrarte lo mucho que te adoro, Harry.

— Gracias. — dijo él, su voz quebrÃ¡ndose un poco. — Gracias.

Ella se inclinÃ³ y le besÃ³ otra vez.

— ¿CÃ³mo estÃ¡n todos? — preguntÃ³ Harry. — ¿Severus estÃ¡ bien? ¿Que dÃa es hoy? ¿Ya Fred, George y Abe lanzaron la cerveza de mantequilla? ¿Y el ED, como le va? ¿Y que ha pasado con Voldemort?

Ginny se echo a reÃr. — TÃpico Potter. EstÃ¡s despierto por unos minutos y ya estÃ¡s preguntando demasiado. Y no vas a recibir respuestas inmediatamente. Creo que necesitamos una reuniÃ³n. AsÃ que brinca a la ducha y yo traigo a todo el mundo aquÃ.

— ¿Y el desayuno? — preguntÃ³ con ganas.

— Y el desayuno. — accediÃ³ Ginny.

Harry sonriÃ³ y le besÃ³ rÃ¡pidamente en los labios y lentamente se dirigiÃ³ a la ducha. Su cuerpo estaba obviamente mÃ¡s cansado que su mente. Ginny saliÃ³ del cuarto de Harry en el hospital y se dirigiÃ³ a la chimenea, echÃ¡ndole un poco de polvo FlÃº para llamar a Sirius y a Remus.

Ginny pausÃ³ por un segundo para luego llamar a su mamÃ¡ también, invitÃ¡ndola a la reuniÃ³n, para que pudiera ver por sÃ misma que Harry estaba bien. Molly habÃa estado mÃ¡s que disgustada cuando no se le habÃa dicho inmediatamente que Harry estaba inconsciente.

Con eso hecho, la muchacha caminÃ³ por el pasillo adormilada hacia el Gran SalÃ³n, a sabiendas de que estaba hecha una facha por haber dormido en sus ropas otra vez.

Ella empujÃ³ la puerta para abrirla y sonriÃ³ cuando todo el mundo se girÃ³ a verla. — EstÃ¡ despierto. — dijo simplemente.

Los vÃtores espontÃ¡neos que corrieron por el lugar casi la tumban al piso.

Ginny alzÃ³ la mano para calmarlos un poco. — Solo para que sepan. — dijo. — Harry y el profesor Snape fueron emboscados por Voldemort. Voldemort habÃa preparado el ataque de antemano y encerrÃ³ al profesor Snape y a Harry en sus mentes, y luego les lanzÃ³ el maleficio Avada a los dos.

Un resoplido de horror recorriÃ³ el SalÃ³n.

— Con suerte. — continuÃ³ Ginny. — Voldemort otra vez olvidÃ³ que mi novio es el NiÃ±o-Que-No-SerÃ¡-Derrotado-Por-El-Gran-Cretino, y Harry se las arreglÃ³, con la ayuda del profesor Snape, de redirigir el maleficio de vuelta a Voldemort.

Hubo otro vitoreo de parte de los estudiantes — uno al que los profesores se unieron también.

— Obviamente, hacer lo imposible les tomÃ³ mucho a Harry y al profesor Snape, y por eso era que estaban los dos inconscientes. Como Harry usÃ³ toda su magia, yo honestamente pensé que habÃa muerto. Y como pueden imaginar, estoy mÃ¡s que contenta de que todavÃa esté vivo.

Una ligera ola de risas recorriÃ³ el lugar.

— Pero. — continuÃ³ Ginny. — Hemos escuchado de los espÃas que Voldemort estÃ¡ hasta en peor estado que Harry.

Los vÃtores esta vez se acompaÃ±aron con brincos y saltos (con excepciÃ³n de dos o tres) por toda la escuela.

Ginny sonriÃ³ y esperÃ³ a que terminaran. HabÃa preparado ese discursito en su mente mientras esperaba por Harry, pero no esperaba esa clase de recepciÃ³n. Le hizo darse cuenta que, como novia de Harry, habÃa pasado de la oscuridad a la fama en muy poco tiempo. AsÃ como Harry tenÃa ciertas responsabilidades, también las tenÃa ella.

— Profesor Dumbledore, profesor Snape, Profesora McGonagall, Ron, Hermione, Harry tiene algunas preguntas. Ya llamé a Canuto y a LunÃ¡tico, y vienen de camino.

— Gracias, Ginny. — dijo Albus poniéndose de pie.

— Hay algo mÃ¡s. — dijo Ginny de sÃºbito.

— Como no. — el director dijo abriendo los brazos.

Ginny puso las manos en las caderas y mirÃ³ fijamente a todos en el lugar.

— Harry maÃ±ana tendrÃ¡ un dÃa libre. — dijo ella secamente. — Vamos a tener un picnic, y luego unos juegos, y terminar con una barbacoa. Todos, incluyendo a los maestros, estÃ¡n invitados. — ella pausÃ³ por un segundo para luego sacar su varita del bolsillo y murmurar — Sonorus. — mientras se la apuntaba a su garganta. — ¡Silencio! — gritÃ³ ella por encima de los vÃtores. Su voz ampliada mÃ¡gicamente resonÃ³ por el lugar.

Cuando todo el mundo se aquietÃ³ y la miraron en silencio, ella cancelÃ³ el hechizo. — Gracias. — murmurÃ³. Ella mirÃ³ duramente a todo el mundo en el lugar, incluyendo a los profesores. — Eso significa que maÃ±ana Harry no estarÃ¡ disponible para resolver ningÃºn problema. No me importa lo que pase en el resto del mundo, maÃ±ana nadie va adonde Harry para que él resuelva. Ã‰l se va a divertir, se va a relajar, y se va a acordar de las cosas buenas del mundo MÃ¡gico, y lo mucho que se puede disfrutar.

— ¿Me entendieron todos?

Todos asintieron a la vez y hasta varios estudiantes tragaron en seco de forma audible.

— Muy bien. — dijo Ginny sonriendo. — Lavender, Parvati, ustedes estÃ¡n a cargo de organizar el menÃº. Hablen con Dobby, le encantarÃ¡ ayudar. Si quieren comprar algo, vengan a donde mÃ y se los traeremos aquÃ. Seamos, Dean, a ustedes les tocan los juegos. HÃ¡ganlos mezcla de mÃ¡gicos y muggles. Blaise, Susan y Luna, a ustedes les toca la mÃºsica. Quiero algo suave para las comidas, y algo con que se pueda bailar en la tarde. Prefectos, a ustedes les toca buscar suficientes sillas para los profesores que no quieran sentarse en el suelo, y los hechizos para iluminar al atardecer. Orla, a ti te toca la fotografÃa, pero nada de publicar fotos de Harry sin mi aprobaciÃ³n.

Ella mirÃ³ a la mesa de los profesores para encontrar a Snape riéndose tan fuerte que hasta tenÃa lÃ¡grimas bajÃ¡ndole por la cara.

— ¿Profesor?

Snape respirÃ³ profundo y se las ingeniÃ³ para calmarse. — Gin. — empezÃ³, y pausÃ³ en lo que el resto de la gente jadeaba en shock porque él habÃa usado el sobrenombre de ella. — Ya que ordenaste a toda la escuela a organizar un picnic para tu novio, ¿te podrÃa preguntar que estÃ¡s planeando para mÃ¡s luego?

Ginny le sonriÃ³. — Harry estarÃ¡ lo suficiente recuperado para encargarse de eso la prÃ³xima vez. — dijo ella de forma amable. — AsÃ que no tendré que preocuparme de esa.

Snape resoplÃ³ y se puso de pie. — Vamos, profesor. — le dijo a Dumbledore. — Ya nos dijeron lo que tenemos que hacer.

— Tienes toda la razÃ³n, Severus. — dijo Dumbledore alegremente. El se volteÃ³ para salir por las escaleras y pausÃ³. — Creo que el plan de Ginny es excelente. — anunciÃ³. — AsÃ que vamos a cancelar las Ãºltimas dos lecciones del dÃa para darle aquellos que tienen trabajo el tiempo suficiente para cumplirlos. Espero que maÃ±ana sea un maravilloso dÃa.

Los vÃtores que recibiÃ³ fueron casi tan ruidosos como los anteriores. Casi.

Mientras Ginny dirigÃa a los profesores, a Ron y a Hermione fuera del lugar, Dean se volteÃ³ hacia Seamus. — Bueno, eso fue inesperado.

— SÃ. — dijo Seamus alegremente. — Pero va a ser divertido.

Dean asintiÃ³ y suspirÃ³ levemente.

— ¿DÃ¡ndote de puntapiés?

— Un poco, sÃ. — dijo Dean suspirando. — Ella es como una flor.

— ¿En que sentido?

— Estos Ãºltimos dÃas ella estuvo morosa y apenas se le notaba. Hermione, Ron y Blaise tomaron cargo del ED, con todo y que ella estaba ahÃ. Todo el mundo estaba siendo cuidadoso alrededor de ella. Pero no hace Harry mÃ¡s que despertarse y ella brilla de nuevo. Ella sola acaba de ordenar a toda la escuela como si nada, y se veÃa bonita haciéndolo.

— SÃ. — dijo Seamus. — Eso hizo. Pero como dijiste, solo Harry es el Ãºnico capaz de ponerle a ella esa sonrisa y esa energÃa.

— Lo se. — Dean suspirÃ³ de nuevo. — Me pregunto si yo hubiese sido capaz de hacer eso por ella, si hubiese peleado por ella, ¿sabes?

— No lo tomes a mal, amigo. — dijo Seamus. — Pero no hubieses podido. Solo tienes que verlos a los dos juntos para darte cuenta lo mucho que se quieren. Pero no te concentres en eso, concéntrate en las cosas buenas.

— ¿CÃ³mo que? — dijo Dean morosamente.

— Ella nos acaba de sacar de AstronomÃa por un dÃa y nos dio la libertad de organizar los juegos para maÃ±ana.

— Cierto. — dijo Dean, sonriendo lentamente. — Y hey, fue bueno de ella el invitarnos. Obviamente hay algo mÃ¡s en todo eso.

— ¿Te refieres a que Snape de repente la estÃ¡ llamando Gin, o que el director solo se vio divertido de verla a ella ordenando la escuela como si nada, en vez de estar disgustado?

— AjÃ¡. — dijo Dean con una risita. — ¿Te pone a pensar, no?

— Un poco. — dijo Seamus, la sonrisa desapareciendo. De repente se dio cuenta que habÃa estudiantes escuchando su conversaciÃ³n con Dean. Seamus se puso de pie y mirÃ³ alrededor. — Pero sabes. — dijo en voz alta. — Me alegro de no estar mÃ¡s envuelto de lo que estoy. Para bien o para mal, Harry parece ser nuestra Ãºnica esperanza, y si eso significa que él reciba tratamiento especial, asÃ sea. Ã‰l es el que estÃ¡ arriesgando el pescuezo por todos nosotros y el Ãºnico que casi siempre se pone en peligro al menos una vez cada aÃ±o. No quisiera tener ese tipo de presiÃ³n. Me gusta ser un chico normal de dieciséis. Prometo que cuando Harry me necesite, ahÃ estaré, de igual forma que él siempre ha estado ahÃ por mÃ cada aÃ±o.

Al otro lado del SalÃ³n, Blaise se trepÃ³ sobre la mesa de Slytherin. — Con la excepciÃ³n de dos o tres aquÃ. — dijo ella mirando duramente hacia la mesa. — Miren lo que es la escuela ahora. Lo que Hogwarts se ha convertido. Estudiantes de distintas casas estÃ¡n empezando a hablarse, a ser amigos. Eso es lo que Harry ha estado haciendo por nosotros, asÃ que lo menos que podemos hacer es que tenga un dÃa fenomenal maÃ±ana.

— Todos saben lo que les toca hacer. Si no se les ha dado nada que hacer, y quieren ayudar, vengan a ver a Susan, Luna, Parvati, Padma, Lavender o a mÃ, y los pondremos a trabajar. Vamos a demostrar que podemos organizarlo todo sin la ayuda de Harry, Ginny, Hermione o Ron.

Seamus sonriÃ³ y le ofreciÃ³ una reverencia. - ¿Alguien mas quiere ofrecer un discurso? — preguntÃ³.

— ¿Por qué no? — dijo Susan, poniéndose de pie y ruborizÃ¡ndose furiosamente. — Erm. — dijo ella mirando alrededor. — Soy una Hufflepuff, no Gryffindor. — murmurÃ³ ella, lo suficientemente alto para que la escucharan. — Para reforzar lo que dijeron Blaise y Seamus; por mucho tiempo hemos estado dependiendo de Harry y sus amigos. Esta es nuestra oportunidad de decirles gracias por arriesgar sus vidas por nosotros y nuestras familias. No lo echemos a perder, ¿vale?

Una ovaciÃ³n siguiÃ³ a estas palabras, especialmente de la mesa de Hufflepuff y a Susan se le puso mÃ¡s roja la cara.

Cho Chang se trepÃ³ a la mesa también. — Pienso que el honor de Ravenclaw se quedarÃ¡ mancillado si al menos una Ravenclaw no dice nada aquÃ. — dijo ella respirando hondo. — Como casa, estamos completamente detrÃ¡s de Harry y Ginny. Y luego de la forma magnÃ¡nima en que me trataron después de mi error, yo, personalmente, estoy apoyÃ¡ndolos al ciento por ciento. Tomando prestadas unas palabras de Harry, 'cuando Hogwarts estÃ¡ unido, no hay nada que no podamos hacer.’

Hubo mÃ¡s vÃtores de parte de los estudiantes. Lavender entonces se puso de pie. — Muy bien, todo el mundo. Recuerden lo que dijo el profesor Dumbledore. Clases primero, organizar la fiesta después. AsÃ que todos vayan a donde se supone que hay que ir.

Entre risas generales, los estudiantes salieron del SalÃ³n.

Ginny entrÃ³ de vuelta al cuarto de Harry para encontrar que sus padres, Canuto y LunÃ¡tico estaban ya allÃ con Harry, el cual estaba terminando de desayunar algo. Ella caminÃ³ hasta la cama y levantÃ³ los brazos hacia el muchacho. Ella era mÃ¡s que capaz de treparse a su lado, pero ese no era el punto.

Harry hizo desaparecer su bandeja con un chasquido de sus dedos, alargÃ³ la mano y fÃ¡cilmente halÃ³ a Ginny, dÃ¡ndole un besito antes de sentarla a su lado. Inmediatamente ella colocÃ³ las piernas sobre el regazo de Harry y se acurrucÃ³ a su lado. No habÃan compartido demasiado contacto para su gusto y ahora que ya lo habÃa regaÃ±ado, definitivamente que era tiempo para arrumacos.

Harry colocÃ³ un brazo sobre ella, y le dio un apretoncito, obviamente sintiendo lo mismo.

— ¿CÃ³mo te sientes, Sev? — preguntÃ³ Harry al profesor.

— Mucho mejor. TÃº vas a estar cansado por el resto del dÃa.

— TodavÃa te ves todo baldado. — dijo Harry riendo. — La luz del sol no mata, sabes.

Severus hizo una mueca. Ginny tuvo que esconder una sonrisa cuando mirÃ³ las caras asombradas de Ron y Hermione. Aparentemente la idea de Snape y Harry repartiendo bromitas estaba fuera de su compresiÃ³n. Ella no le habÃa contado a nadie lo que habÃa pasado y no era su historia para contar. Pero si habÃa algo que harÃa a Harry y a Snape acercarse, era el compartir un ataque con Voldemort.

— ¿MaÃ±ana descubriremos eso, verdad? — dijo Snape con una risita.

— ¿CÃ³mo fue? — preguntÃ³ Harry.

— Pues sÃ. — dijo Snape. — La General Weasley, la que estÃ¡ sentada en tu regazo, decidiÃ³ que maÃ±ana vas a tener el dÃa libre y ordenÃ³ a toda la escuela a ayudar o enfrentar su ira. Fue un discurso verdaderamente emotivo.

— ¿Ginny? — preguntÃ³ Harry.

La joven sintiÃ³ ruborizarse furiosamente. — No los amenacé. — protestÃ³ ella.

— No con esas palabras, Ginny. — dijo McGonagall con una ligera sonrisa. — Pero sÃ les dejaste bien claro que te enojarÃas si algo salÃa mal.

Ginny se encogiÃ³ de hombros y se volteÃ³ hacia Harry. — Solo querÃa asegurarme que descansaras y te divirtieras maÃ±ana. Vamos a tener un picnic, unos cuantos juegos y una barbacoa al final del dÃa.

— ¿Una parrillada? — preguntÃ³ Sirius. — ¿Estamos invitados?

— Claro que sÃ.

— ¡Wopa! — chillÃ³ Sirius. — AhÃ voy, carne a la parrilla. ¡Que venga el fuego!

— Cocina la tuya, Canuto. — dijo Harry riendo. — Yo prefiero que la mÃa la cocine alguien que sepa cocinar.

— Me insultas. — refunfuÃ±Ã³ Sirius.

— ¿Por qué? — preguntÃ³ LunÃ¡tico. — TÃº eres la Ãºnica persona que conozco que deja quemar el agua.

— ¡Hey! — protestÃ³ Sirius. — ¿Qué es esto, el dÃa de fastidiarme?

— PodrÃa ser. — dijo Snape. — Pero por mÃ¡s divertido que sea eso, creo que deberÃamos contestar las preguntas de Harry primero.

— Gracias. — dijo Harry secamente. — ¿Okey, que estÃ¡ pasando con Voldemort?

Dumbledore contestÃ³. — Parece que te las arreglaste para rebotar el maleficio Avada hacia él, y ahora estÃ¡ sufriendo mas que tÃº.

— Muy bien. — dijo Harry alegremente. — AsÃ que podemos esperar algo de quietud.

— Yo dirÃa que sÃ. — dijo Dumbledore. — Los mortÃfagos no saben lo que pasÃ³, asÃ que estarÃ¡n quitecitos hasta que les digan que hacer.

— ¿Entonces, hoy es viernes? — preguntÃ³ Harry.

— SÃ. — dijo Hermione. — Estuviste noqueado por dos dÃas y medio.

— Hey. — dijo Harry con una risita. — No estÃ¡ mal, considerando mi record. ¿Qué pasÃ³ con el ED?

— Yo y Hermione... — empezÃ³ Ron.

— Hermione y yo. — corrigiÃ³ Hermione.

— ¿Importa? — preguntÃ³ Ron.

— SÃ. — dijo Hermione con firmeza.

— Muy bien. — suspirÃ³ Ron. — Hermione y yo hemos estado a cargo, junto con Blaise, Susan, Lavender, Luna y Padma. Seguimos tus notas y practicamos el escudo un poco mÃ¡s.

— Excelente. — dijo Harry. — ¿Ahora, alguien mas puede decirme que mas pasÃ³ mientras estuve noqueado?

Ginny se acomodÃ³ plÃ¡cidamente, escuchando con una oreja lo que los otros hablaban y con la otra el corazÃ³n de Harry.

Harry escuchÃ³ lo que habÃa pasado mientras estaba noqueado, haciendo preguntas y todo eso, pero estaba mÃ¡s preocupado por Ginny.

El sentimiento de desolaciÃ³n que ella sintiÃ³ lo habÃa dejado helado. Era algo que nunca habÃa experimentado y no querÃa que ella pasara por eso otra vez. Ella lo amaba. MÃ¡s que cualquier otra cosa, ella lo amaba. Lo hacÃa sentirse humilde porque por fin tenÃa lo que mas deseaba. Ella era alguien que lo ponÃa a él primero y lo querÃa de la misma forma que él la querÃa a ella.

Y él sÃ que la amaba. Y el picnic de maÃ±ana era el momento perfecto para él darle el primero de los tres anillos a ella.

Harry mirÃ³ su reloj cuando la gente dejÃ³ de hablar y vio que era casi la hora de almorzar. — Okey. — dijo él mirando alrededor. — Me voy a robar a Ginny por el resto de la tarde. Necesito investigar como les va a Fred, George y Abe. Creo que tenemos que empujar lo del lanzamiento lo mÃ¡s pronto posible para darle a Lucius donde le duela mientras Voldemort estÃ¡ fuera de comisiÃ³n. Eso le debe hacer sentirse inseguro sobre qué hacer en caso de que haga algo que Voldemort no le guste.

— Buena idea. — dijo Dumbledore.

— Canuto, toma la tarde libre también. No quiero que te metas en lÃos antes de maÃ±ana. La bÃºsqueda por la base de Voldemort puede esperar.

— ¿Molly, tiene algo planeado para esta tarde?

— Nada en absoluto. — contestÃ³ la aludida.

— ¿Ginny, a quien tienes trabajando para la comida de maÃ±ana?

— Lavender y Parvati. — respondiÃ³ Ginny al instante.

— ¿PodrÃa usted trabajar con ellas? Creo que las dos agradecerÃan el consejo de una experta.

— Me encantarÃa, Harry.

Harry cerrÃ³ los ojos y convocÃ³ su billetera en silencio. Cuando apareciÃ³ en su mano, se la pasÃ³ gentilmente a la mamÃ¡ de su novia. — Compre lo que haga falta. Si vamos a tener fiesta, mas vale que sea una buena.

— ¿Hermione, Ron? A ustedes les tengo un trabajito mÃ¡s difÃcil.

— ¿Qué cosa? — preguntÃ³ Hermione.

— Quiero que vayan con Remus a la biblioteca.

— ¿Para que? — preguntÃ³ Remus.

Harry respirÃ³ profundo. — Estuve pensando mientras me duchaba. — el joven pausÃ³ por un segundo y decidiÃ³ ver a cuantos adultos les podÃa tomar el pelo. — Y debÃ haber estado cansado porque no estaba pensando en Ginny. — Harry pausÃ³ y se echÃ³ a reÃr. Ginny estaba colorada, Snape se veÃa divertido, Sirius estaba gagueando, Molly y Arthur estaban con esta mirada de que lo que acaban de escuchar era demasiada informaciÃ³n. Minerva y Albus estaban riendo levemente, y Ron y Hermione se veÃan como si supieran que Harry estaba bromeando. TendrÃa que tratar mÃ¡s fuerte la prÃ³xima vez. — Y por alguna razÃ³n. — continuÃ³. — Estaba pensando en la vez aquella que estuve aquÃ en el hospital cuando Lockhart me removiÃ³ los huesos del brazo.

— ¿Y que mÃ¡s? — preguntÃ³ Remus suavemente.

— Bien. ¿Todos sabemos que él era un completo fraude, verdad?

— Erm, no todos lo sabÃamos, Harry. — dijo Sirius secamente.

— Oh, bueno, lo era. Pero eso no es lo importante ahora. Lo que él hizo fue, viajaba por el mundo, conocÃa gente, y sus historias, y las escribÃa clamando que él habÃa hecho esas cosas.

— AjÃ¡. — dijo Sirius asintiendo.

— Bueno, una vez nos contÃ³ una historia, en la clase de Defensa, de cuando estuvo por Australia.

Hermione mirÃ³ sorprendida a Harry. — ¿CÃ³mo me olvidé de eso? — preguntÃ³ bufando.

— No era tan importante en ese momento, Hermione. — dijo Harry encogiéndose de hombros.

— Pero me memoricé todos sus libros. — dijo ella. — Incluyendo Extraviado con Hombres Lobos… debÃ haber recordado.

— No debes culparte, Hermione. — dijo Harry con firmeza.

— Quien quiere apostar. — la voz de Sirius los interrumpiÃ³.

— Cara. — dijo Snape, mientras un galeÃ³n volaba por el aire.

— Cara es. — suspirÃ³ Sirius. — Todo tuyo.

— Muchas gracias. — dijo Snape con una risita. — Ya que gané, me toca la hacer la pregunta. ¿De que rayos hablan ustedes dos?

Harry se ruborizÃ³ mientras Ginny se reÃa a su lado. — Hermione, probablemente tÃº puedas citarlo mejor que yo.

Ella sintiÃ³. — Lockhart estaba hablando en clase con Harry al frente y dijo, "Yo me le eché encima, asÃ - y lo estrellé contra el piso - entonces con una mano me las arreglé para aguantarlo - y con la otra, le puse mi varita contra la garganta. Saqué lo que me quedaba de energÃa y le lancé un inmensamente complejo Encanto Homorphus y él dejÃ³ salir un maullido de angustia. Venga, Harry, mÃ¡s alto que eso - muy bien. La piel se le esfumÃ³, los colmillos se achicaron y él se volviÃ³ hombre otra vez. Simple pero efectivo. Y otra aldea me recordarÃ¡ para siempre como el héroe que les removiÃ³ el terror de ataques de hombre lobos mensuales."

— TÃº a veces asustas. — dijo Ron sonriendo. — ¡Hasta la voz imitaste!

— AsÃ es como en parte recuerdo las cosas. — explicÃ³ Hermione. — Me fui de vuelta a donde estuve en ese momento.

— Pues bien. — Harry continuÃ³, mirando la cara incrédula de Remus. — Nadie le hizo caso porque era Lockhart quien lo dijo. ¿Pero, que tal si en realidad habÃa un hombre lobo en Wagga Wagga? ¿Qué tal si alguien se las arreglÃ³ para encontrar una cura?

— Pero… — EmpezÃ³ Remus.

— Vale la pena investigar, Remus, mi viejo. — dijo Sirius alegremente. — De hecho, hasta me voy con ustedes a investigar.

Harry chillÃ³. — ¡Ayy! — y se desvaneciÃ³ con Ginny. — ¿Ya es seguro salir? — preguntÃ³ de debajo de la cama. PodÃa sentir a Ginny riéndose a su lado.

— ¿Err, donde te metiste? — preguntÃ³ Ron.

— Debajo de la cama. — respondiÃ³ Harry. — Canuto queriendo ir a estudiar es uno de las seÃ±as de que el Apocalipsis se avecina.

Harry se ApareciÃ³ de vuelta a la cama y sonriÃ³ cuando vio que todos, menos Sirius, estaban riendo a carcajadas.

— ¡Hey! — protestÃ³ Sirius.

— Okey. — dijo Snape mirando a su reloj. — Yo tengo una clase que enseÃ±ar. Los veré mas tarde.

— Y yo también. — dijo McGonagall, poniéndose de pie. — Es bueno verte despierto otra vez, Harry.

— Yo tengo que regresarme al trabajo. — dijo Arthur alegremente. — Te veré mas tarde querida. — dijo a su esposa y saliÃ³ del lugar.

— Yo iré a ver que han hecho las chicas con lo de la comida. — anunciÃ³ Molly. — Debe de ser divertido.

— No se preocupen por la bebida. — dijo Harry. — Veré si Fred y George pueden traer bastante cerveza de mantequilla para la escuela, si tienen la capacidad. Si no, compramos bastante de la vieja.

— Okey. — dijo Molly asintiendo. — CompÃ³rtate esta tarde. — le dijo a Ginny.

— Lo haré. — dijo Ginny calmadamente.

— Y nosotros nos vamos para la biblioteca. — dijo Hermione, llevÃ¡ndose a Ron, Remus y Sirius con ella, dejando a Harry, Ginny y Dumbledore a solas.

— Hablé con Severus. — dijo Dumbledore lentamente.

— Y yo ya tuve una charla muy efectiva con Harry. — interrumpiÃ³ Ginny.

— Ahh. — dijo Albus y asintiÃ³ lentamente. — En ese caso, le das mis saludos a sus hermanos y al mÃo.

— Lo haremos. — sonriÃ³ Harry y se ApareciÃ³ junto con Ginny en su cama en la torre de Gryffindor.

— Tengo que cambiarme de ropa. — dijo él. — Y a lo mejor tomar una siestecita.

— Vaya, Sr. Potter. — dijo Ginny con una sonrisa. — ¿EstÃ¡ tratando de que me acueste con usted?

Harry asintiÃ³ con ganas. Si no fuera porque estaba tan cansado, tratarÃa la parte de estar sin ropa también. — Por favor. — pidiÃ³.

— Bueno. — dijo Ginny, quitÃ¡ndose los zapatos y la falda, dejÃ¡ndose puesta una larga camisa blanca. — Que no se diga que yo no hago nada por ti. — dijo ella mientras se escurrÃa debajo de las cobijas con él.

— Gracias. — él sonriÃ³ y le dio un beso largo. — Te amo. — le dijo suavemente.

— Lo se, mi amor. — murmurÃ³ ella. — Duerme ahora, aquÃ estoy. Siempre estaré aquÃ.

De: Filius

Para: Los otros jefes de casas

Asunto: Un milagro

Estaba corrigiendo las tareas de mis estudiantes de sexto aÃ±o durante el almuerzo y me encontré con un ensayo peculiar.

Estaba muy bien escrito, una E definitiva. Y estaba hecha en la letra del estudiante.

El Ãºnico problema es que yo nunca le di esta tarea a este estudiante en particular. Y él ha estado inconsciente durante todo este tiempo.

Ahora, o los poderes de Harry han crecido tanto que puede escribir ensayos mientras estÃ¡ inconsciente o algo extraÃ±o estÃ¡ pasando.

De: Sev

Para: El comandante Albus y sus manos derechas

Asunto: Re: Un milagro

Debo confesar que yo noté algo similar. La tarea de Harry estÃ¡ aquÃ, bien hecha, bien escrita y es material E.

Desafortunadamente, la Srta. Granger es muy lista para su propio bien. Ella puede haber copiado la letra de Harry, y muchas de sus frases, pero no fue capaz de atontarlo lo suficiente.

Harry nunca ha escrito "a quien" en todo el tiempo que le he enseÃ±ado. Y tampoco ha usado la palabra "ininteligible" cuando "confundido" trabajarÃa de igual forma.

AsÃ que, ¿Por qué estÃ¡ la Srta Granger haciendo la tarea de Harry que no se ha asignado todavÃa?

Sev — Curioso

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Trabajando por la derrota del Gran Cretino desde hace Quince AÃ±os

De: Mujer mano derecha

Para: El resto

Asunto: Re[2]: Un milagro

Yo también lo recibÃ — tarea perfecta. Es una falsificaciÃ³n excepcionalmente buena, y si le hubiese asignado la tarea a Harry le darÃa puntos por el esfuerzo.

¿Creen que le deberÃamos preguntarle a la Srta Granger?

Min — Igual de curiosa

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prrr

De: Comandante Albus

Para: segundos al mando

Asunto: Re[3]: Un milagro

Conociendo a la Srta Granger como la conozco, pienso yo que ella estÃ¡ simplemente asegurÃ¡ndose de que Harry termine la escuela a tiempo y con buenas notas. Todos sabemos que él tiene cosas mÃ¡s importantes en su mente, como el mantener a todo el mundo vivo. Y como no le dijimos, ni a la Srta Granger, de que no le Ãbamos asignar tarea, ella debe de estar haciéndolas por él para asegurarse de que sus calificaciones no sufran.

Encuentro admirable y otro ejemplo de la lealtad que Harry genera en aquellos alrededor suyo.

Voy a tener una conversaciÃ³n calmada con ella sobre el asunto y si estoy correcto sobre sus motivos, entonces les sugiero a ustedes que acepten las tareas como si Harry la hubiese entregado y que ajusten las calificaciones segÃºn sea el caso.

Claro estÃ¡, estoy seguro que una vez Harry derrote a Voldemort, él volverÃ¡ a sus estudios de forma normal.

Albus

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Jefe de Magos del Wizengamot y Gran Hechicero de la ConfederaciÃ³n Internacional de Magos

De: Brote de la derecha (2)

Para: Izquierdos

Asunto: Re[4]: Un milagro

Bueno, en ese caso espero con ansias el recibir mÃ¡s tareas excelentes de parte de 'Harry’.

¿Sev, como siguen las apuestas?

Pommie

De: General guardador del libro de apuestas

Para: Los-casi-casi-ricos-profes

Asunto: Apuestas

Buenas noticias, tengo apuestas de cuatro a uno de uno de los sindicatos de los duendes.

Y yo no me preocuparÃa de que nos hagan trampa. Seré mÃ¡s amable hoy en dÃa, pero mis veinte y tantos aÃ±os de prÃ¡ctica de ser un antipÃ¡tico no estÃ¡n ahÃ por nada.

Casi me creo que él pagarÃa aÃºn si Harry perdiera.

Sev — silbando inocentemente

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Trabajando por la derrota del Gran Cretino desde hace Quince AÃ±os

De: Director General

Para: Coroneles superiores

Asunto: Re: Apuestas

Severus, deberÃa castigarte por amenazar a un duende, pero como estoy en las apuesta, no lo haré.

¿Has estado practicando?

Albus

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Jefe de Magos del Wizengamot y Gran Hechicero de la ConfederaciÃ³n Internacional de Magos

De: Snape

Para: Minnie y Rolanda

Asunto: Ayuda

¿Les podrÃa pedir un favor? Albus me acaba de recordar que necesito algo de prÃ¡ctica, asÃ que ¿podrÃan reunirse conmigo para una prÃ¡ctica o dos?

Gracias,

Sev

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Trabajando por la derrota del Gran Cretino desde hace Quince AÃ±os

De: Buscadora Min

Para: Buscador Sev

Cc: Guardarora Rollie

Asunto: Re: Ayuda

Normalmente no… pero como hay dinero envuelto, cuenta conmigo. TodavÃa me acuerdo de un truco o dos de aquellos tiempos que hasta el dÃa de hoy no se han visto.

Min

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prrr

De: Sev Agradecido

Para: Minnie

Asunto: Re[2]: Ayuda

No eres tan vieja, querida Minnie, ciertamente no lo aparentas

Severus

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Trabajando por la derrota del Gran Cretino desde hace Quince AÃ±os

De: Una ruborizada Min

Para: Encantador de serpientes

Asunto: Re[3]: Ayuda

Eres un encanto, pero de todos modos, todavÃa recuerdo cuando YO te enseÃ±é Transformaciones.

Min

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prrr prrr

De: El que no encanta a los gatos

Para: La gata

Asunto: Re[4]: Ayuda

Pero los aÃ±itos los llevas tan bien…

¿Puedo pasar por tu oficina mÃ¡s tarde? Necesito algo de consejos del corazÃ³n.

Sev

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Trabajando por la derrota del Gran Cretino desde hace Quince AÃ±os

De: AhÃ se fue otra de mis vidas

Para: El mata-gatos

Asunto: Re[5]: Ayuda

Creo que por poco me atraganto cuando leÃ ese Ãºltimo mensaje. Me sentirÃa mal si no fuera porque estoy bien curiosa.

Ven como a las nueve. Te tendré una bebida lista.

--
prrr

De: Harry

Para: Sev

Asunto: Plantas Venenosas

Agradezco la lecciÃ³n de botÃ¡nica. Entiendo ahora como las pociones son mÃ¡s Ãºtiles con un chin de veneno.

Me gustarÃa una demostraciÃ³n, frente a frente, como quien dice, el domingo.

Harry.

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Audaces fortuna juvat

De: Profesor Snape

Para: Harry Potter

Asunto: Re: Plantas Venenosas

¿EstÃ¡s SEGURO que no eres un Slytherin?

Arreglaré para una demostraciÃ³n, y dale mis disculpas a la Srta Weasley, pero esto debe ser una sesiÃ³n a solas.

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Trabajando por la derrota del Gran Cretino desde hace Quince AÃ±os

De: HJP

Para: SS

Asunto: Re[2]: Plantas Venenosas

AccedÃ a contarle después a Gin todo lo que aprenda, y ella estÃ¡ conforme con eso.

Me deja saber a que hora.

Oh, deberÃa hablar con Sirius… él tiene una cura bien efectiva para las resacas. Si los dos ponen esas mentes a trabajar, quien quita si la logran mejorar. CMOdBeH te comprarÃa la receta de ustedes y venderla junto a la cerveza de mantequilla para la perfecta salida nocturna.

AsÃ los dos ganarÃan mucho dinero con eso.

Harry

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Audaces fortuna juvat

De: Sev

Para: Sirius

Asunto: Sociedad

Parece que Harry no estÃ¡ contento con que nosotros nos llevemos bien; ahora decidiÃ³ que deberÃamos trabajar juntos.

Me dice el chico que tienes una cura para las resacas que podrÃa mejorarse un poco. Ã‰l sugiriÃ³ que trabajÃ¡ramos juntos y luego venderle la licencia a Harry para producirla.

¿Qué crees?

Sev.

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Trabajando por la derrota del Gran Cretino desde hace Quince AÃ±os

De: Pensativo

Para: Provocador

Asunto: Re: Sociedad

¿Ya saliste de clases? Estoy tan atrÃ¡s en esto de investigar que estoy pensando en convertirme en Canuto para al menos ser Ãºtil y calentarles los pies.

Si ya saliste, paso por allÃ¡ y discutimos esto en persona.

¿Alguna vez pensaste que terminarÃamos de amigos y que pasarÃamos el tiempo detrÃ¡s de un chico de dieciséis aÃ±os que tiene siempre problemas buscando pasar tiempo con su novia?

Sirius

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ladrando pensativamente

De: Pobre Profesor

Para: La persona que puede cambiar eso

Asunto: Re[2]: Sociedad

En realidad, podremos hablar de eso cuando llegues acÃ¡. Aunque no voy a romper la confianza de Harry (estuve dentro de su mente) tenemos que ver como nos las arreglamos para facilitarles algo de tiempo a solas.

Ven para el sÃ³tano cuando puedas, estÃ¡ cerca de la sala comÃºn de Slytherin.

Sev

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Trabajando por la derrota del Gran Cretino desde hace Quince AÃ±os

— Ponte esto. — dijo Ginny, colocando una camisa negra en la cama.

— Okey. — sonriÃ³ Harry. — Es un poco desconcertante despertarte y darte cuenta que te perdiste la mitad de la semana.

— Apuesto que sÃ. — sonriÃ³ Ginny mientras se sentaba en el borde de la cama. — ¿CuÃ¡l es el plan de esta tarde?

— Vamos a ir a ver a Fred, George y Abe primero. Luego iremos a ver a los duendes y actualizarlos en lo que estÃ¡ pasando. Luego iremos al Ministerio a ver como les va a Percy y a Kingsley.

Ginny sonriÃ³ suavemente. — Esa es una tarde ocupada. — dijo ella. — ¿Pero donde estÃ¡ la hora de beso-Ginny en todo eso?

Harry pausÃ³ en abotonarse la camina y la mirÃ³ seriamente. — Estoy esperando tener la suficiente energÃa al final del dÃa, y si la tengo, iremos a pasear en bote hasta el medio del lago para estar a solas.

Ella le sonriÃ³ de forma radiante. — Maravilloso. — dijo aplaudiendo. — Vamos pues. Y no te preocupes sobre tener la energÃa. La tendrÃ¡s.

Harry asintiÃ³. — ¿Me veo bien?

— Te ves como si hubieses luchado por tu vida, y que deberÃas estar descansando, pero eres muy responsable para hacer eso.

La sonrisa de Harry era torcida. — AsÃ es como me siento. Pero te prometo que maÃ±ana soy todo tuyo. — dijo alargando los brazos. — Vamos.

Ginny sonriÃ³ y se moviÃ³ hacia los brazos de él, abrazÃ¡ndolo fuertemente. Un segundo mas tarde, los dos habÃan Aparecido en un almacén gigante.

Una inmensa rueda estaba dando vueltas en una esquina, un lÃquido marrÃ³n bajando en forma de cascada en lo que parecÃa un riachuelo profundo. Alrededor de riachuelo, botellas multicolores estaban burbujeando alegremente, ocasionalmente eructando burbujas reverberantes.

— Bienvenidos. — exclamÃ³ Aberforth, saludando feliz. — A la fÃ¡brica de Cerveza de Mantequilla Original de Abe el Honesto.

— Se ve fantÃ¡stico. — dijo Ginny, mirando alrededor.

— Lo es. — dijo Abe. — Vengan, y echen un vistazo. — él los llevÃ³ a una esquina, donde lo que parecÃan un par de brazos gigantes estaban moviéndose a un ritmo estable. — Esto es el Burbujeo. — dijo con orgullo. — Es lo que le da a la cerveza su espuma. Parte muy importante del negocio.

— Esto. — continuÃ³ él apuntando a la rueda. — Es la mezcladora. Lo que hace es mezclar agua y la primera parte de mi fÃ³rmula. La altura estÃ¡ puesta de forma perfecta. Intentamos usar una batidora gigante, pero no era tan dramÃ¡tico. Cada una de esas burbujas de cristal estÃ¡ aÃ±adiendo mas ingredientes a la mezcla, incluyendo los preservativos.

Abe dio un bailecito hasta donde el riachuelo de cerveza parecÃa desafiar la gravedad y flotar en una tuberÃa enorme. — De aquÃ va a la planta embotelladora. — explicÃ³ alegremente.

— Este lugar parece un parque de diversiones muggle. — dijo Harry.

— Exacto. — dijo Abe abriendo los brazos. — Vamos a abrir una sucursal de Sortilegios Weasley aquÃ y cobrarles a las familias mÃ¡gicas por un tour. Vamos a tener un Ã¡rea experimental donde los chiquillos puedan jugar con los Ãºltimos inventos de los gemelos, sin cargos, dÃ¡ndonos una invaluable investigaciÃ³n de mercadeo y sujetos de prueba de forma gratuita.

— Y luego vamos a aÃ±adir un campo de Quidditch para que la gente pueda pretender que son VÃktor Krum u Oliver Wood.

Harry se rio suavemente y colocÃ³ el brazo alrededor de Ginny. — ¿Necesitan dinero para hacer todo eso?

— Debemos de tener suficiente con lo que ya invertiste. — dijo Abe, de repente serio.

Harry se encogiÃ³ de hombros. — Es solo dinero, Abe, y me gusta ver a mis amigos felices.

— Ese no es el punto, Harry. — replicÃ³ seriamente Abe. — El punto es divertirnos haciendo algo que nos gusta. He vivido una existencia tranquila por muchos aÃ±os. Con solo Michael y yo. Esto. — dijo, agitando la mano alrededor. — Es lo mas divertido que he hecho desde la vez aquella que Albus y yo cruzamos el MediterrÃ¡neo en un crucero con la monjas de La Madre de todos los Santos.

— Un dÃa de estos — dijo Harry lentamente. — Vamos a sentarnos y me vas a contar todas tus historias.

— Y a mÃ también. — dijo Ginny con firmeza.

— Debes de saber, Harry. — dijo Abe con una risita. — Que a los viejos nos encanta hablar.

— Y a nosotros nos encanta escuchar. De todos modos, ¿DÃ³nde estÃ¡n Fred y George? Quiero hablar con ellos sobre lo que estÃ¡ pasando aquÃ.

— Por aquÃ. — dijo Abe, abriendo una puerta hacia el Ã¡rea de embotellamiento.

Adentro habÃa otra plétora de avisos y olores. La cerveza de mantequilla que habÃa pasado por la tuberÃa del otro lado, todavÃa estaba desafiando la gravedad, mientras corrÃa por el techo hacia una tuberÃa al revés antes de entrar a un cernedor enorme. La cerveza entonces se dividÃa en treinta o cuarenta vÃas diferentes y fluÃa dentro de una serie de conductos, cada cual terminando en una lÃnea de botellas.

Una contracepciÃ³n que funcionaba con vapor controlaba el flujo, deteniéndose cuando nuevas botellas eran colocadas en su lugar. Cuando las botellas estaban llenas, estas se movÃan a otra maquina donde dos manos en forma de esqueleto les ponÃan la tapa y la etiqueta.

— ¿Eso no que es algo ineficiente? — preguntÃ³ riéndose Harry.

— Un poco. — dijo Fred, apareciendo de la nada. TenÃa puesto un mameluco azul. — Pero esto es solo para las botellas. La distribuciÃ³n al por mayor se hace abajo y allÃ¡ tenemos el cuÃ¡druplo del volumen que tenemos aquÃ.

— ¿CÃ³mo van con el volumen?

— Estamos a producciÃ³n total, y listos para el lanzamiento el lunes.

— ¿Les sobra lo suficiente para repartirla a los estudiantes de Hogwarts maÃ±ana?

George bajÃ³ del techo, colgando de una soga patas arriba. Estaba vistiendo un mameluco naranja brillante. - ¿Nos vas a entrar a Hogwarts? — preguntÃ³ George con una amplia sonrisa.

Harry asintiÃ³.

George dio una voltereta hacia el suelo y dio un bailecito. — ¡Tan pronto prueben esto, estarÃ¡n adictos y le dirÃ¡n a sus padres! ¡Perfecto!

— Pueden agradecer a su hermana. Es su idea y ella es la que estÃ¡ organizando la fiesta.

— Y sÃ. — dijo Ginny instantÃ¡neamente. — Los tres estÃ¡n invitados. Es maÃ±ana a las diez en punto.

— ¿Qué dices, Abe? — preguntÃ³ Fred. - ¿Crees que puedas tomar un dÃa para ir a socializar y enseÃ±ar lo que tenemos?

— Creo que sÃ. — dijo Abe alegremente. — Esta cosa ya corre por sÃ sola.

— Bueno. — sonriÃ³ Harry. — Sobre eso. Les tengo otro reto.

— ¿Otro? — preguntÃ³ George. — TodavÃa no terminamos con este.

— Shh, George. — dijo Fred consolando. — Estoy seguro que nos traerÃ¡ mucho dinero. ¿Verdad que sÃ, Harry?

Harry echÃ³ un pasito para atrÃ¡s para no estar ya al lado de Ginny. — Tengo a Snape y a Sirius trabajando juntos en una cura para las resacas. Ya yo la traté y se que funciona. De esta forma, la gente puede beber todo lo que quiera y luego tomar la cura y estar bien para trabajar al dÃa siguiente.

Fred y George se miraron uno al otro antes de lanzarse contra Harry, el cual se echÃ³ calmadamente para el lado.

Mientras Fred y George volaban por los aires, Abe brincÃ³ y cayÃ³ encima de Harry.

— ¿No pensaste que te saldrÃas con la tuya con esa de nuevo, eh? — demandÃ³ Fred con una enorme sonrisa.

Harry gruÃ±Ã³ y tirÃ³ a Abe para el suelo, un poco asombrado de lo fuerte que era el anciano — Lo esperaba. — gruÃ±Ã³. — De todos modos, voy a ir a ver a Amelia Bones para ver si aumenta el castigo para los borrachos y los que arman lÃos. No habrÃ¡ excusa para todo eso cuando se pueden curar la resaca de forma rÃ¡pida. De esa forma no arriesgamos el que alguien se vuelva loco bebiendo.

— Y podemos reclamar que uno sea socialmente responsable. — dijo Fred en acuerdo.

— ¿Socialmente responsables? ¿Nosotros? — preguntÃ³ George, antes de caer al piso riendo histéricamente.

Ginny sonriÃ³ y sacudiÃ³ la cabeza lentamente. — Si no fuera por que estoy relacionada con ustedes dos, los negaba desde hacÃa tiempo.

— No lo harÃas. — dijo Fred, respirando fuerte después de tanta risa. — Siempre has sido nuestra hermana favorita.

— Soy su Ãºnica hermana.

— Irrelevante. — dijo George con desdén. — El punto es, nos amas porque somos guapos.

— Seguro. — dijo Harry secamente. — No para volver sobre lo mismo, pero ¿como estÃ¡n los abogados con las notificaciones de cese y desista?

— EstÃ¡n listas.

— Estaba pensando. — dijo Harry lentamente.

— RÃ¡pido, alguien que busque algo de oxÃgeno. — dijo Abe. — Cuando empieza a pensar hay que estar preparado.

Harry le espetÃ³ una mirada de pocos amigos. — ¿No serÃa mas efectivo que los abogados fueran acompaÃ±ados de algunos duendes armados, como guardias? Eso enviarÃa el mensaje de que no estamos jugando.

— ¿CÃ³mo vas a arreglar eso? — demandÃ³ Fred.

— Déjenmelo a mÃ. — sonriÃ³ Harry. — Los tendré aquÃ el lunes. - él se volteÃ³ hacia Ginny de forma de disculpa. — Me va a tomar un poco mas de tiempo en el banco del que pensé.

Ginny sonriÃ³ y rodÃ³ los ojos. — No te olvides de la hora beso-Ginny.

— ¿Problemas en el paraÃso? — preguntÃ³ George, con los ojos encendidos divertidos.

— Solo que Harry tiene problemas con su tiempo libre, del cual no tiene nada. Organizar la derrota de Voldemort le toma mucho tiempo. — dijo con un mohÃn.

— Te prometo que maÃ±ana soy todo tuyo. — dijo Harry suavemente. — Y esta noche.

— Lo se. — dijo ella, parÃ¡ndose en la punta de los pies para besarlo en la mejilla.

— Se me olvidÃ³ eso. — dijo Fred, negando con la cabeza. — Siempre se me olvida que todavÃa estÃ¡s en la escuela, y organizando todo este lÃo a la vez. Pareces siempre estar en todos lados cuando se te necesita.

— No soy infalible. — dijo Harry encogiéndose de hombros. — Solo estoy tratando en lo mejor posible que aquellos a quienes quiero estén contentos. — Harry mirÃ³ su reloj. — Y mÃ¡s vale que nos vayamos. Tengo que hablar con Mackrack.

— SÃ que te mueves en cÃrculos altos. — comentÃ³ Fred. — Pero porque nos asombramos; sabÃamos que estarÃas destinado para cosas grandes, especialmente después que salvaste a nuestra Ginny. Y nunca te hemos dicho esto. — dijo poniéndose serio de repente. — Pero te debemos mÃ¡s de lo que podemos pagarte. El que tÃº vinieras a nuestras vidas fue lo mejor que pudo haberle pasado a nuestra familia. Hasta persuadiste a Percy de que dejara de ser un pedazo de tonto.

— Seguro que sÃ. — continuÃ³ George. — Estaremos ahÃ contigo en donde sea.

Harry se ruborizÃ³ y mirÃ³ para abajo, levemente de la enorme sonrisa que tenÃa Ginny. Ella se moviÃ³ hacia al frente y besÃ³ a sus dos hermanos en la mejilla. — A ustedes los amo también. — dijo ella. — Con todo y lo incorregibles que son.

Fred y George sonrieron a la vez. — ¿Quieres un caramelo? — dijeron a la vez.

Ginny soltÃ³ una risotada y brincÃ³ a los brazos de Harry. — SÃ¡came de aquÃ, rÃ¡pido.

— Okey, los veremos maÃ±ana. — dijo Harry con una sonrisa y los ApareciÃ³ a los dos en la entrada de Gringotts.

— Cuando entremos, no te sorprendas de lo que diga. — dijo Harry entrelazando un brazo con el de ella.

— ¿Oh? — preguntÃ³ ella.

Harry le sonriÃ³. — Mackrack hace un buen té. — dijo cambiando el tema. — Me sorprendÃ mucho cuando lo conocÃ el lunes.

— ¿Qué le vas a preguntar?

Harry se echÃ³ una sonrisita. — Eso serÃa decirlo todo.

Ginny dio un brinquito frente a él y colocÃ³ los brazos alrededor del cuello de Harry. Ella se moviÃ³ firmemente contra él, dÃ¡ndole besitos en la quijada. — Harry. — ronroneÃ³.

Harry sintiÃ³ sus brazos agarrarla de forma automÃ¡tica, abrazÃ¡ndola cerca. — Ginny. — gruÃ±Ã³.

— ¿Qué le vas a preguntar? — preguntÃ³ ella de nuevo, sus ojos grandes y claros, mirÃ¡ndolo con amor absoluto.

— Eres una bruja. — gruÃ±Ã³ él. — ¿CÃ³mo se supone que le hable ahora a Mackrack?

— Solo piensa en Umbridge con un bikini. — sugiriÃ³ Ginny. — Y ahora que te abochorné lo suficiente, tienes a un duende esperando hacia la izquierda.

— Hola, Griphook. — dijo Harry. — Se que no tengo una cita, pero me preguntaba si podrÃa ver a Mackrack esta maÃ±ana.

Griphook se inclinÃ³ solemnemente. — Creo que se puede arreglar. — dijo. — Si me siguen por favor.

— Venga mi moza. — gruÃ±Ã³ Harry. — Y no te creas que no me las va a pagar por esa mas tarde.

— No puedo esperar. — dijo ella riendo.

Los tres caminaron por el pasillo de estatuas hasta la lujosa oficina. — Mackrack, esta es Ginny, mi compaÃ±era. Ginny, este es Mackrack, manejador de Gringotts y el actual lÃder de los duendes. — dijo Harry presentÃ¡ndolos.

Mackrack se inclinÃ³ formalmente. Ginny hizo una reverencia y sonriÃ³ al duende. — Es un placer conocerlo. — dijo ella, caminando hacia el duende y ofreciéndole la mano.

Mackrack la tomÃ³ y luego mirÃ³ a Harry. — DebÃ suponer que la compaÃ±era de Harry Potter no tendrÃa tampoco prejuicios.

Harry sonriÃ³ y colocÃ³ un brazo sobre los hombros de Ginny.

— Por favor, tomen asiento. — dijo Macrack, indicando un sofÃ¡ en la esquina. — Mi escritorio es un poco formal a veces. ¿Les puedo ofrece algo de beber?

— Harry me dijo que usted hacÃa un té excelente. Eso serÃa maravilloso.

Mackrack enseÃ±Ã³ los dientes y asintiÃ³. — Griphook. — llamÃ³, tomando asiento en una silla enorme.

— Creo que deberÃa saber. — dijo Harry sentÃ¡ndose al lado de Ginny. — Que Voldemort y yo tuvimos una de nuestras peleas el martes. Me temo que Voldemort saliÃ³ peor que yo.

— La cara de serpiente esa tiene esta manÃa de que le rebote el maleficio Avada. — aÃ±adiÃ³ Ginny.

Mackrack sonriÃ³ lentamente. — Me alegra ver de que no estÃ¡ muerto.

— También yo. — dijo Harry riendo. — Pero ya basta de eso, vamos a hablar de cosas mÃ¡s importantes.

— ¿Qué es mas importante que Voldemort? — preguntÃ³ Mackrack.

— Dinero, por supuesto. — contestÃ³ Harry.

— Ahh, Harry, sabÃa que usted era especial. — dijo Mackrack riendo. — ¿Qué es lo que desea?

— Pues bien. — dijo Harry, respirando hondo. — Estaba pensando que los Mercenarios Duendes son legendarios, especialmente por su valentÃa. Si los fuera a contratar, no solo tendrÃan ellos algo que hacer y mantenerse en forma, pero también podrÃan disfrutar de una buena pelea. También les enseÃ±arÃan al mundo mÃ¡gico que tan lejos los duendes han llegado en los Ãºltimos siglos y la poblaciÃ³n se darÃa cuenta de la suerte que tienen de tener tan buenos banqueros.

Mackrack lo mirÃ³, sus ojos sin revelar nada. Ã‰l tomÃ³ la bandeja que Griphook trajo al lugar y les pasÃ³ a cada uno una taza de té. Harry tomÃ³ un sobro del suyo y sonriÃ³ conforme. — Excelente. — dijo exhalando.

— SÃ, es bueno. — dijo Ginny.

— Creo, Harry. — dijo Macrack mientras sorbÃa su té. — Que podré dejarle contratar nuestros mercenarios. Obviamente, tengo que cobrarle.

— ¿CuÃ¡nto? — preguntÃ³ Harry.

— Hmmm. — dijo Mackrack lentamente. — Ciento cincuenta soldados, comandantes y personal asociado, mÃ¡s equipo. Le tendrÃa que cobrar un galeÃ³n.

— Usted sÃ que es duro con los trueques. — dijo Harry asintiendo. — Sin querer meterme en sus tratos confidenciales, pero si, digamos, Lucius Malfoy viniera y preguntara por un servicio similar… — dijo él sin terminar.

— Le cobrarÃa el precio completo. — dijo Mackrack. — No puedo permitir que dos personas tengan el descuento; simplemente no se hace. Y juzgando por el estado de las finanzas de los Malfoy a él se le harÃa extremadamente difÃcil conseguir la suma.

— MÃ¡s aÃºn después del lunes. — dijo Harry riendo. — Una de mis compaÃ±Ãas acaba de adquirir los derechos legales de marca registrada de la cerveza de mantequilla. El lunes, nuestros abogados van a visitar diferentes negocios y las fÃ¡bricas principales, demandando el cese inmediato de la producciÃ³n y venta de la cerveza de mantequilla bajo nombre actual.

— A la misma vez, les vamos a ofrecer el comprar toda la cerveza vieja, a precio reducido y ofrecerles venderles el producto nuevo, mejorado, bebido y endorsado por mÃ personalmente.

— Va a hacer una absorciÃ³n completa. — dijo Mackrack calmadamente. — ¿EstÃ¡s escribiendo esto Griphook?

— SÃ seÃ±or. — dijo Griphook.

— Me gustarÃa contratar algunos guardias maÃ±ana para los abogados. Esto es negocio, no personal, asÃ que pagaré el precio completo.

Mackrack asintiÃ³ firmemente. — Eso es lo que me gusta de usted, Sr. Potter. Sabe hasta donde llegar. Gustosamente les proveeremos con los guardias. ¿Quiere que le diga a los que visiten las fÃ¡bricas que cualquier daÃ±o accidental a la propiedad no se verÃ¡ con buenos ojos?

— Absolutamente. DÃgales que se les pagarÃ¡ con un bono. Se que los duendes detestan eso.

— De hecho. — dijo Mackrack. — Griphook. ¿El Sr. Malfoy tiene cuentas pendientes con nosotros?

— Algunas. — dijo Griphook. — No tengo la cifra exacta.

— Prepare los documentos para el cierre del lunes. Queremos asegurarnos de obtener nuestro dinero primero.

— ¿Eso no lo pondrÃ¡ en aprietos con los morti-estÃºpidos?

— En lo absoluto. — Mackrack dijo enseÃ±ando los dientes. — Esto es estrictamente negocios, y ellos saben que los negocios son primero.

Harry termino su té y se relajÃ³ en su asiento. — Cuando todo esto se termine, me gustarÃa hablar con usted sobre mis bÃ³vedas y manejarlas propiamente. Creo que me gustarÃa empezar una compaÃ±Ãa de inversiones.

— Sr. Potter — dijo Mackrack con firmeza. — Si las cosa salen como esperamos que salgan, usted nunca tendrÃa que preocuparse por semejante cosa. Tenemos los mejores aquÃ.

— Eso no lo dudo. — dijo Harry sonriendo. — ¿Va a sacar el costo de mi bÃ³veda para los guardias del lunes?

— Seguro que sÃ.

— ¿Terminaste ya, cariÃ±o? — le pregunto Harry a Ginny. Cuando ella asintiÃ³, el se puso de pie, dÃ¡ndole un apretÃ³n de manos a Mackrack. — Ha sido un placer. Me gustarÃa hacer esto de nuevo sin todas estas necedades.

Mackrack se inclinÃ³, y mientras tomaba la mano de Ginny, le dio un beso en el dorso. — El placer ha sido mÃo, Harry. Usted y su compaÃ±era siempre serÃ¡n bienvenidos.

— Gracias. Estaré en contacto con usted sobre lo de los mercenarios. A lo mejor querrÃ¡n practicar un poco por si las moscas.

— EstarÃ¡n listos, tiene mi palabra.

Harry se inclinÃ³ y tomÃ³ la mano de Ginny. — Fue agradable verlo también, Griphook. — deslizÃ¡ndose mientras abrazaba a Ginny, Harry los DesapareciÃ³ del lugar.

Mackrack se quedÃ³ mirando el espacio por varios largos minutos. Luego se girÃ³ y presionÃ³ el botÃ³n sobre su escritorio, echando para atrÃ¡s la pared, para poder llamar en conferencia a los jefes de las otras sucursales.

— ¿Mackrack? — el jefe de la sucursal egipcia preguntÃ³. — Esto es inusual.

— Acabo de tener una reuniÃ³n inusual. — dijo Mackrack, gruÃ±endo suavemente.

— Seguro. — dijo el jefe de Egipto, levantando las manos. — No quise implicar nada.

— Acabo de tener al Sr. Potter aquÃ de visita junto con su compaÃ±era. Parece que Harry estÃ¡ siguiendo la costumbre de los duendes de encontrar a su compaÃ±era de por vida a temprana edad. Los dos parecen ser devotos uno al otro.

Una ola de aprobaciÃ³n corriÃ³ por las diferentes chimeneas.

— Y su compaÃ±era es igual de abierta que él. AccedÃ a contratarle nuestros mercenarios por la suma de un galeÃ³n, para que Harry se enfrente a Voldemort.

— ¡Un galeÃ³n! — el jefe de Egipto demandÃ³. — ¿EstÃ¡ loco?

— Sr. Slitcsythe. — tronÃ³ Mackrack. — Va a recordar su lugar o lo remuevo de ahÃ.

— Pero se ha vuelto loco. — protestÃ³.

— ¿Loco? — gruÃ±Ã³ Mackrack. — ¿Cuanto piensa usted vale la confianza total de la poblaciÃ³n del mundo mÃ¡gico? ¿Qué tanto vale la recomendaciÃ³n personal del héroe de ellos? ¿CuÃ¡nto vale la derrota de Voldemort? ¿CuÃ¡nto vale Harry solamente — el Harry que estÃ¡ organizando la toma total del negocio de la cerveza de mantequilla?

— Su problema, Slitscythe, es que es incapaz de ver mÃ¡s allÃ¡ de su pequeÃ±a e insignificante nariz. — insultar la nariz de otro duende era el peor insulto posible. — Nos estÃ¡n dando la posibilidad de sobrepasar la desigualdad que sufrimos y todo lo que importa son unos mÃseros galeones.

Ã‰l pausÃ³ y mirÃ³ hacia todas las chimeneas.

— Aprovecho y llamo aquÃ a votaciÃ³n para remover a Slitscyche como manejador general de Gringotts de Egipto.

— Secundada. — el jefe de la sucursal francesa dijo instantÃ¡neamente. — ¿A favor?

Una coro de "sÃ" corriÃ³ por el lugar.

— ¿En contra?

Solo hubo silencio. Debido a sus reglas, cualquiera que se enfrentaba a ser despedido de la junta no podÃa hablar en defensa propia. TenÃa que depender en otros para defenderlo. Desafortunadamente, esta vez nadie intercediÃ³ por su bienestar.

— Entonces estamos de acuerdo. — dijo Mackrack complacido. — Voy a enviar a Griphook inmediatamente para que se haga cargo por unos dÃas en lo que elegimos un reemplazo. — Mackrack presionÃ³ un botÃ³n y la cara de Slitcyche se desvaneciÃ³ del fuego.

— Ya que salimos de esa. — dijo el jefe de la sucursal espaÃ±ola alegremente. — ¿MencionÃ³ usted una absorciÃ³n?

— Oh, de hecho. — dijo Mackrack, mostrando los dientes. El duende explicÃ³ el plan rÃ¡pidamente. — Harry no solo insistiÃ³ en pagar por los guardias el lunes, pero también prometiÃ³ el permitirnos manejar su enorme fortuna.

— Como usted dijo. — el jefe de la sucursal espaÃ±ola seÃ±alÃ³ alegremente. — Vamos a ganar mÃ¡s que el precio de los mercenarios. Muy buen negocio.

— Harry entiende que cuando todos ganan, es mejor. Ã‰l confÃa en nosotros y nosotros devolveremos esa confianza.

— Sobre todo.

— Muy bien. — dijo Mackrack. — Ya que estamos todos aquÃ, vamos a discutir las ganancias del dÃa de hoy.

De: Draco

Para: MamÃ¡

Asunto: Yo

No se si puedo escribir esto, pero se me sugiriÃ³ que serÃa buena idea sacÃ¡rmelo del pecho.

Muchas cosas han pasado en estas Ãºltimas semanas. Algunas las debes de saber, estoy seguro que papÃ¡ se habrÃ¡ quejado bastante.

Para clarificar…

Soy gay.

Creo que siempre lo he sido.

He tratado mucho ser lo que PapÃ¡ querÃa — una versiÃ³n joven de él. He odiado lo que él odia, me he burlado de lo que él se burla y he alineado a medio mundo con la esperanza de que recibirÃa algo de parte suya. Una mirada, lo que sea.

¿Y sabes que? He fallado en todo eso. Lo que sea que haga, Potter ha sido mejor que yo y PapÃ¡ nunca me ha perdonado por eso.

¿Y la cosa mÃ¡s tremenda? A Potter no le importa. A él no le importa lo que yo, o PapÃ¡ haga, él solo quiere que le dejen en paz. Ã‰l va a salvar el mundo, y si se sale con la suya, se retirarÃ¡ de la vida pÃºblica para ser feliz.

Y ahÃ es donde puedo aprender de él. Ã‰l quiere ser feliz. No puedo recordar la Ãºltima vez que estuve feliz. Aun cuando papÃ¡ comprÃ³ mi entrada al equipo de Quidditch, yo estaba muy asustado pensando que lo iba a defraudar.

Por mucho tiempo me he negado lo que soy. Quien soy.

No soy Lucius Malfoy hijo.

Soy Draco Malfoy, un chico que no va a negar mÃ¡s lo que ha tratado desesperadamente de negar.

Se que papÃ¡ me va a abandonar por esto. Es una de las cosas de las que he tenido que hablar, y no se si pueda soportar ser pobre, pero imagino que no tengo mucha opciÃ³n en el asunto, ¿verdad?

Yo te quiero, y verdaderamente espero, que por una vez, te enfrentes a papÃ¡, y que puedas mantenerme en contacto contigo. No te preocupes, no diré eso en persona. Se muy bien como detestas las declaraciones de afecto. Pero, considerando que estoy admitiendo que soy gay, decir que te quiero no estÃ¡ como quien dice en el mismo nivel.

Y antes de que lo pienses, no, no hay nada que puedas hacer para detenerme de ser gay, y no hay 'cura’ tampoco. No estoy sufriendo de una enfermedad aquÃ.

Espero que me escribas de vuelta, pero entenderé si no lo haces.

Draco Malfoy

De: Drac

Para: Ter

Asunto: MamÃ¡

Le dije. No le he dicho a papÃ¡, ella lo puede hacer. De todos modos, él es un homo fÃ³bico… encima de ser un supremacista y racista. De hecho, no creo que haya un 'ista’ que a papÃ¡ no le guste.

De: Orgulloso

Para: Mi orgullo

Asunto: Re: Padres

Estoy orgulloso de ti, Drac.

Y ya sabes lo que dicen de los homo fÃ³bicos.

"No soy homo fÃ³bico, no tengo fobia del hogar"

Terry

De: D

Para: T

Asunto: Re[2]: Padres

Argggg

Los dos se aparecieron en el Ministerio de Magia, cerca de la oficina de Percy. Ginny mirÃ³ a Harry y suspirÃ³ suavemente. — ¿EstÃ¡s seguro de que tienes que hacer esto ahora?

Ã‰l asintiÃ³, luciendo exhausto. — Tengo que saber que estÃ¡ pasando. Tengo que dar la impresiÃ³n de que estoy en todos los sitios donde tengo que estar, como Fred y George dijeron. — él enderezÃ³ los hombros y forzÃ³ el cansancio para fuera.

Ella suspirÃ³ de nuevo y le dio un ligero abrazo. — No puedo esperar a que todo esto se acabe, y no tenga que compartirte con todo el mundo.

— ¿Tienes planes para mÃ? — preguntÃ³ él sonriendo.

— Planes que incluyen una cama, nada de ropa y muchos gruÃ±idos. — dijo ella bromeando y riendo cuando lo vio ruborizÃ¡ndose.

Ella abriÃ³ la puerta de la oficina de Percy, y pausÃ³ cuando el sonido de griterÃa les llegÃ³.

— ¡Va a detener esta investigaciÃ³n inmediatamente!

— ¡No lo haré! — respondiÃ³ la voz de Percy.

— Si sabe lo que es bueno para usted y su familia…

Harry suspirÃ³ y se moviÃ³ hacia la puerta, abriéndola de sopetÃ³n. — ¡Lucius! — llamÃ³ alegremente. — ¡Qué bueno verle de nuevo!

Malfoy lo mirÃ³ e hizo una mueca. — ¡Potter!

— Muy bien. Reconocimiento instantÃ¡neo. Bien impresionante. ¿AsÃ que, me puede decir porque estÃ¡ fallando en intimidar a alguien aquÃ?

— Yo…

— EstÃ¡ fallando porque su apoyo en el ministerio estÃ¡ bien abajo. — dijo Percy formalmente. — Eso serÃ¡ todo, Lucius. Puede estar seguro que su intento de suprimir la verdad estarÃ¡ bien prominente en mi reporte.

Lucius jurÃ³ por lo bajo.

Harry tomÃ³ un paso hacia el frente. ParecÃa que estaba planeando en partir a Lucius por la mitad. El hombre se echÃ³ para atrÃ¡s hasta quedar contra la pared.

— Me enoja sobremanera cuando alguien amenaza a mi familia. — dijo Harry. Ginny sintiÃ³ una corriente leve de electricidad pasar por ella cuando Harry dejÃ³ de controlar su magia, sorprendiéndose de sentirlo tan débil en ese momento. Aunque, obviamente Lucius no lo sentÃa de esa manera porque el hombre estaba mas blanco que un papel.

— Si yo fuera usted. — continuÃ³ Harry. — EstarÃa mÃ¡s preocupado de cosas que estÃ¡n pasando mÃ¡s cerca de su casa.

— ¿Qué quieres decir?

La sonrisa de Harry se tornÃ³ algo maquiavélica. — Ya verÃ¡, mi querido Lucius, ya verÃ¡.

Lucius mirÃ³ alrededor, con una mueca desdeÃ±osa, solo que el efecto no era efectivo gracias a la ligera mirada de temor en los ojos. — Me las pagarÃ¡s.

— No, no lo haré. — dijo Harry. — ¿CÃ³mo estÃ¡ Voldemort al momento?

Lucius abriÃ³ la boca, y la cerrÃ³ antes de pasar como alma que lleva el diablo y saliÃ³ del lugar.

Harry sonriÃ³ levemente, y luego colapsÃ³ en la silla que estaba frente al escritorio de Percy, cerrando los ojos.

Ginny sacudiÃ³ la cabeza y caminÃ³ hacia Harry, arrodillÃ¡ndose al lado de la silla.

— ¿EstÃ¡s bien? — preguntÃ³ un preocupado Percy.

— Un poco cansado. — suspirÃ³ Harry.

— Ã‰l ha estado poniéndose al dÃa hoy, correteando por todos lados. — explicÃ³ Ginny.

Percy asintiÃ³ y se volteÃ³ abruptamente hacia la chimenea. Agarrando algo de polvo FlÃº, lo echÃ³ al fuego. — ¿Penélope?

— ¿SÃ, Percy?

— Se que es una imposiciÃ³n muy grande, pero ¿te molestarÃa tener invitados extra para la cena? Tengo a Ginny y a Harry aquÃ, y Harry parece que necesita una buena cena y los dos tenemos que hablar.

— Claro que sÃ. — dijo Penélope sonriendo. — Estaba preparando extra. Si quieres, vengan a casa ahora, y abriré una botella de vino para antes de la cena.

— Gracias. — Percy sonriÃ³ suavemente, lo que parecÃa fuera de lugar en su normalmente rostro restringido.

Percy se volteÃ³ hacia ellos. — Vengan, pues. — dijo antes de entrar en las llamas verdes. — Mientras mas pronto lleguemos a casa, mÃ¡s rÃ¡pido ponemos a Harry a descansar.

— Percy. — llamÃ³ Harry, antes de que Percy se desapareciera. — Gracias.

— De nada. — dijo Percy.

— Los veremos allÃ¡. — dijo Harry. — Odio viajar por el FlÃº.

— Claro. — dijo Percy con una ligera sonrisa. El joven entrÃ³ al fuego y se desvaneciÃ³.

— Vamos. — dijo Harry a Ginny.

Ella sonriÃ³ y se sentÃ³ sobre el regazo del muchacho, presionando la cara contra el cuello de él e inhalando profundamente.

Hubo un movimiento leve, antes de aterrizar en la sala de la casa de Percy y Penélope. Por un segundo, Ginny se sintiÃ³ un poco desorientada. La sala era absolutamente perfecta, sin nada fuera de lugar. Era como abrir una pÃ¡gina de la secciÃ³n de mejoras al hogar del diario el Profeta.

— Vengan al estudio. — dijo Percy alegremente desde el otro cuarto. Se veÃa mÃ¡s relajado de lo que Ginny recordaba, y hasta se habÃa quitado sus tÃºnicas del ministerio, la corbata y se habÃa desabotonado el primero botÃ³n de su camisa muggle.

El estudio le asegurÃ³ a Ginny que Percy era un Weasley. TenÃa dos sofÃ¡s cÃ³modos, una mesa detrÃ¡s y un radio sonando en el alfeizar de la ventana.

— La sala es para cuando juego a la polÃtica. — dijo Percy encogiéndose de hombros. — Me gusta mÃ¡s la informalidad de aquÃ, pero no dejarÃa algunos de esos buitres estar cerca de donde vivo si tuviera esa opciÃ³n.

Harry se sentÃ³ y estirÃ³ las piernas. — Esto es muy cÃ³modo. — dijo gruÃ±endo.

— Encantado de esa manera. — dijo Penélope con una sonrisa, trayendo cuatro copas de vino. — Estoy segura que existen muchas razones para no darles alcohol, pero te ves como si de veras necesitaras un trago, Harry.

Harry se rio suavemente. — Gracias. ¿Ginny, podrÃas ponerlos al dÃa por favor?

Ginny asintiÃ³. Ella sabÃa que Harry odiaba hablar sobre sÃ mismo, asÃ que estaba mÃ¡s que contenta en hacerlo. También le daba la oportunidad de asegurarse de que Harry no se atribuyera sus logros como debÃa.

Ginny terminÃ³ su recital con lo que habÃa con Fred y George, no muy segura si Harry querÃa que ella hablara sobre lo que habÃan hecho después.

— Luego fuimos a una reuniÃ³n con Mackrack. — continuÃ³ Harry. — Arreglamos para que los mercenarios de los duendes se nos unan en la batalla final.

— Bueno. — dijo Percy lentamente, después de intercambiar una mirada con Penélope. — ¿EstÃ¡s seguro que deberÃas haber hecho todo eso hoy? Te ves medio muerto.

— Es importante que la gente me vea alrededor. — suspirÃ³ Harry. — Es mÃ¡s bien algo psicolÃ³gico. El Profeta imprimirÃ¡ rumores de que me vieron por ahÃ, y Voldemort y los mortÃfagos los leerÃ¡n y pensarÃ¡n que estoy bien mientras Voldemort estÃ¡ todavÃa hecho un lÃo.

— Tienes instintos excelentes para la polÃtica, Harry. — dijo Percy.

Harry sonriÃ³ sardÃ³nicamente.

— Lo que me preocupa es lo baja que estÃ¡ su magia. — dijo Ginny, cambiando el tema de la polÃtica. Ella no estaba lista para que Harry supiera los planes de ella para él, todo eso podÃa esperar hasta después de que Voldemort estuviera pudriéndose en alguna parte.

— ¿Baja? — preguntÃ³ Percy.

— ¿No lo sentiste hace un rato? — preguntÃ³ Ginny, un poco sorprendida.

— ¿Eso fue bajo??

Ginny asintiÃ³ con firmeza.

Percy se riÃ³ suavemente y sacudiÃ³ la cabeza. — Estoy empezando a darme cuenta que no tenÃamos ninguna oportunidad en contra de ustedes. — admitiÃ³.

Al lado de ella, Ginny podÃa sentir a Harry relajarse y caer dormido, asÃ que ella alargÃ³ la mano y agarrÃ³ el vaso de vino de la mano del joven.

— No lo tomen a mal. — dijo Ginny calladamente. — Ã‰l solo hace eso si se siente cÃ³modo y seguro.

Penélope sonriÃ³. — Entonces para mi es un cumplido de los grande. ¿Nos vamos a la cocina?

— Creo que es una buena idea. — dijo Percy. Poniéndose de pie, él sacÃ³ una sabana de la parte de atrÃ¡s de la silla y cubriÃ³ a Harry con ella.

Ginny siguiÃ³ a Percy a la cocina y fue hacia donde él y le dio un beso ligero en la mejilla. — Te quiero mucho. — dijo ella suavemente.

— Algo por lo que estoy muy agradecido. — dijo Percy solemnemente. — Pero suficiente de eso. ¿CÃ³mo estÃ¡s, Ginny?

Ginny fue hacia el mostrador y se sentÃ³ sobre el. — Cansada y asustada. — admitiÃ³ suavemente. — Ha sido una semana increÃblemente larga. El no tener a Harry en mi mente fue peor que tener a Voldemort ahÃ.

— No lo dudo. — dijo Percy con cuidado. — ¿Pero, estas segura de que estÃ¡s haciendo lo correcto, al estar a su lado?

— Esto es lo que siempre quise, toda mi vida. — dijo ella simplemente. — Nunca pensé que el precio serÃa tan alto, pero tampoco imaginé que las recompensas serÃan igual. Tuve la oportunidad, Percy, de irme por lo normal. Tuve esa oportunidad con Dean, me pude haber ido para el lado y salirme de la pelea. No serÃan tan asustadizo, pero sÃ aburrido y soso. No habÃa fuego. Harry me hace sentir como si la sangre estuviera a fuego y como si fuera el ser mas importante de este mundo.

— Con Dean, hubiese conocido a su mamÃ¡ y padrastro y a su media hermana durante unas vacaciones. En un solo dÃa con Harry, he visto la nueva fÃ¡brica de cerveza de mantequilla, me presentaron como la compaÃ±era de Harry ante, nada mÃ¡s y nada menos que Mackrack, y ahora estoy pasando el rato con mi hermano durante horas de escuela, con el permiso de todos.

— Pero lo que necesito en realidad es tiempo a solas con Harry.

Percy se le quedÃ³ mirando, pensativo. — No por ignorar lo que acabas de decir, pero ¿Harry te presentÃ³ como su compaÃ±era?

— SÃ. — contestÃ³ Ginny. — ¿Por qué?

Percy sonriÃ³ lentamente. — Eso me hace sentir mejor. — admitiÃ³.

— ¿Por qué es eso, cariÃ±o? — preguntÃ³ Penélope desde la estufa.

— Porque los duendes se unen de por vida. Presentar a una fémina como su compaÃ±era, es tan efectivo como decir esta es mi prometida.

— ¿De veras? — preguntÃ³ Ginny, de repente sintiendo algo del miedo por Harry desvanecerse.

— Significa que él estÃ¡ haciendo planes a largo plazo para contigo. — explicÃ³ Percy.

— Significa que él piensa que puede derrotar a Voldemort. — dijo Ginny con alegrÃa. — Estaba preocupada que esta Ãºltima semana le habÃa golpeado su confianza en sÃ mismo.

— Contratando mercenarios es una buena seÃ±al de eso. — dijo Percy. — Que lÃ¡stima que Snape ya no sea espÃa.

Ginny tosiÃ³ suavemente. — No puedo decirte nada. — dijo disculpÃ¡ndose. — Pero Harry sÃ tiene un espÃa dentro del cÃrculo privado, por favor no le digas a nadie.

— No lo haremos. — dijo Percy con firmeza. — Son buenas noticias. Ã‰l sÃ que ha avanzado en estas Ãºltimas semanas, ¿no?

— ¿No te ha puesto a pensar que fue gracias a ustedes? — preguntÃ³ Ginny con una sonrisa.

— ¿De veras? — preguntÃ³ Percy dudoso.

— Si no lo hubiesen acorralado como lo hicieron, él nunca hubiese descubierto que tiene la habilidad para liderar.

Percy soltÃ³ una risita y negÃ³ con la cabeza. — Creo que esa informaciÃ³n me la guardo. — dijo. — Mi comportamiento no ha sido exactamente ejemplar, y aÃºn si algo positivo saliÃ³ de todo eso, no lo admitirÃa.

— ¿Hey, Perce, estÃ¡s ahÃ? — una voz llamÃ³ desde la chimenea.

— ¿William? — preguntÃ³ Percy moviéndose hacia la chimenea.

— Es Bill. — gruÃ±o éste.

— Y yo soy Percy. — dijo Percy, antes de quedarse callado. Ginny escondiÃ³ una risita.

— Muy bien, Percy. — dijo Bill. — ¿Has visto a Harry y a Ginny? Albus dijo que estaban correteando por todos lados.

Percy mirÃ³ a Ginny, y ésta asintiÃ³.

— EstÃ¡n aquÃ. — respondiÃ³ Percy.

— ¿Puedo ir allÃ¡? — preguntÃ³ Bill.

— Claro. — dijo Percy echÃ¡ndose para atrÃ¡s.

El mayor de los Weasley llegÃ³ a través de la chimenea segundos mÃ¡s tarde, sacudiéndose casualmente las cenizas. — Hey Enana. — saludÃ³ alegremente. — ¿DÃ³nde estÃ¡ Harry?

— Durmiendo una siesta. — Ginny dijo alargando los brazos para un abrazo.

Bill se moviÃ³ y la agarrÃ³, levantÃ¡ndola del mostrador y dÃ¡ndole vueltas antes de abrazarla fuertemente. Ã‰l la bajÃ³ y sonriÃ³.

— Bueno. —dijo alegremente. — ¿Alguno de ustedes tiene alguna idea el porque mi jefe en Gringotts de repente fue reemplazado, y el nuevo tipo, un duende que creo que se llama Griptook, estÃ¡ a hora a cargo?

— ¿Griphook? — corrigiÃ³ Ginny. — Tuvimos una reuniÃ³n con él y Mackrack mÃ¡s temprano.

— Pensaba que Harry tenÃa algo que ver con esto. — dijo Bill. — Me han encargado, oficialmente, para secundar a Harry en lo que dura la crisis, a paga completa, y también Fleur. Ella estÃ¡ empacando en casa ahora mismo.

— Eso es maravilloso. — dijo Percy. — SerÃ¡ bueno tenerlos aquÃ mÃ¡s tiempo.

Bill pausÃ³ y mirÃ³ a Percy. Luego a Penélope. — Penélope. — dijo lentamente. — No se lo que hiciste, pero funcionÃ³.

Penélope rio suavemente. — Harry hizo el trabajo duro. — dijo ella gentilmente. — Yo solo ayudé a Percy a lidiar con el asunto. Siempre he visto al hombre que estÃ¡ dentro.

Percy estaba en ese momento demostrando que era un Weasley cuando se ruborizÃ³ de arriba abajo.

— Bueno. — dijo Bill, cambiando el tema. — ¿Por donde anda mamÃ¡ hoy?

— EstÃ¡ en Hogwarts. — dijo Ginny prontamente. — EstÃ¡ ayudando organizar lo de la comida para el picnic de maÃ±ana y la barbacoa. Vamos a tener un dÃa libre para Harry, con la nueva cerveza de mantequilla, juegos y comida. Y sÃ, todos ustedes estÃ¡n invitados.

— Que bien. — dijo Bill. — Estaremos allÃ.

— Absolutamente. — aÃ±adiÃ³ Percy.

— Okey, Bill. — dijo Ginny. — Escucha bien, que te voy a contar todo lo que ha pasado esta semana.

Cuando ella terminÃ³, Bill silbÃ³ lentamente. — Wow. ¿Alguno de ustedes siente un cosquilleo?

— Yo sÃ. — dijo Percy.

— Yo también. — dijo Penélope.

— ¿Qué cosquilleo? — preguntÃ³ Ginny.

— Se llama esperanza. — dijo Bill suavemente. — Es algo que hacÃa falta desde hace un tiempo.

— Ginny. — dijo Penélope. — ¿Por qué no vas y despiertas a Harry? La comida estÃ¡ casi lista.

— Eso huele bien. — dijo Bill.

— Bill. — suspirÃ³ Percy. — Las indirectas no son tu fuerte. Ve y llama a Fleur para que se nos una.

— Gracias. — dijo Bill con una risita y brincÃ³ hacia el fuego.

— ¿De verdad que es el hermano mayor? — preguntÃ³ Percy.

Ginny se echÃ³ una carcajada y caminÃ³ de vuelta al estudio. La muchacha se arrodillÃ³ frente a Harry y gentilmente le echÃ³ el pelo para atrÃ¡s. Ese era el momento en que él solo para ella. Nadie mÃ¡s podÃa verlo cuando dormÃa. Era diferente a cuando estaba inconsciente; mÃ¡s personal, y ella sabÃa que si él sentÃa a alguien mÃ¡s, se despertarÃa en un santiamén. Nadie mas lograba verlo asÃ de joven y vulnerable.

— Hey. — dijo Harry, su voz sonando un poco ronca. — DeberÃa disculparme con Percy.

— Yo no lo harÃa. — dijo Ginny suavemente. — Para ellos es un cumplido el que te sintieras seguro y cÃ³modo aquÃ como para quedarte dormido.

— El vino ayudÃ³. — admitiÃ³ Harry.

Ginny se inclinÃ³ y le dio un beso suave, sintiendo como él respondÃa. — La comida estÃ¡ lista. — dijo cuando renuentemente se separÃ³. — Y Bill y Fleur vienen para acÃ¡. Griphook parece que se le promoviÃ³ a manejar la sucursal de Egipto y pusieron a Bill y a Fleur bajo tu comando por tiempo indefinido con paga completa.

Harry pasÃ³ sus dedos por el pelo mientras se sentaba. — Eso fue un gesto bonito de Mackrack. — dijo lentamente. — Me pregunto que pensarÃa Fleur sobre el modelaje.

Ginny parpadeÃ³ rÃ¡pidamente y sacudiÃ³ la cabeza. — ¿Qué?

— ¿Te imaginas el efecto que una Veela tendrÃa en el mercado, si tuviéramos fotos de ella bebiendo cerveza de mantequilla como parte de nuestra campaÃ±a publicitaria?

Ginny pausÃ³ por unos segundos, dejando que la informaciÃ³n procesara por su mente. — Eso sÃ que serÃa una buena idea.

— Y los podrÃa usar a los dos investigando para mi. Los dos son buenos en lo que hacen, y podrÃan encontrar maleficios que yo podrÃa usar. — sonriÃ³ Harry. — Estoy pensando en terminar con esto lo mÃ¡s pronto posible.

— ¿De veras? — preguntÃ³ Ginny.

— SÃ, estÃ¡ interfiriendo con mi vida amorosa, y no quiero que eso siga pasando por mucho tiempo.

Ginny sonriÃ³ ampliamente y besÃ³ a su novio. — Creo que me gustarÃ¡ ser tu compaÃ±era. — dijo con firmeza.

Harry sonriÃ³ suavemente y se puso de pie con la facilidad que siempre la asombraba. — Vamos. — dijo, mientras su estÃ³mago gruÃ±Ãa.

— Solo siéntate a la mesa, Harry. — dijo Penélope desde la cocina.

— Gracias. — respondiÃ³ Harry, tomando asiento.

Ginny fue hacia un armario y saco algunos cubiertos; ella nunca habÃa estado allÃ, pero era donde su mamÃ¡ los guardaba asÃ que imaginÃ³ que era donde Percy los guardarÃa también.

La muchacha puso la mesa rÃ¡pidamente y luego fue a la cocina a ver si podÃa ayudar.

— ¿Puedo usar el FlÃº? — preguntÃ³ Ginny.

— Hazlo rÃ¡pido. — dijo Percy con firmeza.

Ginny asintiÃ³ y brincÃ³ dentro de la chimenea. No le tomÃ³ mucho tiempo en persuadir a Fred ya a George en que donaran algunas botellas de Abe el Honesto y ella se regresÃ³ con su carga.

— Es la nueva cerveza de mantequilla. — le explicÃ³ a Penélope con alegrÃa.

— Oh que buena idea. — sonriÃ³ Penélope. — Tengo que admitir que estoy muy curiosa. Bill y Fleur estÃ¡n hablando con Harry.

Ginny asintiÃ³ y se dirigiÃ³ de vuelta al comedor, sentÃ¡ndose al lado de Harry y opuesta a Bill. HabÃa dos espacios libres en cada extremo de la mesa para Percy y Penélope.

Ginny sintiÃ³ la mano de Harry agarrar la de ella, el dedo pulgar pasando suavemente sobre el dorso de la mano.

— Oficialmente, los duendes estÃ¡n neutrales. — dijo Harry. — Pero Mackrack y yo somos amigos, asÃ que cuando haga falta, se nos unirÃ¡n. Estoy esperando que no tengan que hacerlo. Su neutralidad es buena para los negocios.

— El que Mackrack te pusiera como mi segundo no me lo esperaba, pero me alegro. Tenemos una investigaciÃ³n grande al momento y si podemos aligerarla los resultados rebotarÃ¡n por todo el mundo.

— ¿Oh sÃ? — preguntÃ³ Bill, curioso.

— ¿Han escuchado algo sobre el encanto Homorphus?

Bill y Fleur negaron con la cabeza.

— Se rumorea que es una cura para los hombres lobos. Como es un encanto, presumo que eso de ser hombre lobo empezÃ³ como un maleficio. Al momento, tengo a Remus, Hermione y a Ron estudiÃ¡ndolo, pero ellos solo pueden hacerlo a tiempo parcial, y me gustarÃa que ustedes dos se encarguen de eso. Es importante porque si podemos encontrar una cura, le costarÃa a Voldemort algunos de sus apoyos, y harÃa que otros lo pensaran dos veces antes de unÃrsele.

— Si eso es asÃ, entonces es el maleficio mÃ¡s grande. — dijo Bill suavemente, para luego mirar a Fleur. — Suena divertido.

— Lo es. — dijo Fleur, sonriendo. — Vamos a disfrutar investigando eso.

Percy y Penélope entraron, cada quien cargando dos platos humeantes con lo que parecÃa guisado de res. Ginny sonriÃ³ cuando se dio cuenta que el plato de Harry estaba mas lleno que el de los demÃ¡s.

Penélope se sentÃ³ mientras Percy se regresÃ³ y trajo dos platos mÃ¡s y otro plato lleno de pan. Percy puso los platos en la mesa y se sentÃ³ a la cabeza de la mesa. Ginny se pie y le sirviÃ³ a todos un vaso con la nueva cerveza de mantequilla.

— Antes de empezar. — dijo Percy formalmente. — Creo que vale la pena hacer un brindis.

Bill gruÃ±Ã³ y Fleur le dio un codazo.

— Gracias, William. — suspirÃ³ Percy. — Iba meramente a decir 'A la esperanza.’

— Y libertad. — aÃ±adiÃ³ Harry.

— Al amor. — dijo Ginny sonriendo a Harry.

— Y a la vida. — continuÃ³ Penélope.

— A los amigos. — aÃ±adiÃ³ Fleur.

— Y a la familia. — terminÃ³ Bill, mirando a Harry directamente.

Todos chocaron los vasos y bebieron a la vez.

— Wow. — dijo Bill. — Esto sabe genial.

— Lo es. — dijo Ginny. — Deja que veas la fabrica de Fred, George y Abe.

— Hablando de eso. — dijo Harry, cuando empezaron a comer. Ã‰l pausÃ³ en lo que iba a decir para voltearse hacia Penélope. — Esto estÃ¡ sabroso.

— Gracias. — dijo la joven bruja. — Era una receta de mi abuela.

Harry asintiÃ³ y se volteÃ³ hacia Fleur. — ¿Te gustarÃa ser famosa?

— ¿En que sentido? — preguntÃ³ Fleur mientras mordisqueaba el guisado.

— Nuestro logo de la Cerveza de mantequilla de Abe el Honesto es bÃ¡sicamente la cabeza de Abe contra un fondo negro. Mientras se ve bien para algunos, no creo que sea suficiente para todos, especialmente los jÃ³venes. Estaba pensando en una serie de anuncios contigo en ellos bebiendo la cerveza para atraerlos.

Fleur se ruborizÃ³ de forma bonita. — ¿Quieres que sea la modelo?

— Exactamente.

Fleur mirÃ³ a Bill.

Bill se echÃ³ a reÃr. — ¿Pensabas que te iba a decir que no?

Fleur sonriÃ³ ampliamente. — ¡Me encantarÃa!

— Muy bien. — dijo Harry. — Hablaré con Fred y George maÃ±ana para que ellos hablen con algunos especialistas de anuncios y ver que nos inventamos. Queremos algo con clase, ya que esto serÃ¡ una bebida familiar.

Fleur asintiÃ³.

Ginny alargÃ³ la mano y agarrÃ³ un poco de pan, partiéndole en pedazos y mojÃ¡ndolo en el guisado. De repente se dio cuenta de lo mucho que Harry estaba haciendo por su familia, especialmente sus hermanos, y la forma calmada en que lo estaba haciendo. La carrera de Percy estaba por buen camino, mÃ¡s ahora que Harry ayudÃ³ a sacarle esa rigidez de siempre. El reporte que estaba haciendo era su oportunidad de hacerse notar, y eso era debido a su relaciÃ³n con Harry.

Fred y George, bueno, ellos eran los que se estaban beneficiando mÃ¡s. Si las cosas seguÃan como se esperaba, los dos serÃan mÃ¡s ricos que los Malfoy, y era todo debido a que Harry creÃa en ellos dos y a la oportunidad que se les habÃa dado.

A Bill se le estaba dando ahora la oportunidad de hacer algo extraordinario. Encontrar la cura para los hombres lobos, aparte del hecho que Mackrack sabÃa quien era, ayudarÃa mucho en su carrera.

La muchacha apretÃ³ suavemente la pierna de Harry. No sabÃa que tenÃa en mente para Charlie, pero apostaba en que muy pronto se enterarÃa. Ginny no sabÃa si Harry se daba cuenta de lo que estaba haciendo, o si creÃa que todo el mundo tenÃa derecho a ser exitoso y feliz.

Harry serÃa un excelente ministro de Magia. Aparte de que era incorruptible, y tenÃa una nobleza sin par, estaba determinado a hacer lo correcto, sin importarle lo que otros pensaran.

— Okey. — dijo Harry. — PerdÃ³nenme por traer esto a colaciÃ³n, pero estoy aquÃ por una razÃ³n. ¿Percy, como va la investigaciÃ³n?

— Frustrante. — suspirÃ³ Percy. — Nuestra visita a Azkaban fue perfecta en todos los aspectos.

— ¿Y que mas? — preguntÃ³ Bill.

— Eso es todo. Es una prisiÃ³n. No deberÃa ser perfecta. Estaba inmaculada. Era como si se hubiesen preparado para nosotros.

— Toma algunos Aurores contigo y has una visita de sorpresa la semana que viene. — dijo Harry frunciendo el ceÃ±o. — No le digas a nadie de antemano, excepto a Kinsgley. Si estÃ¡n ocultando algo, serÃ¡ mÃ¡s fÃ¡cil para ti encontrarlo de esa manera. Hay algo sospechoso sucediendo ahÃ o de lo contrario Mackrack no me hubiese dado la pista.

Percy asintiÃ³. — Hasta el momento, el reporte, con todo y que tiene al Ministerio en entredicho, no tiene nada explosivo. Estoy seguro que la clave es Azkaban.

— Se que encontrarÃ¡s lo que sea que es, Percy. — dijo Harry confiadamente. — Si te encuentras con problemas, me dejas saber. Puedo estar ahÃ en segundos. Y no te preocupes de caer en la misma actitud del aÃ±o pasado. De seguro es lo que esta gente necesita para responderte mejor.

Ginny sonriÃ³ cuando vio que Percy enderezaba la espalda y asentÃa. Era otro signo del efecto Harry. Unas pocas palabras y la gente se revitalizaba, listos para luchar de nuevo.

Esto le hizo darse cuenta de que habÃa estado en lo correcto. No era lo que Harry estaba haciendo, sino cÃ³mo lo estaba haciendo. A pesar de haber luchado contra Voldemort y casi morirse. AquÃ estaba él, dando consejos y asumiendo la responsabilidad, apoyando y la gente respondiendo a eso. Era como si supieran que, a pesar de estar cansados y frustrados, tenÃan a quien responderle y que habÃa alguien trabajando mas duro.

El resto de la cena pasÃ³ con todos hablando de cosas generales, el tema cambiando de Voldemort a otras cosas, y Ginny encontrÃ³ que le gustaba la oportunidad de disfrutar una cena como si fuera una adulta, junto a su pareja y dos de sus hermanos mayores. Cuando terminaron de comer, ella se le acercÃ³ a Harry, y éste le puso el brazo por encima de los hombros. Ella escuchÃ³, mentalmente planeando lo que servirÃa cuando fuera su turno de ser la anfitriona durante una cena.

De: SS

Para: BB

Asunto: Encuentro

Belle. Domingo, 1pm. En el claro del Bosque Prohibido. Llevaré un invitado.

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Trabajando por la derrota del Gran Cretino por Quince AÃ±os

De: Belle informal

Para: Sev el estirado

Asunto: Re: Encuentro

Estaré ahÃ — sin bromear

De: Sinistra

Para: Director, Hogwarts

Asunto: Ginny Weasley

Albus,

¿Estaba la Srta Weasley enferma hoy? Pregunto, porque ella no fue a clases hoy y no recibÃ informe de Madame Pomfrey.

Sin

De: Albus

Para: Profesora de AstronomÃa

Asunto: Re: Ginny Weasley

Ginny estaba con Harry hoy.

Albus.

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Jefe de Magos del Wizengamot y Gran Hechicero de la ConfederaciÃ³n Internacional de Magos

De: Sinistra (otra vez)

Para: Director, Hogwarts (otra vez)

Asunto: Ginny Weasley (otra vez)

Albus,

¿Y porque se le permitiÃ³ a la Srta. Weasley cortar clases hoy junto con el Sr. Potter? La lecciÃ³n de hoy era muy importante para sus TIMOS.

Sin

De: Albus

Para: Sinistra

Cc: todo el staff

Asunto: Re: Ginny Weasley (otra vez)

Estoy muy consciente que nuestra principal funciÃ³n en Hogwarts es enseÃ±ar. Y desde esa perspectiva, me atrevo a apostar que Ginny aprendiÃ³ hoy mÃ¡s con Harry que lo que pudo haber aprendido hoy en la escuela. El estar dentro de la sociedad de los duendes es muy educativo.

Lo mÃ¡s importante es que le permitÃ a Ginny estar con Harry hoy. Por mÃ¡s que quisiera tenerlos a los dos en la escuela, hay planes en movimiento para deshacernos de Voldemort, y un par de estudiantes perdiéndose un dÃa de lecciones es un pequeÃ±o precio.

Muy pronto, en las prÃ³ximas semanas y quizÃ¡s meses por venir, van a haber mas estudiantes que no van a estar disponibles para ir a clases.

Tenemos estudiantes excepcionales en esta escuela que estÃ¡n tras Harry y dedicados a la destrucciÃ³n completa de Voldemort. Por primera vez, la escuela es una sola, donde la rivalidad entre las casas ha sido suspendida y yo, sobre todo, estoy muy complacido de ver eso.

Ya que no es secreto, Harry es la Ãºnica persona que puede derrotar a Voldemort. No hay 'peros, ni paras, ni porqués’ en todo eso. Ã‰l ha demostrado en estos Ãºltimos dÃas que él puede hacerse cargo y liderar a otros y como profesor que es ahora, tiene derechos a ciertas libertades que no se les da normalmente a otros estudiantes o miembros del staff.

Si alguien tiene problemas con esto, favor de pasar a verme en persona.

Albus.

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Jefe de Magos del Wizengamot y Gran Hechicero de la ConfederaciÃ³n Internacional de Magos

De: w4n|} M4K3|25

Para: 4L8U5 |}UM8L3|}0|23

Asunto: ¡Mejore su varita!

¿Quiere que el tamaÃ±o de su varita sea superior al promedio?

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capaces de realizar todos los hechizos que deseen. Una varita mÃ¡s grande proporciona una superficie mayor, con lo que se dispone de mÃ¡s espacio para sujetarla, y para focalizar su magia. ¡Una varita mayor y mÃ¡s natural es una provocaciÃ³n visual para las brujas!

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De: El TrÃo TerrorÃfico del Mundo MÃ¡gico.

Para: El Salvador del Mundo MÃ¡gico

Asunto: Lunes

Anejo: negocios.pmt

Harry, mi viejo. Solo para dejarte saber que nuestra primera parada el lunes serÃ¡ la fÃ¡brica de cerveza en las afueras de Guildford. AquÃ te anexamos el itinerario para ti.

F&G&A

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Sortilegios Weasley — Muy pronto en el CallejÃ³n Diagon

De: El Salvador REACIO del Mundo MÃ¡gico

Para: Abe y Fred y George

Asunto: Re: Lunes

Entendido.

Pregunta: ¿Por qué su firma dice que su tienda va abrir muy pronto cuando ya es harta conocida y todo eso?

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Audaces fortuna juvat

De: Los abochornados — no Abe

Para: Harry

Asunto: Firma

Digamos que fue una lecciÃ³n que aprendimos y lo dejamos asÃ.

G&F

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Sortilegios Weasley — Muy pronto en el CallejÃ³n Diagon

De: El chico curioso

Para: Los curiosos

Asunto: Re: Firma

Venga… me pueden decir…

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Audaces fortuna juvat

De: Los curiosidades

Para: Ya sabes lo que le pasÃ³ al gato

Asunto: Re[2]: Firma

Es una de las cosas que le dijimos a Lavender y a Parvati. Cuando empezamos, le hicimos caso a un vendedor y terminamos con un cargamento de papel para correo mÃ¡gico personalizado con la informaciÃ³n incorrecta. Intentamos demandar pero el tipo la juyÃ³. AsÃ que estamos usando ahora el papel para todo lo que no sea negocio.

F-G

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Sortilegios Weasley — Muy pronto en el CallejÃ³n Diagon

De: Conocedor de gatos

Para: Burladores de gatos

Asunto: El gato curioso

Al menos el gato muriÃ³ feliz…

Harry.

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Audaces fortuna juvat

— Los veremos maÃ±ana en Hogwarts. — dijo Harry a Percy, Penélope, Bill y Fleur, mientras acurrucaba a Ginny.

— Oh, y pÃ³nganse ropa casual. — aÃ±adiÃ³ Ginny, mientras Harry los DesaparecÃa de allÃ.

— ¿DÃ³nde estamos? — preguntÃ³ Ginny, mirando alrededor.

— En los CÃ¡rpanos de RumanÃa. Pensé que te gustarÃa invitar a Charlie para maÃ±ana.

Ginny alargÃ³ los brazos y bajÃ³ la cabeza del joven para besarlo. — Me encantarÃa. — dijo ella.

— Vamos, pues. — dijo él sonriendo y tomando la mano de ella. La Ãºltima vez que habÃa visto a un dragÃ³n habÃa sido durante el Torneo de los Tres magos y aquella vez habÃa sido un dragÃ³n gruÃ±Ã³n.

Los dos caminaron hasta llegar a lo que parecÃa un campamento permanente. — Estamos buscando a Charlie Weasley. — gritÃ³ Harry cuando vio a alguien corriendo por el sitio.

— El campo oeste. — el hombre gritÃ³ seÃ±alando hacia la izquierda.

Los dos caminaron por la grama en silencio, siguiendo una vereda. — Me gustarÃa hacer esto algÃºn dÃa. — dijo él calladamente. No querÃa pensar en Voldemort y todo lo demÃ¡s en ese momento. Solo querÃa disfrutar del momento con su novia.

— Lo se. — dijo ella murmurando y moviéndose mas cerca.

La comida en casa de Percy habÃa sido deliciosa, pero la idea de tener sus propias cenas junto con Ginny en el futuro habÃa sido el pensamiento mÃ¡s estimulante. SÃ, todavÃa estaba débil mÃ¡gicamente hablando, pero podÃa sentir su magia regresando, especialmente después de la siestecita.

Harry abriÃ³ un portal en la verja para que Ginny pasara y entraron a un caos completo.

Uno de los dragones, azul oscuro, parecÃa que estaba tratando de escapar, tirando de las sogas que los manejadores estaban usando para sosegarlo. El dragÃ³n rugiÃ³, lanzando una columna de fuego brillante hacia el cielo, antes de volverse violentamente hacia ellos.

Harry suspirÃ³ suavemente y se preguntÃ³ si la bendiciÃ³n de su madre, que le habÃa permitido vivir, estaba arruinÃ¡ndole la suerte. Porque parecÃa que cada vez que él llegaba a algÃºn lado algo malo le pasaba.

— ¡Harry, Ginny, sÃ¡lganse del medio! — escucharon a Charlie gritar.

— No te muevas. — dijo a Ginny firmemente y dio un paso al frente. A la que el dragÃ³n se acercÃ³, Harry dejÃ³ salir su magia, dejando que lo cubriera como un escudo y esperÃ³.

Cuando estaba a unos quince pies de distancia, Harry se lanzÃ³ un encanto Sonorus a la garganta. — ¡Siéntate! — le gritÃ³.

El sonido hizo eco por todo el lugar como un trueno y el dragÃ³n se detuvo, mirando sorprendido, al frente de Harry.

— ¿Qué demonios te crees que estÃ¡s haciendo? — le demandÃ³ Harry al dragÃ³n. — Traigo a mi compaÃ±era para ver a su hermano ¿y nos atacas? ¿Qué demonios estabas pensando?

El dragÃ³n se quejÃ³ y puso la cabeza en el suelo, cubriéndose el hocico con las patas delanteras.

— Mira a los otros dragones. — continuÃ³ Harry. — Se estÃ¡n portando bien, pero tÃº no.

Los enormes ojos grises del dragÃ³n parecÃan brillar en disculpa. Harry suspirÃ³ y caminÃ³ hacia el dragÃ³n, rascÃ¡ndole la cabeza suavemente. — ¿Estabas jugando, verdad? — le preguntÃ³, cancelando el hechizo Sonorus.

El dragÃ³n asintiÃ³.

— ¿Sabes que los humanos solo estÃ¡n tratando de ayudarte, verdad?

El dragÃ³n asintiÃ³ otra vez.

Harry suspirÃ³. — Eres una bestia tonta, lo sabes.

El dragÃ³n bufÃ³ y se puso de pie, oliendo a Harry. Harry se mantuvo inmÃ³vil, sintiendo el aliento pesado del dragÃ³n. Estaba mas que sorprendido cuando el dragÃ³n hizo lo que le ordenÃ³ ya que estaba preparado para pelear con él. TendrÃa que preguntarle a Charlie sobre eso mas tarde.

— Esta es mi compaÃ±era. — dijo Harry, seÃ±alando a Ginny hacia el frente.

El dragÃ³n la oliÃ³ también y asintiÃ³.

— ¿Tienes compaÃ±era? — le preguntÃ³.

El dragÃ³n asintiÃ³ orgullosamente.

— ¿Bueno, nos presentas?

El dragÃ³n asintiÃ³ otra vez y le ofreciÃ³ una pata a Harry.

— ¿Quieres que te montemos?

El dragÃ³n asintiÃ³ otra vez.

— ¡Genial! — sonriÃ³ Harry. El pensar en volar sobre otro animal le entusiasmaba sobremanera. Harry se habÃa disfrutado el volar sobre Buckbeak cuando era mÃ¡s joven. Volar sobre un animal era diferente a volar sobre una escoba. Harry puso un pie sobre la pata del dragÃ³n y se montÃ³ en la espalda, cayendo sobre dos jorobas que lo mantenÃan en su sitio de forma cÃ³moda. Harry alargÃ³ la mano y ayudÃ³ fÃ¡cilmente a Ginny a montarse detrÃ¡s de él. Harry sintiÃ³ a Ginny colocar los brazos alrededor de su cintura y gritÃ³. — Estamos listos.

El dragÃ³n bufÃ³ y se virÃ³ galopando hacia el norte. A la que tomaba velocidad, el dragÃ³n alargÃ³ las alas y un segundo mas tarde estaba volando en picada por el aire.

Harry podÃa escuchar gritos y se dio cuenta de que venÃan de él. Ginny estaba gritando como loca detrÃ¡s de él. Era una experiencia sin igual y dejaba corta la experiencia con Buckbeak. El dragÃ³n era tan fuerte, tan mÃ¡gico y tan poderoso que el joven podÃa sentir como afectaba sus sentidos.

— ¡MÃ¡s rÃ¡pido! — gritÃ³ animando al dragÃ³n. El dragÃ³n rugiÃ³ y se fueron en una picada profunda. Estaban moviéndose mÃ¡s rÃ¡pido que antes, mÃ¡s rÃ¡pido que en una escoba, cuando descendieron de una gran altura antes de pasar por encima de un lago, la velocidad a la que iban causaba una gran espuma en el agua.

De repente se detuvieron. El dragÃ³n alargÃ³ las alas y alzÃ³ la cabeza mientras bajaban. Casi delicadamente, el dragÃ³n aterrizÃ³ en el rebaÃ±o de los otros dragones y les ofreciÃ³ una pata para bajarse.

Harry ayudÃ³ a Ginny a bajarse, antes de brincar hacia el frente, sobre la cabeza del dragÃ³n cayendo frente a éste.

El dragÃ³n bajÃ³ la cabeza y suavemente le tocÃ³ el pecho a Harry con el hocico.

— SÃ que eres fuerte. — dijo Harry suavemente, rascando la cabeza del dragÃ³n. — Eso estuvo increÃble.

— Lo fue. — dijo Ginny, acercÃ¡ndose para rascar la cabeza del dragÃ³n. Ella le rascÃ³ detrÃ¡s de las orejas y la pata izquierda trasera del dragÃ³n le dio pataditas al suelo en placer.

— Muchas gracias por la corrida. — le dijo Ginny al dragÃ³n, sonriéndole de oreja a oreja. — Fue increÃble.

El dragÃ³n alzÃ³ la cabeza y rugiÃ³ suavemente. Un segundo dragÃ³n se acercÃ³. Este era una mezcla preciosa de blanco y amarillo pÃ¡lido.

— ¿Tu compaÃ±era? — preguntÃ³ Harry.

El dragÃ³n azul asintiÃ³.

— Es preciosa.

El dragÃ³n echÃ³ la cabeza para atrÃ¡s pavoneÃ¡ndose.

Harry se acercÃ³ a la dragona blanca y amarilla. — Yo soy Harry. — dijo presentÃ¡ndose. — Esta es Ginny, mi compaÃ±era.

La dragona blanca los oliÃ³ con cuidado para luego sonreÃr como solo un dragÃ³n sabe hacerlo. Ella bajÃ³ la cabeza y Harry se la rascÃ³ también.

— Harry. — la voz de Charlie se escuchÃ³. — ¿Les puedes preguntar que se mantengan quietos durante la noche? Queremos reparar las barreras hoy, para que los muggles no vean su nido.

— ¿Escucharon eso? — preguntÃ³ Harry.

Los dragones bufaron.

— ¿Lo van a hacer?

El dragÃ³n blanco bufÃ³ de nuevo, rodando los ojos.

— ¿Qué es lo que sucede? — preguntÃ³ Harry. — ¿No necesitan las barreras?

El dragÃ³n negÃ³ con la cabeza.

— ¿Por qué no?

El dragÃ³n rugiÃ³ suavemente y parecÃa que se encogiÃ³ de hombros. Se veÃa frustrado de no poder comunicarse con Harry.

— ¿Puedo intentar un hechizo para entrar a tu mente? — preguntÃ³ Harry suavemente. — Soy muy bueno con eso y prometo no invadir tu privacidad.

El dragÃ³n resoplÃ³ y mirÃ³ a Harry a los ojos. — Solo yo. — dijo en acuerdo Harry. No estaba muy seguro de lo que el dragÃ³n querÃa pero estaba funcionando.

— ¡Legilimens! — murmurÃ³ Harry y flotÃ³ dentro de la mente del dragÃ³n. Lo que encontrÃ³ fue nada de lo que esperaba. El dragÃ³n parecÃa una mezcla de humano y animal. HabÃa pensamientos definitivos, pero también los instintos eran mÃ¡s importantes asÃ como los sentidos. Harry descubriÃ³ que su olor era uno de poder y respeto a pesar de su temprana edad.

Harry abriÃ³ un poco su mente, compartiendo el respeto y asombro que sentÃa por los dragones. Que magnÃficos se veÃan y que poderosos y fuertes se sentÃan.

El dragÃ³n le mostrÃ³ en imÃ¡genes algunas cosas. — ¿Crenth? — pensÃ³. — ¿Ese es tu nombre?

Harry sintiÃ³ a Crenth sonreÃrle. — Ahh, es tu nombre como yo lo entenderÃa. — dijo Harry riendo. — ¿Qué hay de malo con las barreras?

Otra serie de imÃ¡genes pasaron por su mente, incluyendo como los dragones vivÃan antes de que los magos los encontraran.

— Gracias. — dijo y se saliÃ³ de la mente de Crenth.

— Charlie. — gritÃ³ Harry. — ¡Cancela el hechizo de las barreras!

— ¿EstÃ¡s loco? — gritÃ³ Charlie. — ¡Eso es lo Ãºnico que los mantiene fuera del alcance de los muggles!

Harry se volteÃ³ hacia Charlie y los otros cuarenta manejadores, colocando las manos en las caderas. — ¡Suspende las malditas barreras!

DetrÃ¡s de él podÃa sentir a Crenth y a Midram, la compaÃ±era de Crenth, respirar una pira de fuego en acuerdo con él. TÃpico de los magos, el presumir lo que era bueno para ellos.

Charlie tragÃ³ en seco y asintiÃ³. El joven se dirigiÃ³ al que parecÃa ser el jefe. Este suspirÃ³ y asintiÃ³ mientras miraba duramente a Harry.

El grupo de magos se volteÃ³ y todos apuntaron sus varitas hacia arriba, cada quien lanzando el hechizo para cancelar las barreras. Mientras las barreras caÃan se pudo ver una serie de luces rojas.

— Adelante, Crenth. — le dijo Harry al dragÃ³n.

Crenth se sentÃ³ sobre sus patas traseras y alzÃ³ la cabeza. Rugiendo contra el cielo oscuro, respirando fuego. Al lado suyo Midram hizo lo mismo. Los otros dragones le siguieron hasta que el cielo estaba cubierto de fuego. El fuego pareciÃ³ hacer un arco sobre ellos como una preciosa cubierta amarilla. Con un pequeÃ±o gruÃ±ido, Crenth se detuvo y el fuego pareciÃ³ brillar en su lugar por un segundo antes de desaparecer.

Harry alzÃ³ la mano, sintiendo la magia, y encontrÃ³ que Crenth tenÃa razÃ³n. La magia de los dragones habÃa producido una barrera mucho mÃ¡s fuerte.

— Les pediré a ellos que les traigan comida. — le prometiÃ³ Harry, mientras Crenth se acostaba en el suelo.

Crenth le tocÃ³ el hombro suavemente.

— De nada. — dijo suavemente. — Vamos Ginny.

Ella agarrÃ³ el brazo del muchacho y caminÃ³ con él de vuelta hacia donde estaban los manejadores de dragones. Charlie y su jefe se movieron al frente del grupo, esperÃ¡ndoles.

— ¿Qué fue eso? — preguntÃ³ Charlie.

Harry suspirÃ³. — Crenth estaba tratando de decirles que ellos se han estado protegiendo a sÃ mismos por mÃ¡s tiempo que los humanos han estado sobre la faz de la tierra. Ã‰l sabÃa que ustedes iban a renovar las barreras esta noche, y él no querÃa eso. La magia de los magos los hace picar y los irrita. El primer grupo de manejadores que vino aquÃ puso las barreras sin fijarse que ya los dragones tenÃan una barrera puesta.

Ellos lo han aguantado, sabiendo que ustedes solo querÃan ayudar, pero Midram estÃ¡ en celo y Crenth quiere ser padre. Ã‰l no estÃ¡ dispuesto a soportar nada que le haga mÃ¡s difÃcil a Midram el dar a luz.

— Los dragones son magia pura. — continuÃ³. — Como estoy seguro ustedes saben. Ellos ven las cosas de forma diferente. Cuando él me vio, reconociÃ³ mi poder y se me acercÃ³. Estaba esperando que un Mago Viejo lo pudiera ayudar.

— ¿Un 'Mago Viejo’? — preguntÃ³ Charlie.

Harry buscÃ³ la mano de Ginny para agarrarla. — Un mago que pudiera entenderlos. — explicÃ³.

— ¿CÃ³mo hablaste con ellos?

— Usando Legeremencia. — explicÃ³ Harry. — Entré dentro de la mente de Crenth. Ã‰l es increÃble. Una mezcla de humano y animal. Se comunica a través de imÃ¡genes, como la TV muggle.

— Bueno, Sr. Potter. — dijo el jefe de Charlie, dÃ¡ndole la mano. — Usted sÃ que sabe como hacer una entrada. Me llamo Morgo Flashchine. Voy a solicitar al Ministerio que nos envÃen un Legilimens para ver que mÃ¡s podemos averiguar.

— Encantado de conocerlo. — dijo Harry. — Esta es Ginny Weasley, la hermana de Charlie. — aÃ±adiÃ³ cuando vio la mirada que el hombre le enviÃ³ al joven pelirrojo.

— Debe de asegurarse de que envÃen a alguien honesto. — aconsejÃ³ Harry. — Si no confÃan en la persona, no funcionarÃ¡. SerÃa buena idea si le enseÃ±o a Charlie. Crenth confÃa en él.

— Weasley. — ordenÃ³ Flashchine. — Vaya con el sr. Potter, regrese cuando haya aprendido a hablar con los dragones.

— ¿SeÃ±or?

— Ya me escuchÃ³. — gruÃ±Ã³ Flashchine. — Seré un domador de dragones, pero eso no significa que no estoy al tanto de lo que estÃ¡ pasando en el resto del mundo. Si los dragones confÃan en él para ser su mensajero eso suficiente para mÃ.

— ¿Harry, de veras que puedes enseÃ±arme?

Harry asintiÃ³.

— ¡Muy bien! — chillÃ³ Charlie, brincando en el aire con el puÃ±o arriba. — ¿Y podré volar con ellos como hiciste tu?

— A Crenth le gusta volar con los humanos. — sonriÃ³ Harry.

Charlie se adelantÃ³ par de pasos y halÃ³ a Harry en un abrazo fuerte. — Gracias. — le dijo.

Harry sonriÃ³ suavemente. — De nada. — dijo croando. — Pero respirar es bueno.

— Lo siento. — dijo Charlie riendo, y volteÃ¡ndose hacia su hermana. — ¡Dragoncita! — el joven agarrÃ³ a Ginny y le dio vueltas, mientras la abrazaba fuertemente. — Que bueno verte. ¿Qué estÃ¡n haciendo los dos aquÃ?

— Bueno. — dijo ella, antes de que Harry dijera algo. — Parece que Harry no te habÃa ayudado recientemente, asÃ que pensÃ³ que después de ayudar con las carreras de Bill, Percy, Fred y George que harÃa lo mismo contigo.

Harry parpadeÃ³ y mirÃ³ sorprendido a Ginny. — ¿Ah? — atinÃ³ a decir. Ã‰l no habÃa hecho nada de eso.

— No te apures. — dijo ella sonriendo, agarrando el brazo de él y con esta sonrisa que le decÃa que ella sabÃa algo que él no sabÃa y que era mejor si lo aceptaba asÃ. — Vinimos aquÃ para invitarte a ti y a Tonks para un picnic y barbacoa en Hogwarts maÃ±ana. — dijo Ginny alegremente. — Toda la escuela, asÃ como la familia, estarÃ¡ allÃ.

— NÃtido. — dijo Charlie. — Estaré allÃ, viendo que ahora estaré bajo Harry.

Harry sonriÃ³ suavemente. — Yo no lo llamarÃa asÃ. — dijo encogiéndose de hombros. — Pero ven a Hogwarts maÃ±ana; voy a ver si consigo que tÃº, Bill y Fleur se queden allÃ.

— ¿Bill y Fleur van a estar allÃ también?

— Mackrack los puso bajo mi comando. — explicÃ³ Harry.

Charlie asintiÃ³ lentamente. — Muy bien, estaré allÃ maÃ±ana en la maÃ±ana. Tengo que hacer algunas cosas esta noche.

— Y nosotros tenemos que regresar. — dijo Harry. Gracias al cambio de hora, eran solo las 9:00 p.m. en Hogwarts.

De: Chico DragÃ³n Excitado

Para: Hermanos varones

Asunto: Nuestro futuro cuÃ±ado y su compaÃ±era

Harry y Ginny acaban de pasar por aquÃ para invitarme a la fiesta de maÃ±ana en Hogwarts. Como siempre, Harry hizo tremenda entrada. Polvoazul, uno de los dragones mÃ¡s grandes de aquÃ estaba enojado anoche y se escapÃ³, corriendo directito hacia Harry.

Claro estÃ¡ yo traté de decirle que se echara para atrÃ¡s, ¿pero desde cuando el chico hace algo lÃ³gico? En vez, él se echÃ³ hacia adelante, como si estuviera protegiendo a Ginny y lanzÃ³ un Sonorus. Luego le gritÃ³ 'Siéntate’ al dragÃ³n y el dragÃ³n se sentÃ³.

Y lo mismo hice yo.

Y lo mismo hicieron todos los que estaban cerca, incluyendo mi jefe y algunos de los domadores mÃ¡s duros que hay sobre este mundo, y cada uno de los dragones en el campamento.

Minutos mÃ¡s tarde, Harry presentÃ³ a Ginny como su compaÃ±era ante Polvoazul, ¡y éste les ofreciÃ³ una corrida sobre su lomo! Esto no fue la corrida usual, donde normalmente ponemos una silla de montar en la espalda del dragÃ³n y suficiente armadura como para sobrevivir un ataque de AcromÃ¡ntula. Los dos se sentaron detrÃ¡s del cuello y aparentemente estaban muy cÃ³modos. Y a juzgar por la velocidad de Polvoazul, estaban completamente a salvo.

Cuando se bajaron, tanto Harry como Ginny brillaban de la emociÃ³n. Se veÃa a leguas que los a los dos les encanta volar de la misma forma en que gustan uno al otro) y no empiecen a vomitar hasta que los hayan visto juntos).

Polvoazul luego les presentÃ³ su compaÃ±era, Brilloestrella, a Harry y a Ginny, antes de que Harry lanzara Legilimens al dragÃ³n. Cuando terminÃ³, Harry averiguÃ³ que el nombre real de Polvoazul es Crenth, que los dragones crean sus propias barreras y que los dragones y los magos se pueden comunicar.

AsÃ que, mi jefe me ha ordenando que me quede con Harry hasta que haya aprendido a ser un Legilimens también. ¡Estaré en Inglaterra por un tiempo! Para cuando termine, podré volar con los dragones de la misma forma que Harry y Ginny hicieron.

Hablando de ellos, ahora me estoy sintiendo un poco culpable por lo que hicimos. Verlos a los dos tomados de la mano, o las miraditas que se echan, o la forma protectora que Harry mira a Ginny, con todo y que ella en realidad no lo necesita, demuestra que él no estÃ¡ jugando con ella. Muy lejos de eso.

De forma extraÃ±a, me gustarÃa casi, ver que alguien le haga daÃ±o a Ginny. Solo porque pienso que la explosiÃ³n que resultarÃa serÃa prueba suficiente para que NADIE toque a Ginny.

De todos modos, Ginny dijo algo que me puso a pensar. Cuando les pregunté que hacÃan aquÃ, ella dijo 'Parece que Harry no te habÃa ayudado recientemente, asÃ que pensÃ³ que después de ayudar con las carreras de Bill, Percy, Fred y George que harÃa lo mismo contigo.’ Ã‰l como que no estaba seguro de que dijo ella, pero pienso yo que Ginny me estaba dando un mensaje.

¿Qué piensan de todo esto?

Charlie

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Draconis dominium

De: Percival

Para: Hermanos (Varones)

Asunto: Harry y Ginny

¿Charlie, te sientes bien? Creo que este mensaje mÃ¡gico ha sido el comunicado mas largo que he recibido de parte tuya.

Me encanta saber que estarÃ¡s mÃ¡s tiempo en Inglaterra.

En cuanto al mensaje de Ginny, se parece a algo que he estado pensando Ãºltimamente. Como tÃº, siento algo de culpa, a lo mejor mas, porque fue mi terquedad lo que alargÃ³ todo este lÃo.

No solo Fred y George recibieron ayuda de parte de Harry desde el principio, pero parece que van a ser mÃ¡s exitosos. A Bill se le ha dado un reto, el cual estoy seguro que va a completar y hacerse un héroe por eso. Mi carrera estÃ¡ echando para adelante, ya que este reporte tiene a gente importante tocÃ¡ndome a la puerta, preguntÃ¡ndome por consejos y ahora parece que tendrÃ¡s la oportunidad de convertirte en el primer jinete de dragones desde los viejos tiempos.

Lo que encuentro interesante es que él no nos ha dado nada mÃ¡s que la oportunidad de demostrar lo que podemos hacer. Solamente se nos ha dado la oportunidad de ser exitosos.

Y en cuanto a Harry y Ginny, tengo que admitir que perdÃ el resto de mis reservaciones cuando supe que Harry presentÃ³ a Ginny como su compaÃ±era antes los duendes.

Percy

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De: El rompe maldiciÃ³n de los hombres lobos

Para: Los Chicos

Asunto: Re: Harry y Ginny

¿AsÃ que todos estaremos en el paÃs para prepararnos para el partido de Quidditch el domingo prÃ³ximo? TodavÃa estoy tratando de adivinar si es coincidencia o si Harry se estÃ¡ tramando algo.

Estoy de acuerdo contigo Perc(-e+y), de que él nos estÃ¡ dando la oportunidad — la oportunidad de trabajar duro, pero no que se supone que eso es lo que hace un lÃder? Ã‰l estÃ¡ delegando tareas que no tiene tiempo de hacerlas por sÃ mismo. Todo es por la guerra, con todo y que él no lo ha dicho en voz alta.

Fred y George: atacando el lado financiero

Percy: Atacando el ministerio

Charlie: apoyo aéreo para cuando haga falta

Yo: removiendo algunos de los que apoyan a Voldemort

Ron: ayudando a liderar en Hogwarts

Bill

De: Ron Investigando

Para: Hermanos Convirtiéndose

Asunto: Re: Harry y Ginny

RecibÃ el mensaje sobre Bill hace un rato y me alegra saber que vas a encargarte de investigar. Hermione encontrÃ³ par de cositas para ti, asÃ que no te sorprendas si nos juntamos contigo en la biblioteca de cuando en cuando.

Lista interesante, Bill. Y primero que nada, el que estés en el paÃs cuando Harry te necesita siendo suerte es prÃ¡cticamente cero. Ã‰l estÃ¡ planeando las cosas con tanta anticipaciÃ³n que hasta Dumbledore estÃ¡ recostÃ¡ndose mÃ¡s y mÃ¡s.

Dumbledore le ofreciÃ³ un lugar a Harry en el juego y éste lo aceptÃ³.

Te olvidaste de aÃ±adir a alguien en la lista…

Ginny.

Su rol es el mÃ¡s importante porque ella es la fuerza de Harry. Sin ella, no estarÃamos en esta situaciÃ³n. Cuando Harry estuvo inconsciente esta semana, Ginny estaba hecha un lÃo. Casi se me partiÃ³ el corazÃ³n. Ella se movÃa como si estuviera en trance, no lo entiendan mal, ella le decÃa a la gente lo que tenÃan que hacer, y los animaba, pero la luz se habÃa ido de sus ojos. Era peor que cuando ese diario maldito terminÃ³ con ella, porque entonces tenÃamos algo con que luchar. Esta vez no tenÃamos nada.

Tan pronto Harry despertÃ³, igual lo hizo Ginny. La primera reacciÃ³n de él fue buscarla a ella.

De todos modos, espero con ansias maÃ±ana. Quiero probar la nueva cerveza de mantequilla, y mamÃ¡ ha estado trabajando con Lavender y Parvati toda la tarde, preparando la comida. Ha estado ordenando cosas a diestra, siniestra y al centro. Y hablando de eso, algo pasÃ³ aquÃ porque ella ni se inmutÃ³ cuando Harry le dijo que pagarÃa por todo. Yo estaba esperando una explosiÃ³n. Odio decir esto, pero me late que mamÃ¡ por fin se dio cuenta de que Harry creciÃ³ y lo estÃ¡ tratando como un adulto.

Ron

De: ¡Fred, presentando a… George!

Para: Esta generaciÃ³n de Weasley

Asunto: Re[2]: Harry y Ginny

Bueno, odiamos tener que decir que se lo dijimos… pero… ¡Se los dijimos!

Esperamos con ansias verlos maÃ±ana. Tenemos cosas que compartir con ustedes. El lunes el mundo mÃ¡gico va a caer de fondillo.

No creo que lo que Harry haya hecho por nosotros haya sido a propÃ³sito, él no trabaja asÃ. Ã‰l simplemente ve la oportunidad y piensa cual de sus amigos es el mejor para ello.

DeberÃan agradecer el que Harry los considere sus amigos.

Les va a encantar Abe… imaginen a alguien con tanto poder como el de Dumbledore, con cien aÃ±os de experiencia bromeando.

¡George, con ayuda de… Fred!

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Sortilegios Weasley — Muy pronto en el CallejÃ³n Diagon

De: Ron

Para: Hermanos

Asunto: Abe

No se preocupen mucho, Abe no es tan malo… él es buena persona. Pude hablar con él unas cuantas veces mientras le hacÃamos compaÃ±Ãa a Harry.

Ron

En el balcÃ³n de la suite de Harry, Blaise, Susan, Padma, Parvati, Lavender y Luna estaban sentada en sillas cÃ³modas, bebiendo vasos de cerveza de mantequilla mientras observaban el lago.

Padma sacÃ³ su varita y cantÃ³ un hechizo en voz baja, permitiéndoles a todas ver con mÃ¡s claridad.

Las chicas vieron a Harry parado en el medio de un bote pequeÃ±o, con un brazo alrededor de Ginny, la cual estaba parada frente a él. El joven moviÃ³ la mano derecha lentamente, causando que columnas de burbujas de agua fueran lanzadas hacia el cielo. Una luz brillante apareciÃ³ alumbrÃ¡ndolos. A la que creciÃ³ mas en el agua, esta se retractÃ³ en un sinnÃºmero de colores, baÃ±ando el agua en un espectÃ¡culo de luces.

Dos de las columnas de burbujas se inclinaron hacia sÃ, creando un arco de agua pura el cual se veÃa increÃble con todas las luces alrededor.

Lentamente, Harry volteÃ³ a Ginny e inclinÃ³ la cabeza, besÃ¡ndola con tanta ternura y amor que hizo que las muchachas viendo se quedaran sin aliento. Las chicas vieron cuando Ginny alargÃ³ las manos y suavemente halÃ³ a Harry hasta que los dos se acostaron en el fondo del bote, viendo las estrellas.

Los dos se quedaron hablando calladamente por unos minutos, antes de que Ginny se sentara en el regazo de Harry y lo besara seriamente.

Padma suspirÃ³ y cancelÃ³ el hechizo, dÃ¡ndole a la pareja su privacidad.

— ¿DÃ³nde voy a encontrar yo a un chico cuya idea de romance es crear un hermoso espectÃ¡culo de luces y luego mirar a las estrellas desde un bote en el medio del lago? ¿DÃ³nde voy a encontrar a un chico que sepa qué hacer si algo sale mal durante algo asÃ? — preguntÃ³ Blaise suspirando suavemente.

— AllÃ¡ afuera con la pequeÃ±a pelirroja. — dijo Lavender. — Todo lo que tienes que hacer es ganarle a Ginny en una pelea, sobrevivir la ira de Harry, rescatarlo de la depresiÃ³n en la que caerÃ¡ y luego persuadirlo a que te ame.

— Oh. — dijo Blaise riendo. — ¿Eso es todo? Dudo mucho que logre pasar el paso uno, y olvÃdate del segundo.

— Cierto es. — dijo Padma. — Me temo que tendremos que decirle a los chicos que si quieren salir con nosotras van a tener que actuar como Harry y menos como, bueno, adolescentes.

— Por eso yo no salgo con nadie. — dijo Luna alegremente. — Estoy esperando hasta que salga de Hogwarts para entonces conocer hombres que no atendieron Hogwarts. No es mucho trabajo.

— No son tan malos. — dijo Parvati. — Siempre y cuando no los compares con Harry. Todos tienen su propio encanto. ¿Vienen maÃ±ana en la maÃ±ana con nosotras?

— ¿Qué van a hacer? — preguntÃ³ Susan.

— Nos vamos asegurar de que Ginny se vea perfecta. Un cambio completo. Le conseguimos una ropa que es perfecta para este tipo de cosas.

— ¿A que hora? — preguntÃ³ Blaise.

— ¿Bueno esta cosa empieza a las diez, que tal entonces a las seis? Estaba pensando traerla aquÃ, para que vea donde es que va a dormir. Y entonces empezamos a trabajar con ella.

— Cuenten conmigo. — dijo Blaise.

— Yo también. — dijo Susan.

— Estaré aquÃ. — dijo Luna sonriendo.

— Haré el esfuerzo de levantarme temprano. —gruÃ±Ã³ Padma.

— Yo te despierto. — ofreciÃ³ Luna. — Las maÃ±anas son la mejor parte del dÃa. EstÃ¡n llenas de esperanza.

— Siempre me han gustado las noches. — dijo Blaise lentamente. — Cierra el dÃa, pone un velo sobre todo lo que ha pasado, en preparaciÃ³n para el nuevo dÃa.

— ¿Creen que nos dejarÃ¡n pasar mas veladas aquÃ? — preguntÃ³ Padma.

— SÃ. — dijo Blaise al instante. — Porque es lo que Harry quiere. Un grupo de gente de todas las casas queriendo pasar la velada juntos. Con suerte Ginny y Harry se nos unirÃ¡n también.

SÃ¡bado amaneciÃ³ lentamente en el horizonte, mientras Lavender y Parvati entraban en el dormitorio del quinto aÃ±o y se escabullÃan hacia la cama de Ginny.

— Como me gustarÃa tener esa piel y ese pelo. — se quejÃ³ Lavender.

— Oh, shhh. — dijo Parvati riendo. — Ginny. — llamÃ³.

— ¿Aaah? — preguntÃ³ la susodicha abriendo los ojos.

— Vamos. — dijo Lavender. — Es hora de prepararte para la fiesta.

— ¿Qué? ¿Ya? — preguntÃ³ una adormilada Ginny.

— SÃ. — dijo Parvati. — Vamos.

Ginny suspirÃ³ y rodÃ³ fuera de la cama, todavÃa con la camiseta con la que habÃa dormido. El hecho de que era de Harry era obvio.

Ginny mirÃ³ su reloj. — ¡Son solo las seis de la maÃ±ana! — dijo quejÃ¡ndose. — Me voy a dormir otra vez.

— Oh, no, no que no. — dijo Lavender agarrando su mano.

— TÃº vienes con nosotras. — aÃ±adiÃ³ Parvati. — Te tenemos una verdadera sorpresa para ti.

— Pero…

— ¡Nada de peros!

De: Blaise Zabini

Para: Profesor Dumbledore

Asunto: Harry y Ginny

Buenos dÃas, director

Me preguntaba si nos harÃa un favor esta maÃ±ana. Hemos secuestrado a Ginny, y estamos planeando hacerle un cambio completo para el picnic de hoy.

¿PodrÃa mantener a Harry ocupado esta maÃ±ana? No queremos que el sospeche algo.

Sinceramente,

Blaise Zabini, en nombre de las chicas de Harry — Susan, Padma, Parvati, Lavender, y Luna

De: Albus

Para: Harry

Bcc: Las chicas de Harry

Asunto: Esta maÃ±ana

¿Harry, cuando despiertes, podrÃas por favor acompaÃ±arme a desayunar? Me gustarÃa que me pusieras al dÃa en todos tus planes.

Gracias,

--
Jefe de Magos del Wizengamot y Gran Hechicero de la ConfederaciÃ³n Internacional de Magos

De: Susan

Para: Ron Weasley

Asunto: Harry

Ron, le vamos a dar un cambio completo a Ginny esta maÃ±ana. Ya arreglamos con el profesor Dumbledore para que distraiga a Harry.

Cuando Harry se meta a baÃ±ar, ¿podrÃas sacarle del baÃºl unos pantalones caqui y una camisa verde oscura que vas encontrar a tu izquierda y ponerlos sobre la cama?

Gracias,

Susan — a nombre de las otras.

De: Un Ron cansado que va volver a dormirse

Para: Susan Bones

Asunto: Re: Harry

No hay problema.

Harry se despertÃ³, sentÃ¡ndose instantÃ¡neamente y frunciÃ³ el ceÃ±o. El joven mirÃ³ su reloj y pensÃ³ en irse a hacer ejercicios. Un bostezo largo mas tarde, se dio cuenta de que necesitaba dormir un poco mÃ¡s y se acostÃ³ de nuevo y se rodÃ³ para el lado.

Segundos mÃ¡s tarde estaba roncando de nuevo.

— ¿Para donde vamos? — preguntÃ³ Ginny. — Y me hubiesen dejado al menos ponerme unas medias; estÃ¡ muy frÃo.

— Deja de quejarte. — suspirÃ³ Parvati. — Vamos a las habitaciones de Harry.

Ginny instantÃ¡neamente despertÃ³. — Oh, y porque no lo dijeron antes.

— AquÃ estamos. — dijo Parvati, dando la contraseÃ±a.

Ginny entrÃ³, dando gracias de que habÃa alfombra para sus pies descalzos, y se detuvo en seco. — Oh. Wow. — dijo sin aliento.

— Gracias. — dijo Padma desde el otro lado. — Le pusimos algo de empeÃ±o.

— Se ve increÃble. — dijo Ginny. El techo se veÃa casi transparente, ya que igualaba lo que se veÃa afuera.

— Sabemos que a los dos les gusta volar. — dijo Blaise suavemente. — AsÃ que hicimos que el techo reflejara el cielo de afuera.

— ¡Esto es enorme!

— AjÃ¡. — dijo Susan. — Era de tamaÃ±o normal, pero a Dobby no le gustÃ³ la idea de Harry viviendo de esa manera, asÃ que junto con otros elfos ayudÃ³ a cambiarle el tamaÃ±o.

— Ven para que veas esto. — llamÃ³ Luna.

Ginny fue y jadeÃ³ de placer cuando vio al sol subir lentamente sobre el campo de Quidditch. El balcÃ³n parecÃa que podÃa sostener una fiesta entera.

— Esto es increÃble. — dijo de nuevo.

— ¿Crees que le gustarÃ¡ a Harry? — preguntÃ³ Lavender.

— ¿Gustarle? ¡Le va a encantar! — dijo Ginny con firmeza.

— Ve a ver tu habitaciÃ³n. — dijo Susan.

— Okey. — dijo Ginny y luego de detuvo, ruborizÃ¡ndose. — ¿Quieres decir el cuarto de Harry?

— SÃ, claro. — bufÃ³ Blaise. — Eres la Caperucita Roja y Harry es el Lobo Feroz. ¿A quien engaÃ±as? No creo que nadie en la escuela se sorprenda mucho si duermes aquÃ.

— Oh. — dijo Ginny y entrÃ³ al cuarto. Inmediatamente ella se enamorÃ³ del cuarto. Desde el techo encantado hasta la gloriosamente enorme cama de cuatro postes y los colores a juego.

— Muy bien, suficiente. — dijo Lavender con firmeza. — Ve a la ducha y asegÃºrate de lavarte el pelo.

— Okey. — dijo Ginny lentamente y entrÃ³ al baÃ±o. Ella mirÃ³ alrededor y decidiÃ³ que las chicas tenÃan razÃ³n. Ella se iba a mudar aquÃ. Ginny se quitÃ³ la camisa de Harry y la ropa interior y jugÃ³ con las llaves del agua. Muy pronto tenÃa corriendo una fuerte ducha caliente y entrÃ³, dejando que el agua caliente la despertara.

Hacia el lado habÃa varias botellas; obviamente Lavender y Parvati habÃa tomado prestadas cosas de su armario. Encogiendo los hombros, ella empezÃ³ a lavarse el pelo, suspirando un poco ya que le tomaba tiempo lavarlo por completo.

Quince minutos mÃ¡s tarde, ella terminÃ³ de enjuagarse el acondicionador y saliÃ³ de la ducha. Su camiseta y ropa interior se habÃan desvanecido y todo lo que habÃa eran una bata de baÃ±o, una camiseta sin mangas y un par de panties de corte alto. La muchacha se vistiÃ³ rÃ¡pido y enrollÃ³ una toalla alrededor del pelo.

— Muy bien. — dijo Lavender. — Creo que empezaremos con el cabello.

— Yo lo haré. — dijo Padma. — Tengo un encantamiento nuevo para secar el cabello que ayudarÃ¡.

— Y yo se uno para hacerle bucles que se le verÃ¡ muy bien. — anunciÃ³ Susan.

— Okey, ustedes dos empiecen a trabajar. Siéntate, Ginny. — dijo Parvati, apuntando a una silla en el medio del cuarto. — Y quÃtate la bata.

— ¿Por qué? — preguntÃ³ Ginny.

— Sin preguntas. — dijo Lavender con firmeza. — Tu problema es que creciste con demasiados varones y no muchas chicas. ¿CuÃ¡ndo fue la Ãºltima vez que te afeitaste las piernas?

— Unos cuantos dÃas atrÃ¡s. — dijo Ginny ruborizÃ¡ndose.

— Mas bien una semana. — dijo Lavender pensando. — Como sea, vamos a tener que ponerte cera en las piernas.

— ¿Vas a hacer que?? — preguntÃ³ Ginny recelosa.

— Cera. En realidad es una pociÃ³n, pero ese no es el punto.

— ¿Y eso como se come?

— No se come. Se pone en tus piernas y te arranca los vellos, pero no te apures. — dijo Parvati alegremente, observando un pequeÃ±o caldero. — Tiene unos ingredientes anti-inflamatorios para que tus piernas se vean perfectas.

— ¿Va a doler?

— En lo absoluto. — prometiÃ³ Lavender. — Y no te muevas, Blaise y Luna van a hacer tus uÃ±as.

— Sabes que estÃ¡s mal cuando hasta yo se mas cosas femeninas que tÃº, Ginny. — dijo Luna con una risita. — Yo he sido una de las expertas en maquillaje del Quisquilloso desde hace aÃ±os.

— ¿TÃº eres una de ellas? — preguntÃ³ Parvati sorprendida.

— SÃ. — dijo Luna. — Por poco lo hago medio loco, pero me hubiese sentido mal si alguien se hubiese lastimado siguiendo algÃºn consejo, asÃ que usé un pseudÃ³nimo.

— Hubo varios artÃculos muy buenos. ¿CuÃ¡l eras tÃº?

— Selena. — replicÃ³ Luna.

— Ingenioso.

— ¿Por qué es ingenioso? — preguntÃ³ Blaise mientras acercaba una silla hacia Ginny.

— Luna es la diosa romana de la luna. Selena es la diosa griega de la luna.

— Eso sÃ es ingenioso. — dijo Blaise en acuerdo. — PÃ¡same el cortaÃºÃ±as.

Ginny se sintiÃ³ un poco sorprendida cuando todas empezaron a trabajar sobre ella. PodÃa sentir a Padma y Susan haciendo algo con el pelo, y cuando se dio cuenta de que no habÃa oportunidad para escaparse, Ginny suspirÃ³ y se relajÃ³. Se sentÃa bien tener gente prestÃ¡ndole tanta atenciÃ³n. Parvati parecÃa querer asegurarse de que sus piernas estaban bien secas, aplicando talco sobre ellas.

Ginny casi se durmiÃ³ cuando cerrÃ³ los ojos y se relajÃ³ mÃ¡s. Confiaba en ellas completamente aun cuando pensaba que todo era una pérdida de tiempo.

Ginny sintiÃ³ algo sobre la pierna y mirÃ³ para ver a Parvati aplicÃ¡ndole una lÃnea de algo verde y viscoso por la rodilla. Lavender colocÃ³ una tira de algodÃ³n sobre la lÃnea y le sonriÃ³ alegre a Ginny. La chica agarrÃ³ la tira y la halÃ³ fuerte de la pierna.

Ginny chillÃ³ y luego jurÃ³ violenta repetidamente, con cuanta palabrota habÃa aprendido de sus hermanos.

— ¿Besas a Harry con esa boca? — preguntÃ³ Susan.

— ¡Maldita sea, doliÃ³! — se quejÃ³ Ginny.

— No fue tan malo. — dijo Lavender secamente. — Vaya coraje Gryffindor.

— ¡Dijiste que no dolerÃa!

— Te mentÃ. — admitiÃ³ Lavender encogiéndose de hombros. — Ahora siéntate y no te muevas, o vas a arruinar el trabajo.

— Pero…

— No te muevas, Ginny. — dijo Blaise con firmeza. — Y déjame trabajar con tus cutÃculas.

Ginny suspirÃ³ y se acomodÃ³ otra vez en la silla. — Harry mas vale que aprecie lo que estoy pasando por él. — pensÃ³ ella.

Harry rodÃ³ fuera de la cama y se dio un buen estirÃ³n. DistraÃdamente, el muchacho se dirigiÃ³ hacia las duchas. Minutos mas tarde, estaba bajo el agua caliente y se sintiÃ³ mas despierto. Solo le tomÃ³ un segundo lavarse el pelo.

Harry se amarrÃ³ una toalla alrededor de la cintura y fue hacia el lavamanos. Necesitaba una afeitada, asÃ que mirÃ³ alrededor rÃ¡pidamente. Como no habÃa nadie, Harry moviÃ³ la mano hacia su cara y lanzÃ³ un encanto en voz baja. Todo el pelo facial y del cuello cayÃ³ sin dolor en el lavamanos, dejÃ¡ndolo afeitado.

Harry se peinÃ³ el pelo y luego se cepillÃ³ los dientes.

Después de darse una mirada rÃ¡pida en el espejo, el muchacho se regresÃ³ al dormitorio.

— Si entras asÃ a desayunar, te garantizo que le harÃ¡s el aÃ±o a cuanta muchacha hay en Hogwarts. — dijo Dean secamente.

Harry le espetÃ³ una miradita. — No empieces. — murmurÃ³. Harry se sorprendiÃ³ de ver ropa sobre la cama esperando. Encogiéndose de hombros, el joven se puso un poco de desodorante y se vistiÃ³, terminando el atuendo con unas botas marrones. Harry mirÃ³ hacia fuera y vio que serÃa un buen dÃa, asÃ que se rodÃ³ las mangas de la camisa y se desabotonÃ³ los primeros dos botones de la camisa.

— OlvÃdate de las chicas. — dijo Seamus con una risita. — Estoy pensando yo en brincarle encima.

Harry agarrÃ³ su almohada y se la tirÃ³ al irlandés, pegÃ¡ndole directamente.

— Ron. — dijo Harry. — Tengo que ir a desayunar con Dumbledore; si ves a Ginny, dile que la alcanzo tan pronto pueda. Oh, invitamos a tus hermanos para que vinieran.

— SÃ, me enviaron mensaje anoche. — dijo Ron. — Le diré a Ginny.

— Gracias.

— Okey. — preguntÃ³ Blaise. — ¿De que color vamos a pintar sus uÃ±as?

— Déjalas claras, solo has que brillen. — dijo Luna. — Ella no necesita muchos arreglos. — la rubia luego agarrÃ³ la mano de Ginny y le dio una palmada fuerte en la muÃ±eca.

— ¿Por qué hiciste eso? — preguntÃ³ una sorprendida Ginny.

— Es una advertencia. — dijo una calmada Luna. — La prÃ³xima vez que te comas las uÃ±as, lo vas a recordar y detenerte. No queremos que nuestro trabajo aquÃ se eche a perder debido a un tic nervioso.

— Terminé. — anunciÃ³ Blaise después de varios minutos.

— Nosotras también. — dijo Padma.

— Y con esto. — dijo Lavender, arrancando otra tira. — Terminamos aquÃ también.

— Otro minuto por aquÃ. — suspirÃ³ Luna. — Estoy terminando de reparar el daÃ±o dental.

Ginny sintiÃ³ ruborizarse otra vez.

— Muy bien. — dijo Lavender. — Yo traeré la ropa de hoy. — la muchacha se desapareciÃ³ y regresÃ³ un minuto mas tarde con una pila de ropa cuidadosamente doblada.

— Terminé. — anunciÃ³ Luna. Ella sacÃ³ su varita de detrÃ¡s de la oreja y le lanzÃ³ un encanto a las uÃ±as. — Hasta aquÃ llegamos, durarÃ¡n todo el dÃa. Siempre y cuando no te las comas.

— No lo haré. — prometiÃ³ Ginny.

— Bueno, ve y vÃstete. — dijo Parvati.

Ginny asintiÃ³ y se sentÃ³, estirÃ¡ndose. DÃ¡ndoles la espalda a las otras chicas, ella se puso el sostén que estaba al tope de la pila. No era uno de los de ella, porque ella nunca habÃa tenido algo tan suave y ligero. Luego se puso la blusa, abotonÃ¡ndola y preguntÃ¡ndose si la habÃan escogido con botones para no arruinar el pelo. Luego siguiÃ³ con las medias blancas de estas que llegaban hasta el tobillo para ver después la falda que seguÃa.

— No puedo ponerme esto para un picnic. — se quejÃ³. — Todo el mundo podrÃ¡ verme por dentro cada vez que me siente.

— ¿Eres o no eres una bruja? — suspirÃ³ Lavender. — Le vas a poner un encantamiento de ofuscaciÃ³n en el fondo para que nadie vea nada.

Ginny pausÃ³. — ¿Podemos hacer ese encanto especÃfico?

— ¿Qué quieres decir?

Ginny se rio pÃcaramente. — No me importarÃa si Harry pudiera verme. — dijo inocentemente.

Lavender fingiÃ³ una lÃ¡grima y un resoplido. — Estoy tan orgullosa de ella. — dijo a las otras. — EstÃ¡ creciendo y aprendiendo como coquetear con su hombre de forma propia.

— No estoy coqueteando. — dijo Ginny. — Me encantarÃa tener la oportunidad de agarrarlo a solas y despierto lo suficiente como para que él sepa de mis lÃmites.

— ¿Tienes lÃmites? — preguntÃ³ Blaise.

— Claro que no. — dijo Ginny pÃcara. — Pero él no sabe eso. Y si los tuviera, para el tiempo que él hubiese encontrado el coraje de llegar tan lejos, ya me los hubiese sacado de encima.

— SÃ. — interrumpiÃ³ Padma antes de que la conversaciÃ³n se echara a pique. — Podemos modificar el encantamiento para que Harry pueda ver.

Ginny sonriÃ³ y se puso la falda apretada de mezclilla y los tenis blancos. — Y bien. — dijo a las otras. — ¿CÃ³mo me veo?

Blaise silbÃ³ lentamente. — Como que es buena cosa que Harry es el tipo mas poderoso en la escuela, porque si no, se la pasarÃa todo el dÃa peleando con los otros chicos.

— Este es el trato. — dijo Parvati con firmeza. — Obviamente, Hermione serÃa la madrina de tu boda. Nos haces a nosotras las damas, y hacemos esto de nuevo el dÃa de tu boda para ayudarte a prepararte. — ella moviÃ³ un espejo grande para que Ginny pudiera verse por primera vez.

Ginny se vio a sÃ misma y jadeÃ³. — Trato hecho. — dijo al instante. — Y las dos me pueden diseÃ±ar el traje y el tuxedo de Harry. Hasta les dejamos que nos tomen fotos de publicidad para ustedes.

— ¿De veras? — exclamÃ³ Parvati, en shock.

— Definitivamente. — dijo Ginny sonriendo.

— ¡Muy bien! — exclamÃ³ Lavender, brincando hacia Parvati, y bailando alrededor del lugar.

— Gracias. — dijo Ginny suavemente, mirando a las otras chicas.

— De nada. — respondiÃ³ Susan. — Ahora, vamos a desayunar algo, antes de ir afuera.

— Ginny. — llamÃ³ Hermione. — ¿Podemos hablar contigo?

— Seguro. — dijo Ginny.

— En privado. — dijo Hermione, mirando con disculpa a las otras chicas.

— Te veremos afuera. — dijo Susan, liderando a las otras.

— ¿Qué sucede? — preguntÃ³ Ginny.

— Vamos a la biblioteca. — sugiriÃ³ Ron. Cuando entraron, él rÃ¡pido puso un hechizo de privacidad.

— Tengo una idea. — dijo Hermione. — Pasamos la mayor parte de ayer buscando el encanto ese, sin mucha suerte, cuando de repente se me ocurriÃ³ que no lo necesitamos.

— ¿No lo necesitamos? — preguntÃ³ Ginny confundida.

— No. — dijo Hermione. — Lo que hacemos es, le damos un encanto falso a Harry y le decimos que todo lo que tiene que hacer es lanzarlo durante la medianoche mientras Remus estÃ¡ convertido en lobo y que debe de hacerlo con facilidad.

Ginny frunciÃ³ el ceÃ±o. — Y él va a preguntar lo mismo que voy a preguntar yo. ¿Por qué no se habÃa hecho antes?

— Esa es la parte ingeniosa. — dijo Hermione sonriendo. — Le decimos que es muy doloroso y que nadie tenÃa las agallas de hacerlo. Ã‰l lo harÃ¡, y como es un hechizo falso, no le dolerÃ¡.

Ginny se horrorizÃ³. — ¡Por MerlÃn, que no! — dijo jadeando. — ¡Maldita sea, no! No vamos a hacer eso. De ninguna manera.

— ¿Y porque no? — demandÃ³ Ron.

Ginny negÃ³ con la cabeza. — No habÃa tenido oportunidad de decirles, pero la habilidad de Harry de hacer lo que le venga en gana funciona doble. Si él piensa que no puede hacer algo, no lo harÃ¡. Eso es porque tiene un subconsciente muy susceptible. ¿Qué pasarÃa si le dijeran que un maleficio serÃa doloroso?

Ron y Hermione palidecieron dramÃ¡ticamente.

— SerÃa peor que un Cruciatus. — contestÃ³ Ginny por ellos.

— ¿Bueno, que tal si hacemos que lo haga con dolor? — preguntÃ³ Ron.

Ginny negÃ³ con la cabeza de nuevo. — No estoy dispuesta a usar eso de nuevo y voy a trabajar con Harry para ver si hay alguna forma de controlarlo. Escuchen, adoro a Remus como todo el mundo, y estoy segura que él estarÃa de acuerdo conmigo en que si hubiera riesgo de daÃ±o permanente para Harry, él no lo harÃa. Tenemos que encontrar el encanto correcto y dejar que Harry lo haga, y con nosotros sabiendo a que consecuencias atenernos.

Hermione asintiÃ³ lentamente y empezÃ³ a sonreÃr. — Creo que estoy de acuerdo. — dijo suavemente. — Porque era mÃ¡s o menor hacer trampa.

Ron se rio suavemente y abrazÃ³ a Hermione con un brazo. — En ese caso, vayamos a la fiesta.

De: HJP

Para: La Olvidadiza

Asunto: El Quisquilloso

Luna,

¿CuÃ¡l es la direcciÃ³n de correo mÃ¡gico de tu papÃ¡? Creo que le va a interesar el pequeÃ±o proyecto que estamos organizando para el lunes

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Audaces fortuna juvat

De: ¿Por qué soy la olvidadiza?

Para: El chico que hace comentarios curiosos

Asunto: Re: El Quisquilloso

Anexo: direcciÃ³ndepapÃ¡.mml

La direcciÃ³n de mi papÃ¡ estÃ¡ anejada.

Luna

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La verdad estÃ¡ allÃ¡ afuera

De: Harry

Para: Luna

Asunto: porque

Me referÃa a tu pequeÃ±a actuaciÃ³n del ED…

Gracias por la direcciÃ³n de tu papÃ¡.

Harry

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Audaces fortuna juvat

De: Harry Potter

Para: Sr Lovegood

Asunto: Soplete

Yo siendo usted tendrÃa un fotÃ³grafo y un reportero disponible el lunes a la hora del almuerzo, quizÃ¡s almorzando en Las Tres Escobas.

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Audaces fortuna juvat

De: Editor en Jefe, el Quisquilloso

Para: El NiÃ±o Que PodrÃa Ayudar a Encontrar los Misteriosos Crockells

Asunto: Re Soplete

Vaya, gracias, jovencito.

SerÃ¡ un placer el ir a un almuerzo de trabajo. Lo aprecio mucho.

Si alguna vez necesitas una mascota nueva, se donde puedes conseguir un Ashwinder.

— Buenos dÃas. — dijo Harry cuando entrÃ³ a la oficina de director.

— Buenos dÃas, Harry. — respondiÃ³ Albus. — Escuché que tuviste un dÃa pesado ayer.

— Un poco. — dijo Harry y se lanzÃ³ en contar una versiÃ³n editada de lo que habÃa hecho.

— Interesante. — dijo Albus cuando terminÃ³ el relato. — Parece que estÃ¡s empeÃ±ado en terminar con todo esto.

Harry asintiÃ³. — TodavÃa estoy finalizando los detalles. — admitiÃ³. — Pero mientras mÃ¡s se tarde esto, mas tiempo tiene Voldemort para crecer y aumentar sus poderes. Estamos casi casi listos.

— ¿Te puedo preguntar que intentas hacer?

Harry frunciÃ³ el ceÃ±o. — Voy hacer que Voldemort haga algo completamente estÃºpido, pero no le puedo decir que es al momento. Es algo irÃ³nico, pero por fin entendÃ el porque usted no podÃa decirme todo. A veces los secretos no se pueden compartir.

Albus sonriÃ³ levemente. — Y creo ahora entender tu frustraciÃ³n cuando no se te decÃa todo.

— Bueno, el destrozar su propia oficina no le harÃ¡ llegar muy lejos. — dijo Harry sonriendo. — Con todo y lo divertido que puede ser.

Albus riÃ³ con ganas. — Es bien inusual para mi el no saberlo todo, Harry. — admitiÃ³. — Es un poco desconcertante.

Harry asintiÃ³. — Pero creo que eso es suficiente charla por hoy. Le prometÃ a Ginny que hoy serÃa de ella y de ella solamente.

— Muy bien. — accediÃ³ Albus. — Creo que ya es hora de que vayamos afuera. He escuchado tremendos planes para hoy. Si todo sale bien, creo que lo haré un evento regular.

— Es bueno para la escuela hacer algo asÃ todos juntos donde todos pueden hacer amigos de las otras casas. — dijo Harry.

— SÃ que lo es. Me temo con esta batalla sin fin con Voldemort me he olvidado un poco de la escuela.

Harry se encogiÃ³ de hombros. — En realidad no es su culpa. Todos empezaron a creer que tenÃan que vivir de acuerdo a las leyendas de sus casas. No hace falta mucho para recordarles a todos que somos chiquillos.

— ¿Todos? — preguntÃ³ Albus con una sonrisa.

— Casi todos. — se corrigiÃ³ Harry, mientras caminaban fuera de la escuela y hacia el terreno al lado del campo de Quidditch. — Wow. — dijo murmurando.

— Estoy de acuerdo. — dijo Albus.

Una enorme carpa estaba en una esquina del campo, cubriendo una hilera de mesas que parecÃan sobrellenas de comida. Harry entrecerrÃ³ los ojos y pudo ver los encantos que mantenÃan la comida fresca.

Hacia la izquierda de la carpa habÃa una caseta mas pequeÃ±a donde estaban Fred, George, Abe y Charlie arreglando lÃnea tras lÃnea de botellas de cerveza de mantequilla.

Al lado de ellos estaban Bill, Fleur y Tonks arreglando un despliegue de Sortilegios Weasley.

Hacia la derecha de ellos, cerca de la parte trasera del campo de Quidditch, habÃa una lÃnea de sillas para los profesores y al frente de ellos un Ã¡rea cubierta por una sÃ¡bana enorme multicolor.

Harry pudo ver en la distancia el pelo rubio de Draco, y se sorprendiÃ³ un poco al verlo sentado al lado de Terry Boots. Bien cerca de Terry.

Al frente estaban Seamus y Dean, caminando sobre un espacio designado, marcando Ã¡reas especÃficas con movimientos de sus varitas.

Sobre todo habÃa millares de luces pequeÃ±as que proveerÃan iluminaciÃ³n para cuando empezara a oscurecer.

— Creo, Harry. — dijo Dumbledore suavemente. — Que tienes razÃ³n. Cuando todos en la escuela trabajan juntos, no hay nada que no se pueda hacer.

Harry se volteÃ³ y se quedÃ³ helado. TratÃ³ de parpadear, de hacer lo que sea. Alguien le dijo que respirara y eso parecÃa una buena idea. Harry se sacudiÃ³ la cabeza tratando de aclararla pero fue en vano.

Ginny se le estaba acercando. No, estaba mÃ¡s bien flotando, porque nadie podÃa verse asÃ y necesitar caminar.

Su largo y brillante cabello rojo estaba en bucles, y estos caÃan sobre los hombros, el rojo vivo contrastando marcadamente contra la blusa blanca que llevaba puesta. Harry bajÃ³ los ojos, sobre las caderas de ella, sobre la falda de mezclilla que llevaba puesta. Llegaba a medio muslo y exponÃa mucho de sus piernas, piernas que querÃa explorar. Un par de tenis y medias cortas terminaban con el atuendo.

Sus ojos subieron sobre ella lentamente, guardando todo en su mente mientras ella se le acercaba. Harry mirÃ³ las manos de ella y las uÃ±as parecÃan brillar, antes de volver al rostro de ella.

Los labios de ella le estaban sonriendo, y su piel se veÃa perfecta en la luz del sol maÃ±anero. Finalmente sus ojos se posaron en los de ella y él se acordÃ³ de respirar.

— Hey. — dijo Bill calmadamente. — Los invitados de honor acaban de llegar.

Tonks silbÃ³ por lo bajo. — Charlie, si no fuera porque estoy enamorada de ti, y que Ginny me asusta, estarÃa encima de él como el salpullido.

— No te apures. — respondiÃ³ Charlie con una risita. — Yo estarÃa peleando contigo para caerle encima también.

Bill sacudiÃ³ la cabeza lentamente. — De veras que no necesitaba escuchar eso. — dijo, mientras el resto del estudiantado empezaba a llenar el campo.

— Y por ahÃ viene Ginny. — dijo Tonks. — Y me gustarÃa escuchar lo que se vayan a decir uno al otro. — terminÃ³ ella, saltando de la mesa.

Bill le echÃ³ una mirada a su hermana y se uniÃ³ a Tonks, caminando por la grama y consciente de que Fleur estaba al lado.

— ¿Harry? — escucharon a Dumbledore decir. — Respira, Harry.

— ¿EstÃ¡ mal pensar que tu hermana se ve como un pimpollo? — Charlie preguntÃ³ en voz baja.

— SÃ. — dijo Bill. — Pero es cierto, se ve bonita.

— Y no somos los Ãºnicos que piensan lo mismo. — dijo Charlie, moviendo la cabeza hacia la direcciÃ³n general de los estudiantes.

Bill mirÃ³ alrededor y suspirÃ³. Algunos de los estudiantes estaban mirando a Ginny como si esta fuera una Veela. — Vamos a tener que recordarles que Ginny es ver pero no tocar. — le dijo a Charlie.

Harry pareciÃ³ de repente revivir y tomÃ³ un paso hacia Ginny, pero entonces pausÃ³ y se volteÃ³ hacia los estudiantes. El NiÃ±o Que ViviÃ³ pareciÃ³ gruÃ±ir de repente, dejando salir una rÃ¡faga de magia pura.

Por un segundo Bill se asustÃ³ como si hubiese estado dentro de una tumba llena de los peores maleficios imaginables. Bill mirÃ³ alrededor y rio suavemente. — Okey, a lo mejor no. — dijo a Charlie. — Creo que Harry le acaba de recordar a todos que Ginny es suya.

— Y creo que Ginny no tardarÃ¡ mucho en recordarles a todos que él es de ella. — rio Charlie.

Los dos se callaron, lo suficiente cerca para escuchar, mientras Ginny y Harry se acercaban uno al otro.

— ¿No te da la sensaciÃ³n de que Voldemort podrÃa atacar en cualquier momento y ninguno se darÃa cuenta? — preguntÃ³ Tonks susurrando.

Bill se rio, escuchando a Fleur riendo también.

Cuando Harry y Ginny se acercaron, los dos se detuvieron a un pie de distancia. Harry alargÃ³ la mano y tocÃ³ suavemente la cara de ella, pasando los dedos gentilmente sobre la mejilla de ella.

— Cada vez que te veo. — murmurÃ³. — Me enamoro cada vez mÃ¡s de ti. En este momento apenas puedo creer que existes y que estÃ¡s enamorada de mÃ. Hace que todo lo que hago y todo lo que todavÃa tengo que hacer valga la pena, solo para poder ver esa sonrisa en tu cara, y ver que estÃ¡s orgullosa de mÃ. Siempre estÃ¡s en mi consciencia y en mis sueÃ±os, Ginny y le doy gracias a MerlÃn de que te tengo en mi vida.

Bill se volteÃ³ ligeramente para ver lÃ¡grimas en las mejillas de Fleur y escuchar a Tonks resoplando por el otro lado. Bill intercambiÃ³ una mirada de culpa con Charlie ya que deseaba el no haber escuchado ese momento tan privado. Bill mirÃ³ a Dumbledore y se sorprendiÃ³ un poco al ver que el director tenÃa una expresiÃ³n similar en su rostro.

— Oh, Harry. — dijo Ginny suavemente. — Soy muy real, y nunca, nunca me has fallado. Me salvaste la vida y me salvaste el alma. Estaré contigo de por vida.

Bill tragÃ³ en seco y se pasÃ³ la mano por la mejilla. Debe de haber sido una de las bromas Weasley, pensÃ³ para sÃ.

Harry lentamente inclinÃ³ la cabeza y besÃ³ a Ginny con tanta ternura y amor que Bill se volteÃ³, no queriendo husmear mÃ¡s.

Bill mirÃ³ hacia al lado y vio a Charlie sonriéndole torcidamente. — ¿CÃ³mo nos vamos a disculpar? — le dijo en mÃmica.

— Ni idea. — respondiÃ³ Charlie.

— Bueno. — dijo Ginny de repente, cambiando el humor. — ¿EstÃ¡n todos aquÃ?

— Creo que sÃ. — dijo Harry. — Hasta Snape estÃ¡ bajo el sol.

Ginny se rio. — DeberÃas decir algunas palabras, agradeciéndole a todos por venir. — le sugiriÃ³ a Harry.

Harry asintiÃ³ y caminÃ³ hacia el frente con ella, para poder estar frente a todos. — Gracias a todos por venir. — dijo.

Bill se sorprendiÃ³ un poco, ya que no habÃa visto a Harry lanzar el hechizo Sonorus. — No puedo expresar lo impresionado que estoy por todo lo que han hecho. Este lugar se ve increÃble. Todos han trabajado mucho y se nota.

Bill se encontrÃ³ a sÃ mismo juntÃ¡ndose a los vÃtores de los estudiantes.

— Hoy es un dÃa para divertirse. — continuÃ³ Harry. — Es un dÃa para reenfocarnos y un dÃa para recordar porque estamos luchando. Y esta es la manera perfecta de hacerlo.

— Miren a su alrededor, a sus amigos, compaÃ±eros de casa, la gente en su mismo aÃ±o. Los profesores y gente que han visto y no conocen.

— Cada uno de ustedes estÃ¡ sonriendo, relajado, y estÃ¡ listo para divertirse sin la amenaza del peligro.

— Esta es la razÃ³n. Esto es. Esto es lo que los morti-estÃºpidos quieren quitarnos y el porque tenemos que luchar para retenerlo. Por un dÃa vamos a celebrar, y cada risa que tengamos, cada sonrisa, cada mirada que compartimos serÃ¡ una respuesta directa a aquellos que no nos quieren ver asÃ. En este dÃa reafirmamos nuestra independencia y reunimos la energÃa que necesitamos para luchar.

— El fin se acerca, y cuando llegue, estaremos listos. Estaremos preparados; tendremos la habilidad. ¡Al final, cuando se aclare el polvo estaremos triunfantes en el campo de la victoria y le demostraremos al mundo que Hogwarts es la mejor escuela de hechicerÃa que existe!

Bill rugiÃ³ su aprobaciÃ³n, sus ojos fijos en Harry y en Ginny. Por un segundo los dos parecÃan mÃ¡s que humanos. Bill se dio una sacudida a sÃ mismo y la sensaciÃ³n se desvaneciÃ³, dejando un sentimiento de orgullo de que los conocÃa a los dos, estaba relacionado con uno de ellos y pronto estarÃa relacionado con el otro. PodÃa escuchar a Fleur gritar de la emociÃ³n a su lado y cuando mirÃ³ alrededor hasta vio a los profesores de pie con los estudiantes, y se dio cuenta el porque todos estaban dispuestos a seguir a Harry.

El chico era un lÃder, simple y puramente un lÃder. Bill seguirÃa a Harry hasta donde el chico lo llevara y el sentimiento de esperanza creciÃ³ mÃ¡s dentro de sÃ y antes de que se diera cuenta estaba gritando junto con los demÃ¡s de nuevo.

Harry y Ginny se quedaron quietos por un minuto y luego Harry alzÃ³ la mano, deteniendo los chillidos cual si fuera director de orquesta. — AsÃ que, que empiece la fiesta. ¿Dean, Seamus?

Los dos chicos se movieron al frente y hablaron con Harry en voz baja.

Harry asintiÃ³ y moviÃ³ la mano. Un pedazo de papel de mensajes mÃ¡gico apareciÃ³ al frente suyo. Ã‰l pareciÃ³ pensar por un segundo, y entonces el papel empezÃ³ a duplicarse, el original desapareciendo mientras se duplicaba.

Alrededor del campo, el alerta de notificaciÃ³n de un mensaje nuevo de los estudiantes y profesores sonÃ³.

Bill mirÃ³ cuando el suyo sonÃ³ también, y lanzÃ³ el hechizo para leerlo.

"De: Harry

Para: Equipo Gamma

Asunto: Equipos

Felicidades, usted ha sido seleccionado para representar al Equipo Gamma en las competencias de hoy.

Los equipos se seleccionaron al azar y cada equipo tendrÃ¡ miembros de todos los aÃ±os.

Para aÃ±adirle elemento de competencia, cada miembro del equipo ganador acumularÃ¡ puntos para las casa de los estudiantes y botellas de vino para los adultos.

Buena suerte, y recuerden divertirse.

HJP

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Audaces fortuna juvat"

— Estoy en Gamma. — dijo él.

— Delta. — informÃ³ Charlie.

— Alfa. — aÃ±adiÃ³ Fleur.

— Beta. — terminÃ³ Tonks.

— Me pregunto en cual equipo estarÃ¡n Harry y Ginny. — se preguntÃ³ Bill.

— Todos deben haber recibido su notificaciÃ³n de equipo. — La voz modulada de Harry se escuchÃ³ sobre todo el mundo. — Tendremos el primer juego en una hora. Antes de eso, siéntanse en la libertad de beber algo. Por solo un dÃa, las bebidas serÃ¡n gratis gracias a nuestros aupiciadores, Cerveza de Mantequilla Original de Abe el Honesto.

Hubo otro ligero chillido de aprobaciÃ³n, mientras los estudiantes empezaban a caminar hacia las mesas.

— MÃ¡s vale que vayamos allÃ¡. — dijo Bill. — Van a necesitar nuestra ayuda.

— Bien que sÃ. — dijo Charlie y empezÃ³ a trotar hacia la mesa.

Bill tomÃ³ la mano de Fleur y caminÃ³ rÃ¡pido, consciente de que su elegante novia francesa jamÃ¡s saldrÃa trotando.

— ¿PodrÃan Harry Potter y el profesor Dumbledore venir acÃ¡ hacia el frente por favor? — la voz modulada de Dean se escuchÃ³ sobre la multitud.

Harry, con una expresiÃ³n de sorpresa en la cara, le dio un beso ligero a Ginny y se dirigiÃ³ hacia el frente.

— Bien. — gritÃ³ Seamus, su voz bajo un hechizo sonorus. — El profesor Dumbledore y Harry serÃ¡n nuestros jueces. Como muchas de las competencias de hoy son mÃ¡gicas, no es justo que algÃºn equipo tenga a uno de los dos magos mÃ¡s poderosos.

— Pero. — dijo Seamus pausando y tirando una risita a la multitud. — Tampoco es justo que ellos solo nos vean a nosotros haciendo el ridÃculo y ellos no hagan nada, ¿verdad?

— ¡No! — rugieron los estudiantes. Harry no pudo evitar reÃrse, especialmente cuando vio a Sirius y a Juanita gritando con el resto.

— AsÃ que. — continuÃ³ Dean. — Pensamos que para el primer juego serÃa algo divertido entre Harry y el director. Es como el fÃºtbol muggle, en el sentido de que tienen que meter la bola en el otro lado. Pero. — pausÃ³ dramÃ¡ticamente. — La Ãºnica regla es que no se pueden mover. Todo debe ser magia. Como jurado tenemos al otro no combatiente de hoy, Abe Dumbledore.

Harry se rio suavemente. — ¿EstÃ¡ listo para perder? — le preguntÃ³ a Albus, sabiendo que su rol era el del joven socarrÃ³n.

— ¿Perder? Creo que no. Creo que todavÃa te puedo enseÃ±ar un par de cosas, jovencito. — el director dijo jovialmente.

Harry mirÃ³ alrededor y luego parpadeÃ³ cuando vio un flash blanco. Harry tragÃ³ en seco cuando se dio cuenta de que podÃa ver directo por la falda de Ginny cuando esta se sentÃ³ frente a él. — PermÃtame un momento. — dijo ronco y corriÃ³ hacia Ginny.

— EstÃ¡s enseÃ±Ã¡ndoles el mundo a todos. — dijo susurrando, mientras se inclinaba hacia ella.

— Es un encantamiento, Harry. — le susurrÃ³ ella a él sonando juguetona. — Solo a ti te estoy mostrando algo, nadie mas puede ver nada.

Harry tragÃ³ en seco. — ¿CÃ³mo se supone que me pare derecho?

— ¿Umbridge en un bikini?

— Bruja. — gruÃ±Ã³ Harry.

— SÃ que lo soy. Disfruta. — dijo ella riendo.

Harry sacudiÃ³ la cabeza y tratÃ³ de imaginarse a Umbridge en un bikini. Desafortunadamente unas pantaletas blancas se le metÃan dentro de la mente.

— ¿Listo? — preguntÃ³ Abe.

Harry asintiÃ³ y tratÃ³ de enfocarse en el juego. Por suerte, notÃ³ cuando Ginny cambiÃ³ de posiciÃ³n y logrÃ³ concentrarse mejor en el juego.

— Las reglas son simples. No se estÃ¡ permitido que se ataquen uno al otro, solo a la bola. No estÃ¡ permitido construir estructuras permanentes y todo lo que crean debe ser destruido en cinco segundos. Aparte de eso, todo se vale. — Abe tenÃa en la mano una pelota blanca. — ¡En sus marcas! ¡Listos! ¡Fuera!

Una exaltaciÃ³n larga se escuchÃ³ cuando la bola volÃ³ por los aires. Un bate apareciÃ³ al lado de la bola y bateÃ³ la bola hacia el gol de Harry.

Harry alargÃ³ la mano tratando de controlar la bola.

— ¿Les dije que la bola estÃ¡ encantada para resistir magia directa? — la voz de Abe sonÃ³ por encima.

— SÃ. — gritÃ³ Harry, mientras creaba su propio bate y golpeaba la bola de vuelta. Con una movida de su mano, el bate se desapareciÃ³ y empezÃ³ a planear como ganar el juego.

— ¡Ups! — otra vez Abe, para el gozo de los estudiantes viendo. — DebÃ haber dicho que es el mejor de tres.

Una planta enorme creciÃ³ de la nada y agarrÃ³ la pelota en sus ramas. La planta se echÃ³ para atrÃ¡s y luego para el frente, lanzando la pelota hacia el gol de Harry mas rÃ¡pido que ligero. Harry creÃ³ otro bate, pero como no juzgÃ³ bien la distancia, la bola le pasÃ³ por el lado y entrÃ³ a su gol.

Harry jurÃ³ por lo bajo y luego se echÃ³ a reÃr cuando vio a Albus haciendo un bailecito donde estaba parado, antes de alzar sus manos en seÃ±al de victoria extendiendo los dedos Ãndice y meÃ±ique de cada mano.

Harry se rio mÃ¡s cuando escuchÃ³ a Dean decir incrédulo. — ¡Dumbledore tirÃ³ los cuernos!

— Segunda ronda. Si Albus entra ésta, gana. — anunciÃ³ Abe, tirando la bola en el aire.

Harry moviÃ³ las manos al frente de él, creando una criatura pequeÃ±a con alas. La criatura agarrÃ³ la bola y volÃ³ contra el gol. Harry contÃ³ hasta cinco, entonces hizo que la criatura se desvaneciera dejando la bola caer ante el gol de Albus.

Otra planta apareciÃ³ pero Harry estaba preparado esta vez. Cuando la planta se echÃ³ para atrÃ¡s, un hacha volÃ³ por los aires, cortando las ramas. La bola rebotÃ³ y entrÃ³ al gol de Albus.

Harry sonriÃ³ ampliamente y le tirÃ³ una risita a Ginny. El calor de la media maÃ±ana estaba empezando a molestarle y él deseÃ³ haberse puesto otro tipo de camisa. DistraÃdamente él desabotonÃ³ la camisa y se la tirÃ³ a Ginny.

Harry se preguntÃ³ vagamente el porque Ginny sintiÃ³ la necesidad de ponerse de pie por un segundo y espetar su mirada a los estudiantes detrÃ¡s de ella.

El joven se encogiÃ³ de hombros y se preguntÃ³ como Dumbledore se las mantenÃa con todas sus tÃºnicas puestas.

— Encanto enfriador dentro de la tÃºnica. — Albus dijo, interpretando la mirada envidiosa de Harry.

— Bola final, caballeros.

Ahora que los dos habÃan agarrado el juego, la cosa se nivelaba mÃ¡s, cuando un chorro de objetos volÃ³ por todas partes saliendo de la nada, mientras peleaban por la bola blanca.

Harry se las arreglÃ³ para hacer que la bola volara hacia su blanco cuando Albus alzÃ³ las manos causando que la tierra se alzara protegiendo su gol.

El terreno regresÃ³ abajo y una bola de fuego pareciÃ³ circular la bola, lanzÃ¡ndola contra el gol de Harry. Este alargÃ³ una mano hacia el lago y sacÃ³ varios cientos de galones de agua, usÃ¡ndola para apagar la bola, y tirÃ¡ndola al azar hacia el aire. Usar los elementos le dio a Harry una idea.

Harry empezÃ³ a moverse en la grama dando vueltas. Poniendo las manos hacia fuera, empezÃ³ a flotar, dando vueltas mÃ¡s y mÃ¡s rÃ¡pido.

Con un grito, Harry dejÃ³ salir un tornado de aire que agarrÃ³ la bola y la hizo volar directo al gol.

Dumbledore puso sus dos manos hacia el frente y una rÃ¡faga de magia pura sacÃ³ la bola fuera de curso, enviÃ¡ndola hacia el cielo, antes de que otra rÃ¡faga la enviara de vuelta a Harry.

Harry se echÃ³ a reÃr. No se acordaba de cuando se habÃa divertido tanto. Harry cayÃ³ de rodillas y alzÃ³ las manos. Con una pausa dramÃ¡tica, las puso abajo, brincando a sus pies a la misma vez. Doscientas nuevas bolas aparecieron a la vez alrededor de la original, todas eran una ilusiÃ³n, y al lado de ellas, doscientos murciélagos aparecieron en diferentes direcciones.

Albus trabajÃ³ mas rÃ¡pido de lo que Harry pudo haber pensado mandando hechizo tras hechizo que hacÃa desaparecer las ilusiones.

Harry enviÃ³ cinco directamente hacia Albus mientras pateaba distraÃdo la bola verdadera a través del campo.

Albus, mirando hacia arriba, derribÃ³ las bolas, sin fijarse de la que iba rodando por el suelo, hasta que cruzÃ³ la lÃnea del gol.

— ¡Gol! — gritÃ³ Abe. — ¡Harry Potter gana!

Un segundo mÃ¡s tarde, Harry se encontrÃ³ con una excitada pelirroja besÃ¡ndolo entusiasmadamente. — ¡Eso estuvo sensacional! — gritÃ³ ella. Los vÃtores de los estudiantes viendo estaban de acuerdo con ella.

Harry se sintiÃ³ ruborizar y caminÃ³ hasta su director. — Buen juego. — dijo en voz alta y ofreciendo la mano.

— Muy buen juego. — respondiÃ³ Albus, agarrando la mano del joven de forma entusiasta. — No me habÃa divertido asÃ en aÃ±os. Vamos a tener que hacer una revancha el aÃ±o que viene.

— Absolutamente. — dijo Harry sonriendo y halÃ³ al anciano para un abrazo rÃ¡pido.

— Bueno. — la voz ampliada de Dean se escuchÃ³ sobre el ruido. — No creo que nadie esperaba ver ese despliegue de magia. Me gustarÃa agradecer a Harry Potter y a nuestro director, Albus Dumbledore, por empezar el dÃa con estilo. El prÃ³ximo juego serÃ¡ entre los equipos Alfa y Delta y empezarÃ¡ en una hora. Lavender, Parvati, la Sra. Weasley y los elfos de Hogwarts han trabajado como esclavos, y ahora es tiempo de disfrutar el resultado. Los encantos se han levantado de la comida. ¡AsÃ que todos agarren un plato, y a comer se ha dicho!

— Vamos a hacer esto en orden. — se escuchÃ³ la voz de Lavender. — Hay mÃ¡s que suficiente comida para todos, asÃ que no se apuren si son los Ãºltimos. Equipo Alfa, ustedes van primero.

Harry tomÃ³ su camisa de manos de Ginny y se la puso de nuevo, sin molestarse en abotonarla ya que todavÃa tenÃa calor. Los dos caminaron tomados de la mano y se sentaron al lado de los padres de Ginny, Percy, Penélope. Sirius, Remus y Juanita.

— Eso estuvo increÃble. — dijo Sirius con alegrÃa. — La ultima movida estuvo genial, mocosillo escurridizo.

Harry sonriÃ³, mientras Ginny se acomodaba sobre su regazo. — Fue divertido. — dijo. — ¿SabÃas que iban a hacer eso? — le preguntÃ³ a Ginny.

— No. — dijo ella, dÃ¡ndole un beso en la cara. — Pero fue muy divertido verlo. Con todo y que tuve que recordarles a algunos que tÃº me perteneces.

— ¿Posesiva, ah? — bromeÃ³ Harry.

— Mucho. — dijo ella. — ¿La estÃ¡n pasando bien? — preguntÃ³ ella a sus padres.

— Seguro que sÃ. — dijo Arthur alegremente. — Es bueno ver a toda la familia aquÃ, aunque la mayorÃa estÃ¡n ocupados trabajando con Fred y George. Parece que la nueva bebida serÃ¡ un éxito.

— Eso esperamos. — dijo Harry. — ¿CÃ³mo les fue buscando por ese maleficio?

— Algunas ideas. — dijo Remus encogiéndose de hombros. — Pero nada concreto.

— He asignado a Fleur y a Bill para que trabajen con eso a tiempo completo durante las prÃ³ximas semanas. — dijo Harry casualmente.

— ¿De veras? — preguntÃ³ Remus.

— SÃ, es importante que hagamos esto de forma seria. Y esos dos tienen mucha experiencia rompiendo maleficios.

— Gracias. — dijo Remus suavemente.

Harry se encogiÃ³ de hombros. — ¿Qué tal tÃº, Juanita, te estas divirtiendo?

— Me siento un poco fuera de liga aquÃ. — dijo ella sonriendo. — TÃº no eres como otros de los magos que vi en mi paÃs. Ellos podÃan hacer algunas cositas, pero lo que tÃº haces…

— ¿Percy, Penélope, estÃ¡n disfrutando del dÃa? — preguntÃ³ Harry.

— Definitivamente que estamos disfrutando de un dÃa espléndido. El entretenimiento ha sido muy apropiadamente entretenido hasta el momento y admito que tengo algo de anticipaciÃ³n en participar en algunos de los juegos también.

Harry sonriÃ³ calurosamente a Percy, feliz de ver que el que fuera estirado Weasley estaba mÃ¡s a gusto consigo mismo. TodavÃa hablaba medio formal, pero Harry sospechaba que eso era mas bien debido a la compaÃ±Ãa que tenÃa en el trabajo que a un deseo de sonar como si fuera alguien que tenÃa una varita dentro de su…

— Es nuestro turno para ir a comer. — dijo Ginny, deteniendo la conversaciÃ³n e interrumpiendo el tono de que llevaban sus pensamientos.

Todos se fueron como grupo hasta las pobres mesas llenas a tutiplén de comida. HabÃa cuanta cosa habida de comer. Platos enormes de ensalada peleaban por espacio al lado de platos masivos de quiche, pollo frÃo y salchichas.

— Esto es increÃble. — dijo Harry a Molly.

— Oh, es nada. — respondiÃ³ ella sonriendo. — Lavender y Parvati arreglaron casi todo esto, yo solo sugerÃ aquÃ y allÃ¡.

Con los platos llenos de comida, todos se regresaron a su mesa y el resto de la familia se les uniÃ³.

— ¿CuÃ¡ndo fue la Ãºltima vez que comimos asÃ todos juntos? — preguntÃ³ Fred alegremente, mientras Abe se sentaba al lado.

— No creo que hayamos estado asÃ todos juntos antes. — dijo Ron, mientras se sentaba con Hermione al lado de Harry.

— Al menos no con todos en parejas. — aÃ±adiÃ³ Charlie.

— Imagino que somos entonces una gran feliz familia Weasley — dijo George con una sonrisita. (3)

A esto le siguieron varios gruÃ±idos y varios de ellos le tiraron con la comida a George. — Chiste flojo, George. — dijo Fred. — Estoy orgulloso de ti.

— Oigan, el resto de nosotros estÃ¡ comiendo. — protestÃ³ Ginny. — ¿Angelina, le das un cantazo o algo?

— Hoy no. — dijo la aludida riendo. — Pero si se sigue portando mal, lo va a lamentar mas tarde.

Alrededor de la mesa se escuchÃ³ una carcajada general mientras George se ruborizaba furiosamente.

La tarde pasÃ³ rÃ¡pida, mientras diferentes juegos se llevaban a cabo entre los diez equipos, con algunas riÃ±as personales arreglÃ¡ndose en la diversiÃ³n. Uno de los momentos mas divertidos fue un relevo de Quidditch que terminÃ³ con McGonagall y Snape en carrera alrededor del campo donde habÃa una carrera de obstÃ¡culos.

En un despliegue chocante de trampa y deshonestidad, McGonagall le lanzÃ³ un encanto a la escoba de Snape, haciendo que fuera para atrÃ¡s.

A pesar de las protestas fervientes de Snape, su apelaciÃ³n para una revancha fue anulada, cuando los jueces discutieron rÃ¡pidamente que en ningÃºn lado las reglas decÃan que estaba prohibido sabotear la escoba del oponente y el equipo Epsilon obtuvo otros diez puntos.

Ginny, en el equipo Zeta, reuniÃ³ a su gente. La competencia final antes de la barbacoa era un juego mÃ¡gico de dodge ball (4). Después de una serie de partidos cerrados, el equipo de ella se iba a enfrentar al equipo de Snape en la final. El ganador del partido serÃa coronado como el equipo campeÃ³n. Ginny querÃa ganar, no por los puntos, sino por los besos que le iba a reclamar a Harry como su premio.

— Muy bien, escuchen. — dijo ella. — Primer y Segundo aÃ±o, quiero que protejan a los mayores. Su trabajo es agarrar y desviar cualquier cosa que nos tiren. Tercero y Cuarto, su trabajo es alinear las bolas para los Quinto, Sexto y Séptimo. Blaise, tu te encargas de Lavender y Parvati. A Snape me lo dejan a mÃ. ¿Todos saben lo que van a hacer?

— SÃ, Ginny. — su equipo contestÃ³ con excitaciÃ³n.

— Recuerden. — dijo Ginny firmemente. — Todo lo que les pido es que traten lo mejor de sÃ. A lo mejor nos ganan, pero nunca seremos derrotados. Y tenemos una buena oportunidad de ganar. Ahora, con todo y que el profesor Snape ha mejorado bastante, esta es nuestra oportunidad de vengarnos un poco por todos los aÃ±os que fue un tonto. ¿EstÃ¡n listos?

— ¡SÃ! — su equipo gritÃ³.

— ¡Muy bien, al ataque!

El equipo se dividiÃ³ y se acercÃ³ al otro, quienes se veÃan tan entusiasmados como el quipo de Ginny. Era casi extraÃ±o pensar que Severus podrÃa animar a su gente, pero como probÃ³ mÃ¡s temprano, cuando su equipo derrotÃ³ al de McGonagall, ciertamente era capaz.

Ginny estaba casi segura de que Harry no habÃa hecho los equipos al azar, ya que el de ella tenia una pequeÃ±a desventaja. Su equipo era el Ãºnico sin ningÃºn profesor y sin nadie de la familia. Esto le habÃa hecho sentirse mas determinada en que podrÃan ganar, y ella habÃa jugado bien con el estado débil de su equipo, ignorando la vocecita que le decÃa que un equipo con ella y Blaise no tenÃa nada de débil.

— ¿Listos? — gritÃ³ Abe, quien habÃa decidido que le gustaba mas ser referee que servir cerveza.

Ginny alzÃ³ la mano y amarrÃ³ su pelo en una cola de caballo, mentalmente disculpÃ¡ndose con sus amigas por haber arruinado el peinado. Ella se volteÃ³ y desabotonÃ³ la blusa para amarrarla en un nudo debajo de los senos. Luego se estirÃ³ un poco deseando que la falda fuera menos restrictiva cuando sintiÃ³ que se moviÃ³ un poco. Ella mirÃ³ a Harry, el cual le dijo en mÃmica 'buena suerte’ a ella.

Ella le tiro un beso e hizo nota mental en darle las gracias de forma propia por haber transformado la falda de forma discreta.

— ¡Un momento! — gritÃ³ Fred de repente, corriendo hacia el medio del campo con George.

— ¿Qué sucede? — preguntÃ³ Abe.

Ginny vio a Harry moviéndose hacia el frente, mirando alrededor como buscando por cualquier amenaza.

— Estamos tomando apuestas por el resultado del partido, una apuesta por persona. Siete a uno a favor de Snape, dos a uno a favor de Ginny.

Ella se echÃ³ a reÃr suavemente, cuando un chorro de gente empezÃ³ a gritar cantidades de dinero. Bill, Charlie, y sus padres aparecieron al lado de George, apuntando las apuestas en pedazos de pergamino.

— ¿Hay mÃ¡s apuestas? — preguntÃ³ George, cuando el ruido se amainÃ³.

— 100 galeones a favor del profesor Snape. — dijo Dumbledore firmemente.

— No podemos cubrir eso. — jadeÃ³ Fred.

— EstÃ¡n cubiertos. — dijo Harry. — Yo apuesto la misma cantidad a favor de Ginny con un proviso. El ganador dona el dinero a San Mungo.

— De acuerdo. — dijo Albus en voz alta y fue a darle la mano a Harry.

Abe tomÃ³ su lugar otra vez en el campo para deleite de los estudiantes.

— ¿Hay mas interrupciones?

— ¡SÃ³lo una! — gritÃ³ Harry, corriendo hacia Ginny. Harry la besÃ³ firmemente y le murmurÃ³. — Te amo.

Ginny suspirÃ³ alegre y solo lo mirÃ³, sabiendo que no necesitaba decir nada.

Harry le guiÃ±Ã³ un ojo, y corriÃ³ de vuelta a sentarse al lado de Albus.

— En ese caso. — gritÃ³ Abe. — ¡Que empiece el juego! — Abe moviÃ³ las manos dramÃ¡ticamente y quince bolas rojas aparecieron en el cielo.

El juego no se estaba jugando siguiendo las reglas tradicionales de Dodge Ball. Simplemente, si te pegaban con la bola, estabas fuera.

Los de primero y segundo aÃ±os del equipo de Ginny estaban haciendo un trabajo tremendo. Los encantos que usaban eran simples, solo apuntaban y gritaban la palabra, pero eran efectivos desviando las bolas al Ãºltimo minuto.

Los de tercero y cuarto aÃ±o estaban usando encantos para convocar las bolas mÃ¡s cerca, pasÃ¡ndolas a los estudiantes senior, los cuales estaban usando variedades de encantos para dispararlas de vuelta a sus oponentes.

Viendo una oportunidad, Ginny corriÃ³ y se zumbÃ³ sobre un alumno del primer aÃ±o, rodando por el suelo. Ella luego brincÃ³ de pie al terminar la rodada para tomar una pelota, tirÃ¡ndola de forma diagonal hacia el aire. Ginny apuntÃ³ la varita hacia la bola y le disparÃ³ un rayo de magia, agarrÃ¡ndola en el momento justo para pegarle directo a Anthony Goldstein, sacÃ¡ndolo del juego.

Ginny se apresurÃ³ a la seguridad del grupo y se dio cuenta que estaba disminuyendo rÃ¡pidamente. Snape de seguro habÃa ordenado a su equipo a sacar del medio a los de primero y segundo aÃ±o del equipo de ella, lo cual querÃa decir que los otros tenÃan que pasar mas tiempo defendiendo.

Ginny mirÃ³ a sus oponentes y frunciÃ³ el ceÃ±o. Iba a ser cerrado, ya que no tenÃa tiempo de cambiar tÃ¡cticas en ese momento. Ella se echÃ³ para atrÃ¡s un poco, dejando que una bola pasara volando y eso le dio una idea. Ginny apuntÃ³ su varita a la pelota y la atrapÃ³, haciéndola girar para luego soltarla a toda velocidad directo hacia Lavender.

La bola volÃ³ hacia el estomago de la muchacha, pero no hizo daÃ±o, ya que todas las bolas habÃan sido encantadas para detenerse a una pulgada de cada oponente. Lavender gruÃ±Ã³ y cayÃ³ al suelo, saliendo gateando del partido.

El partido continuÃ³, con mÃ¡s estudiantes saliendo del juego hasta que solo quedaron Ginny, Blaise, Parvati y Snape.

Con un hechizo estrangulado, Blaise esquivÃ³ la pelota de Snape pero caminÃ³ directito hacia la que venÃa de Parvati.

Los gritos de apoyo se escuchaban de todos lados, a favor de los dos bandos recorriendo el campo entero.

Ginny rechinÃ³ los dientes, determinada a que si caÃa lo harÃa luchando hasta lo Ãºltimo.

Cuando las dos bolas volaron hacia ella, Ginny brincÃ³ en el aire y luego estirÃ³ las piernas, echÃ¡ndose hacia atrÃ¡s para que las bolas pasaran por encima y debajo de ella. Girando la cabeza hacia atrÃ¡s, ella agarrÃ³ las dos bolas con su magia, enviÃ¡ndolas volando como un espiral hacia Parvati.

La Gryffindor se las arreglÃ³ para esquivar una de las bolas, pero no la segunda, lo cual dejÃ³ la competencia en un mana a mano entre Snape y Ginny.

Snape virÃ³ en un cÃrculo inmediatamente, recogiendo todas las bolas alrededor de él, antes de lanzarlas todas a la vez hacia Ginny.

Ginny dio una pirueta hacia la derecha, brincando en un flip, antes de zambullirse bajo otra bola, rodando de forma que aterrizÃ³ de forma segura en la espalda. Ginny alzÃ³ las piernas y las bajÃ³ rÃ¡pido usando el momento para ponerse de pie. Ginny se hundiÃ³ de frente, agarrÃ³ una bola en el aire y usÃ³ su cuerpo para enviar la bola hacia Snape.

Snape brincÃ³, esquivando la bola con agilidad, pero el movimiento le dio a Ginny la oportunidad de prepararse para lanzar otro ataque.

La joven rÃ¡pido lanzÃ³ un encanto reversible a una de las bolas, y se la lanzÃ³ a sÃ misma, enviando las otras bolas de forma normal. Las bolas sin encantar se movÃan rÃ¡pido, asÃ que Snape llegÃ³ a ellas primero, usÃ¡ndolas para atrapar a Ginny.

El profesor se rio socarronamente, cuando se dio cuenta que Ginny no tenÃa a donde ir. Con un movimiento dramÃ¡tico de la mano, él lanzÃ³ la Ãºltima bola directo a Ginny.

Pero, el encanto reversible hizo su trabajo, y la bola se regresÃ³ directamente a un sorprendido Snape.

— ¡Y el ganador es! — anunciÃ³ Abe. — ¡El equipo Zeta!

Hubo un ruidoso chillido de parte de la audiencia, mezclada con los gruÃ±idos en broma de los estudiantes que habÃan apostado por Snape.

Ginny sonriÃ³ mientras se inclinaba para recobrar el aliento. La muchacha mirÃ³ cuando vio que Harry estaba acercÃ¡ndose a toda velocidad. Ella abriÃ³ los brazos y dejÃ³ que el muchacho la abrazara, dÃ¡ndole vueltas alrededor. — ¡SabÃa que podÃas lograrlo! — gritÃ³ él.

— Yo sola no lo logré. — corrigiÃ³ ella. — Todos lo logramos. — dijo seÃ±alando a su equipo.

— Y felicitaciones a todos ustedes. — dijo Dumbledore. — Treinta puntos para cada miembro del equipo de Ginny y primer lugar para comer en la barbacoa.

Ginny se soltÃ³ de los brazos de Harry y se dirigiÃ³ hacia su equipo, arrodillÃ¡ndose frente a ellos. — Se los dije. — dijo suavemente. — Que si trataban lo mÃ¡ximo, serÃa todo lo que le pedirÃa a ustedes. Hicieron mejor que eso, y estoy muy orgullosa de ustedes. Todos ustedes jugaron una parte importante en nuestra victoria y nunca lo olviden. Ahora, vayan a ver a sus amigos y a divertirse.

El equipo gritÃ³ animado y todos salieron corriendo con excitaciÃ³n.

— Buen trabajo, Ginny. — dijo Blaise suavemente, abrazando a la otra chica. — PodrÃ¡s decir que fue un esfuerzo en equipo, pero al final un equipo es bueno solo si tiene un buen lÃder y tuvimos a la mejor.

Ginny se ruborizÃ³ y mirÃ³ a sus pies. — ¿Me veo bien? — dijo susurrando de repente a Blaise. — He arruinado el peinado y la blusa.

Blaise echÃ³ la cabeza para atrÃ¡s y se rio en voz alta. La muchacha se desamarrÃ³ su cola de caballo y le dijo riendo a Ginny. — Ve donde Harry y hazle esa misma pregunta.

— Pero…

— Nada de peros, ve. — dijo Blaise con firmeza.

Ginny sonriÃ³ y le dio un abrazo ligero a Blaise. — No podÃa tener otra mejor nÃºmero dos al mando. — dijo susurrando antes de corretear de vuelta a Harry.

Ella abriÃ³ los brazos al muchacho, y Harry se moviÃ³ hacia ella y de repente Ginny se encontrÃ³ a sÃ misma en el topo de la torre de AstronomÃa.

— ¿Qué hacemos aquÃ? — preguntÃ³ sorprendida.

— ¿Tienes alguna idea de cÃ³mo te ves? — le preguntÃ³ él, su voz sonando mÃ¡s ronca que de costumbre.

— Hecha todo un lÃo. — dijo abochornada. — Mi pelo estÃ¡ todo parado, arruiné la blusa, mmpf… — terminÃ³ ella cuando Harry la besÃ³ de repente.

— No tenemos mucho tiempo. — dijo él disculpÃ¡ndose. — Pero no podÃa esperar mÃ¡s para darte un beso, de forma apropiada. Estuviste increÃble hoy. — él pausÃ³ para besarla de nuevo, sus manos escurriéndose por debajo de la camisa de ella y acariciando su piel.

Ella ronroneÃ³ contra él, definitivamente disfrutando y animando este tipo de comportamiento.

— Por poco lanzo un hechizo para cegar a toda la escuela. — murmurÃ³ él contra los labios de ella. — No querÃa que todos vieran lo sexy que te veÃas.

— ¿Sexy? — preguntÃ³ Ginny con un chillido, para enojo de ella. Chillar no era forma de verse atractiva.

— Oh sÃ. — gruÃ±Ã³ Harry, besÃ¡ndola de nuevo. — Terminé echÃ¡ndole a tu blusa el mismo encantamiento que usaste con tu falda. Estabas reboteando por todos lados. — dijo de forma reverente, mientras sus manos se escurrÃan para levantarla contra el cuerpo de él.

— Oh. — atinÃ³ a decir Ginny, sintiendo la piedra dura de la pared contra la espalda. — ¿AsÃ que aprovechaste y miraste?

— Seguro que sÃ. — gruÃ±Ã³ Harry. — Me has estado volviendo loco todo el dÃa. Por poco pierdo contra Albus cuando todo lo que tenÃa en mente era la ropa interior que llevas. Fue imposible sentarme con tus padres cuando te tenÃa sentada sobre el regazo, porque todo lo que querÃa era recorrer las manos debajo de esa maldita falda y ver si tus muslos son tan suaves como se ven. Y ser juez de esta maldita competencia… ni siquiera me di cuenta cuando Minerva encantÃ³ la escoba de Snape, porque estaba muy ocupado ligÃ¡ndote.

— ¿Qué te detiene ahora de que explores mÃ¡s? — demandÃ³ Ginny, ladeando la cabeza para poder besarlo unas cuantas veces.

— El hecho de que se supone que estemos allÃ¡ abajo. — suspirÃ³ Harry, colocando su frente contra la de ella. — Estuviste sensacional hoy, mi amor. Como una guerrera del pasado. Organizaste a tus tropas, los pusiste a trabajar como equipo, y al final te llevaste la victoria. Estoy muy orgulloso de ti, y orgulloso de tenerte.

Ginny jadeÃ³ suavemente, de repente sintiendo lÃ¡grimas en los ojos. Escuchar esos cumplidos de parte de Harry le llegÃ³ directo al corazÃ³n y la Ãºnica respuesta que ella pudo pensar fue la de besarlo fuertemente, y poner su alma en el beso. Lo cual hizo.

Eventualmente y para su desilusiÃ³n, Harry rompiÃ³ el beso y se echÃ³ un paso para atrÃ¡s. Su mano la metiÃ³ en el bolsillo y de repente se veÃa nervioso.

— Ginny. — dijo suavemente con tono serio. — Iba a hacer esto mas tarde, pero no puedo esperar mÃ¡s. En el corto tiempo que llevamos juntos, nos han pasado muchas cosas. Ni siquiera puedo recordar como era mi vida antes de entraras a ella de forma tan dramÃ¡tica.

Ginny encontrÃ³ que de repente no podÃa respirar. Su estÃ³mago se retorciÃ³ nerviosamente, mientras lo miraba, sin tener idea de lo que él estaba haciendo.

— Se que somos jÃ³venes. — continuÃ³ él. — Pero se muy bien que quiero pasar el resto de mi vida junto a ti. AsÃ que. — Harry sacÃ³ la mano del bolsillo revelando una caja alineada de terciopelo negro. — ¿AceptarÃas este anillo, a sabiendas de que cuando seamos lo suficiente mayores, te daré un anillo de compromiso propio, y después, tan pronto como podamos, un anillo de matrimonio? ¿AceptarÃas este anillo como mi promesa hacia ti?

Ginny jadeÃ³ mirÃ¡ndolo, su mente en blanco. No podÃa creer lo que él acababa de decirle, era lo Ãºltimo que esperaba.

— ¡SÃ, por MerlÃn sÃ! — respondiÃ³ ella casi gritando y colocando los brazos alrededor de él mientras estallaba en llanto.

Ella sintiÃ³ como él la abrazaba suavemente, mientras le pasaba la mano por la espalda. Ginny se limpiÃ³ la nariz y le mostrÃ³ el anillo del dedo, no muy segura que él sabÃa en cual dedo iba el anillo.

Harry le puso el anillo en el dedo y le sonriÃ³ a ella de una forma diferente. Era una forma posesiva, mas aÃºn que ahora la reclamaba en pÃºblico. Ginny sintiÃ³ como el anillo se apretaba alrededor de su dedo y dejÃ³ salir un resoplido. — Es precioso.

— Es una herencia de familia. — dijo Harry suavemente. — Cuando te ponga los otros dos anillos en el dedo, los tres se unirÃ¡n en uno solo.

— Me encanta. — dijo Ginny, besÃ¡ndolo firmemente. — Y tÃº me encantas.

Harry la besÃ³ de nuevo, alargando el beso antes de romperlo. — Tenemos que regresar. — dijo gruÃ±endo.

— ¿Por qué’? — preguntÃ³ ella. — ¿Por qué no nos Apareces a tu cama y continuamos celebrando en privado?

— Ginny. — suspirÃ³ Harry. — No hay nada que me gustarÃa hacer mÃ¡s que eso. Pero tu familia entera estÃ¡ abajo, y el resto de la escuela, y nos estÃ¡n esperando para que puedan comer.

Las palabras que Ginny usÃ³ para expresar lo que sentÃa sobre la escuela eran muy creativas, considerando la oferta de ella de hace un segundo y le pusieron una sonrisa a la cara de Harry.

— Mas vale que no. — dijo este riendo. — Ese tipo de comportamiento deberÃa ser reservado solo para mÃ.

— EstÃ¡ reservado para ti. — dijo ella riendo. — Pero vamos a tener que buscar en la bÃ³veda esa tuya para ver si encontramos un anillo para ti.

La mirada que Harry le enviÃ³ por poco le llevaba el aliento.

— Vamos, mi amor. — dijo él y los ApareciÃ³ de regreso.

Los dos se aparecieron entre los estudiantes, cerca de la familia de ella.

— ¡Ay, Dios Santo! — Parvati chillÃ³ en voz alta, atrayendo la atenciÃ³n de todos. — ¿Qué es eso en tu mano?

— ¿Esto? — dijo Ginny de forma casual, levantando la mano. — Oh, Harry acaba de prometerme matrimonio tan pronto tengamos la edad apropiada.

Lavender chillÃ³ y agarrÃ³ la mano de ella, alejÃ¡ndola de Harry. Ginny mirÃ³ sobre su hombro para ver a Charlie agarrando a Harry en un fuerte abrazo. Ella se rio cuando vio la expresiÃ³n en la cara del muchacho, y se dio la vuelta cuando sus amigas, y sus familiares mujeres la rodearon, demandando detalles de lo que habÃa pasado.

Harry exhalÃ³ lentamente. Se habÃa sorprendido un poco por la bienvenida completa que le dio la familia. Hasta el seÃ±or Weasley le dio la mano de forma excitada. Harry les explicÃ³ a todos de donde sacÃ³ la idea y cÃ³mo estaba planeando comprometerse con Ginny tan pronto cumpliera los diecisiete aÃ±os y casarse con ella tan pronto ella terminara con la escuela.

Hasta Ron le felicitÃ³, seÃ±alando, mientras le daba un abrazo, que ahora serÃan hermanos de verdad.

Molly Weasley, su rostro hinchado de tanto llorar, le habÃa dado con abrazarlo de repente a cada momento, y pasar el resto del tiempo cuchicheando con Lavender y Parvati, de seguro planeando la boda de los dos.

Después que la distracciÃ³n se apagÃ³ un poco, y Harry estaba contento de no tener que hablar mas del asunto, Albus y Abe trabajaron juntos para que las mesas de picnic se fueran mÃ¡gicamente, revelando inmensos fogones de barbacoa. Otro encanto prendiÃ³ la lumbre y todos los elfos de Hogwarts aparecieron, llenos de platos de comida y el aroma de carne cocinÃ¡ndose despertÃ³ el apetito de todos.

Las salchichas, hamburguesas, y filetes sabÃan tan ricos como olÃan, dejando a todos satisfechos y la noche la pasaron en grupos pequeÃ±os, con las personas caminando de un lado a otro, hablando bajo las miles de luces que los prefectos habÃa organizado. En la parte de atrÃ¡s, algunos de los estudiantes estaban bailando con la mÃºsica suave.

— ¿EstÃ¡s seguro que sabes lo que haces? — preguntÃ³ Hermione, mientras se sentaba al lado de Harry, con Ron a su lado, formando los tres un pequeÃ±o triÃ¡ngulo.

— Creo que sÃ. — dijo Harry lentamente. — Lo hago a sabiendas de lo que estoy haciendo. Una de las cosas que Voldemort estÃ¡ tratando de hacer es matar la esperanza. EstÃ¡ tratando de evitar que vivamos la vida que queremos vivir. Y bien, yo quiero vivir mi vida con Ginny, y ese anillo de pre-compromiso es mi promesa a ella de que haré lo que sea para sobrevivir para poder ponerle los otros dos anillos en su dedo. Los dos sabemos que a lo mejor eso no pase, pero el miedo no es una buena razÃ³n para dejar de vivir.

— Yo pensaba hacerlo mas tarde esta noche, pero ella se veÃa tan bonita; trabajÃ³ tan duro para ganar que me di cuenta que no podÃa esperar. No puedo estar amenazando al resto de la escuela, asÃ que esto es una declaraciÃ³n hacia ellos de que Ginny es mÃa y lo serÃ¡ por el resto de mi vida. Y tan pronto podamos encontrar un anillo, lo pienso usar también para que todos sepan que yo le pertenezco a ella de la misma manera.

Hermione sonriÃ³. — Nunca pensé que cuando Ginny empezÃ³ a besarte que terminarÃan asÃ.

— ¿Quien lo hubiese pensado?

— No yo. — dijo Ron riendo. — Yo estaba muy ocupado tratando de proteger a Ginny. Claro estÃ¡, lo que debÃ haber echo era protegerte a ti amigo. Una vez ella te puso las garras encima, no tenÃas ninguna oportunidad.

Harry se echÃ³ a reÃr. — Yo no dirÃa que ella tiene garras.

— Nunca has peleado contra ella. — dijo Ron riendo.

— Cierto. — asintiÃ³ Harry.

— ¿De que hablan ustedes tres con tanta intensidad? — preguntÃ³ Ginny, sentÃ¡ndose con firmeza en el regazo de Harry.

— Vaya, de usted seÃ±orita Weasley. — sonriÃ³ Harry.

— Srta. Weasley hasta que salga de la escuela, entonces seré la Sra. Potter. — dijo Ginny alegremente.

— Ves. — dijo Ron con una risita. — Te lo dije.

— Oh, cÃ¡llate, tÃº. — dijo Ginny exhalando.

Harry la sintiÃ³ acurrucarse mas contra el pecho de él, asÃ que colocÃ³ los brazos alrededor de ella, abrazÃ¡ndola con fuerza. Uno a uno, el resto de la familia Weasley se les uniÃ³, y todos pasaron el resto de la velada hablando calmadamente y disfrutando la compaÃ±Ãa.

No fue sino hasta mÃ¡s tarde que Harry se dio cuenta que Ginny se habÃa quedado dormida en su regazo. Las actividades de mÃ¡s temprano obviamente la habÃan dejado exhausta. Harry se moviÃ³ un poco para que ella estuviera mÃ¡s cÃ³moda.

— Ve y llévala a que se acueste, Harry. — dijo Molly suavemente. — Somos los Ãºltimos aquÃ, y es hora de irnos a casa.

Harry mirÃ³ alrededor, un poco sorprendido de ver que casi todos los estudiantes se habÃan marchado, algunos todavÃa caminando hacia la escuela. Albus estaba con Dobby en una esquina, y docenas de elfos estaban trabajando limpiando el reguero dejado por los estudiantes.

— Yo llevaré a Hermione a la cama también. — anunciÃ³ Ron alegremente.

— No lo harÃ¡s, Ronald Weasley. — dijo Molly con firmeza.

— Pero estÃ¡s dejando que Harry se acueste con Ginny. — protestÃ³ Ron.

— Yo lo que dije fue que la llevara a la cama. — corrigiÃ³ Molly. — Y te dejaré hacer lo mismo, si Hermione lo permite, cuando le hayas puesto un anillo en el dedo a ella.

— Oh. — dijo Ron, frunciendo el ceÃ±o.

— Ni lo pienses. — dijo Hermione suavemente. — TodavÃa hay tiempo de sobra para eso. AdemÃ¡s solo somos el grupo de apoyo; nosotros no tenemos el peso del mundo sobre lo hombros.

— Ustedes son mÃ¡s que el grupo de apoyo. — dijo Harry.

— Lo se, Harry. — dijo Hermione suavemente. — Pero lo que cuenta es el principio. Y por mÃ¡s que quisiera, no puedo tomar tus problemas por ti. Ginny te puede ayudar de una forma que yo no puedo. Los dos se merecen la relaciÃ³n que tienen.

— Estoy completamente de acuerdo. — dijo Percy, entrando a la conversaciÃ³n. — Y siento mucho mi comportamiento de antes, Harry. No hay nadie en quien pueda confiar mas para mi hermana.

Harry se encogiÃ³ de hombros y le sonriÃ³ a Percy. — No te apures por eso. — dijo, mirando primero a Ginny y luego al resto de los Weasley. — Charlie, quiero que cuando no estés conmigo, pases el resto del tiempo en la biblioteca. ¿Hermione, le podrÃas buscar algunos libros en occlumencia? Charlie, no practiques sin mÃ.

— Bill, Fleur, quiero que maÃ±ana en la maÃ±ana descansen y luego se reÃºnan con Hermione en la tarde para que ella los ponga al dÃa en lo que han encontrado.

— Molly, me gustarÃa que empezara a pasar mÃ¡s tiempo en Hogwarts durante el dÃa. No me gusta que esté sola en La Madriguera. Tenemos bastante trabajo aquÃ para que ayude en algo.

— Percy, tÃº y Penélope pueden ayudar maÃ±ana investigando también. El lunes, empiezas a organizar la inspecciÃ³n sorpresa. Quiero que te lleves a Bill y a Charlie cuando vayas.

— Fred, George, quédense con Abe maÃ±ana y chequeen doble todo para el lanzamiento del lunes. Tuve una conversiÃ³n por mensaje mÃ¡gico con Luna mÃ¡s temprano y le di un soplete al papÃ¡ de ella para que tengamos algo de cobertura de parte de la prensa. Eso harÃ¡ que El Profeta les caiga encima, asÃ que prepÃ¡rense.

— Sirius, Remus y Juanita, por favor cuÃdense. MaÃ±ana se van de vuelta a investigar donde queda la guarida de los morti-estÃºpidos. Si se meten en lÃos, avÃsenle a alguien de inmediato. AllÃ estaremos para ayudarlos.

La cara de Harry se puso seria. — No quiero que ninguno de ustedes vaya a ningÃºn lado por su cuenta. Las cosas van a cambiar maÃ±ana y pienso que vamos a empezar la cuenta regresiva ya. No puedo permitir que atrapen a ninguno de ustedes.

Las caras de todos los presentes estaban ligeramente sorprendidas, pero todos asintieron lentamente.

Harry les sonriÃ³ a todos. — Buenas noches. — dijo suavemente. — Y gracias por venir hoy.

Harry abrazÃ³ a Ginny un poco mas fuerte y los ApareciÃ³ al cuarto de ella.

— Me pregunto que es lo que va a pasar maÃ±ana. — dijo Fred lentamente. — Hubiese pensando que él se referÃa al lunes cuando vamos a atacar financieramente a los morti-tontos.

— Igual pensaba yo. — aÃ±adiÃ³ George.

— El liderazgo viene acompaÃ±ado de muchas responsabilidades. — la voz de Albus Dumbledore los interrumpiÃ³, mientras se les unÃa y sentaba en la silla donde hacÃa un momento Harry estaba sentado. — Y Harry ahora es que entiende mejor mi comportamiento de los Ãºltimos aÃ±os. Hay veces que un lÃder no puede decirlo todo. Se que algo va a pasar maÃ±ana, pero me temo que no tengo la mÃ¡s mÃnima idea de lo que pueda ser, aparte de especular mucho, lo cual no ayuda nada en este caso.

— Pero nosotros somos sus amigos. — protestÃ³ Ron.

— SÃ que lo son. — dijo Dumbledore. — Y como buenos amigos que son, tienen que confiar de que él se guarda algunos secretos por una buena razÃ³n. Ya han visto como él se toma toda la responsabilidad y como se mantiene en sus dos pies.

— Fue bueno verlo divertirse hoy. — dijo Molly, moviendo la conversaciÃ³n con la destreza de alguien que sabÃa hacerlo.

— Y verlo proteger a Ginny. — dijo George riendo. — ¿Alguno de ustedes se dio cuenta cuando de repente ella se puso toda borrosa mientras estaba jugando?

Bill soltÃ³ una risita. — SÃ, fue fÃ¡cil verlo. Ã‰l no fue necesariamente sutil con el encantamiento de ofuscaciÃ³n que le lanzÃ³ a ella.

— Pero. — interrumpiÃ³ Percy. — Me temo que ustedes dos le deben una disculpa.

— SÃ. — suspirÃ³ Charlie. TodavÃa estamos tratando de averiguar como se la pagamos al chico que tiene a nuestra hermana.

— ¿Les puedo sugerir una simple disculpa? — preguntÃ³ Albus.

— No es suficiente. — dijo Bill, colocando un brazo sobre Fleur. — Debe de haber algo que Charlie y yo podamos hacer por él.

— Ya pensaremos en algo. — suspirÃ³ Charlie. — Pero como sea, no puedo esperar a que ya sea sÃ¡bado de nuevo.

— ¿El partido de Quidditch? — preguntÃ³ Hermione.

— Absolutamente. — dijo Charlie con entusiasmo. — He querido jugar contra Harry desde hace aÃ±os, y esta es mi oportunidad.

— A mi me gustarÃa saber quienes estÃ¡n en su equipo. — se quejÃ³ Bill. El pelirrojo mirÃ³ alrededor y pausÃ³. — ¿TÃº y Remus? — Le preguntÃ³ incrédulo a Sirius.

— SÃp. — dijo Sirius con una risita. — Y Snape. Snape era un buen cazador cuando joven y Remus y yo éramos muy buenos bateadores.

— ¡Vamos contra los Merodeadores! — gritaron Fred y George a la vez, brincando y haciendo un bailecito.

— Nosotros ya dijimos lo mismo. — dijo Remus secamente.

— AsÃ que tenemos a Snape y Ginny como cazadores, Harry como el buscador, Remus y Sirius como bateadores. — dijo Bill. — ¿Quién es el otro cazador y quien es el guardiÃ¡n?

— Ni idea. — dijo Sirius prontamente. — Pero estoy loco por saberlo. ¿Y sabes? No me sorprenderÃa en lo absoluto si fuese alguien que necesitamos por aquÃ.

Los otros se echaron a reÃr. — Bueno. — bostezÃ³ Bill. — Ya nos dijeron que hacer, asÃ que sugiero que lo hagamos.

— De acuerdo. — dijo Percy, poniéndose de pie. — Ha sido un dÃa inmensamente placentero.

— Y uno que se repetirÃ¡ el aÃ±o que viene. — dijo Dumbledore. — Se convertirÃ¡ en un evento anual. Con Voldemort cosa del pasado, creo que invitaré a los padrea y hacerlo un dÃa para divertirse.

— Buena idea. — dijo Arthur jovialmente. — Estos juegos fueron bien divertidos.

— Vamos, cariÃ±o. — dijo Molly, agarrando el brazo de Arthur. — Los veremos a todos maÃ±ana. Yo solo espero recordar como se investiga en la biblioteca.

Harry se apareciÃ³ en el cuarto oscuro de Ginny, y rÃ¡pido lanzÃ³ un encanto de privacidad alrededor de sÃ mismo y la cama de Ginny. Lo Ãºltimo que querÃa era asustar a una de sus compaÃ±eras de cuarto. Con cuidado, puso a la muchacha sobre la cama y ligeramente le sacÃ³ el pelo de la cara.

Tan gentilmente como pudo, Harry le precediÃ³ a quitarle las tenis y los calcetines. De repente deseÃ³ que Molly estuviese aquÃ para ayudarlo. SabÃa que tenÃa que quitarle el sostén para que ella durmiera mÃ¡s cÃ³moda, pero hacerlo mientras ella estaba dormida parecÃa algo incorrecto. Por mucho que quisiera ver lo que habÃa debajo del brassiere, él querÃa hacerlo con ella despierta y animÃ¡ndolo a hacerlo.

Suspirando, Harry cerrÃ³ los ojos e hizo lo mejor que pudo transformando su ropa en algo mas cÃ³modo. Harry entreabriÃ³ el ojo y vio con alivio que habÃa logrado transformar la ropa de ella en un camisÃ³n largo.

Harry la arropÃ³ y le besÃ³ la frente con cariÃ±o.

— Te amo. — le susurrÃ³, y se ApareciÃ³ a su propia cama, haciendo nota mental de averiguar en qué estado estaba su cuarto de profesor.

Ginny se despertÃ³ y estirÃ³, para luego sentarse de repente. — ¿Me quedé dormida? — murmurÃ³. — Maldita sea, me quedé dormida. — por poco se echaba a llorar. Todas las veces que habÃa deseado pasar la noche con Harry, y él hasta le propuso un pre-compromiso. Y con su mamÃ¡ feliz como una lombriz, vino ella a quedarse dormida.

Ella se mirÃ³ a sÃ misma y parpadeÃ³. Antes de que se diera cuenta, estaba muriéndose de la risa. Harry definitivamente fue quien la habÃa puesto a dormir, y su futuro prometido se comportÃ³ tan noble como siempre, a pesar de la obvia tentaciÃ³n.

Su camisÃ³n era algo que iba a tener que guardar para la posteridad y enseÃ±Ã¡rselo a su mamÃ¡. Harry serÃa un mago increÃble, pero ella habÃa descubierto su talÃ³n de Aquiles: el transformar ropa. Su falda y camisa se habÃan unido en una sola pieza, cambiando a algo suave, aunque ella no estaba segura de que era el material. Ginny mirÃ³ dentro y ahÃ estaba, su sostén, impreso en el interior del camisÃ³n.

Ginny se quitÃ³ el camisÃ³n y lo doblÃ³, colocÃ¡ndolo en su baÃºl, para luego sacar ropa limpia y dirigirse para las duchas.

De: Ginny

Para: MamÃ¡

Asunto: Anoche

Buenas, mama. Solo para dejarte saber que mi querido pre prometido serÃ¡ el mejor luchador del mundo, pero voy a tener que ser yo la que arregle la ropa.

Para proteger mi dignidad, el chico transformÃ³ mi ropa en… algo que era bÃ¡sicamente todo lo que tenÃa puesto ayer unido en una sola pieza, incluido el sostén.

Gin

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Audaces fortuna juvat

De: MamÃ¡

Para: Mi pre-comprometida hija

Asunto: Re: Anoche

Debo decir que estoy complacida, aunque un poco sorprendida, ya que esperaba que él te pusiera dormir propiamente dicho.

Después de que dormiste, Harry decidiÃ³ que todos deberÃamos pasar mas tiempo en Hogwarts. De hecho, estaré pasando mis dÃas en la biblioteca con Bill, Charlie y Fleur. Yo solo espero recordar como se investiga.

¿Sabes el porque Harry piensa que las cosas van a cambiar hoy?

Con amor,

MamÃ¡ — la cual vio que tomaste prestada la firma de Harry.

De: Ginny

Para: MamÃ¡

Asunto: Re[2]: Harry

No me sorprende… todavÃa es que no pasamos de los besos. Uno de los dos estÃ¡ siempre inconsciente, dormido o muy ocupado para otra cosa. Es verdaderamente frustrante.

Y sÃ, se lo que va a pasar hoy. Pero no te lo puedo decir.

Con amor,

Ginny — es el lema de la familia, y como voy a unirme a su familia, serÃ¡ mi lema también.

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Audaces fortuna juvat

De: MamÃ¡

Para: Mi-ya-no-tan-pequeÃ±a-hijita

Asunto: Re[3]: Harry

Lo que sea que hagas con Harry, solo ten cuidado, por favor.

Y no necesito saber lo que va a pasar hoy. Me alegra saber que al menos Harry tiene a alguien en quien confiar.

Con amor,

MamÃ¡

De: Harry Potter

Para: Minerva McGonagall

Asunto: Esta maÃ±ana

Siento mucho molestarla un domingo, Minerva, pero si todos estÃ¡n trabajando hoy, me temo que la voy a tener que coaccionar también. ¿Puedo pasar la maÃ±ana con usted trabajando en mi forma animaga?

Saluditos,

Harry

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Audaces fortuna juvat

De: La Sub Directora del Colegio Hogwarts de Magia y HechicerÃa

Para: El NiÃ±o Que TomÃ³ Control

Asunto: Re: Esta maÃ±ana

Anexo: direcciones.pmt

Buenas, Harry.

Por alguna razÃ³n, no me sorprende tu pedido. Ven a mis alojamientos, desayunaremos aquÃ y luego repasamos lo bÃ¡sico para la transformaciÃ³n para luego empezar a cambiar formas.

Min.

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bostezando

De: Harry

Para: Mi futura esposa

Asunto: Esta maÃ±ana

Buenos dÃas mi amor,

QuerÃa dejarte saber que tengo una lecciÃ³n de occlumencia esta maÃ±ana que se me habÃa olvidado. Al mediodÃa tengo la reuniÃ³n aquella. ¿PodrÃas mantenerles el ojo a todos esta maÃ±ana y asegurarte que todo marche bien?

Averigua si puedes convencer a Flitwick para que también nos ayude. Prefiero no inmiscuir todavÃa a los estudiantes; dejarlos que disfruten de mas dÃas antes de ponerlos a trabajar.

Te quiero,

Harry

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Audaces fortuna juvat

De: La Futura Sra. Potter

Para: Sr. Potter

Asunto: Re: Esta maÃ±ana

Harry, siento mucho el haberme quedado dormida anoche. De veras que querÃa una buena sesiÃ³n de besos, pero te sentÃas tan bien y yo tan relajada que no lo pude evitar.

Pasaré la maÃ±ana en la biblioteca. Charlie puede ser un problema de distracciÃ³n ya que no le gusta estudiar, pero le recordaré sobre montar a Crenth para que se comporte.

Te quiero mÃ¡s,

Ginny

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Audaces fortuna juvat

Harry se dirigiÃ³ lentamente a la habitaciÃ³n de McGonagall, silbando suavemente. Se sentÃa mejor de lo que se habÃa sentido en buen tiempo. El dÃa libre le habÃa hecho muy bien, mÃ¡s de lo que pensÃ³ y se sentÃa rejuvenecido. Tener un dÃa donde no tenÃa que preocuparse de nada mas serio que quien ganarÃa una competencia habÃa sido fantÃ¡stico y él sabÃa que le debÃa a Ginny un gracias en privado tan pronto pudiera imaginarse que hacer para ella.

De todo lo que le habÃan dado, la paz del dÃa de ayer habÃa sido lo mejor.

Harry tocÃ³ la estatua segÃºn las instrucciones de McGonagall y un segundo mas tarde, esta se echÃ³ para atrÃ¡s revelando una puerta que se abriÃ³.

Harry se sorprendiÃ³ un poco al ver a su profesora vistiendo ropa muggle y con el pelo suelto.

— Se como relajarme, Harry. — dijo alegremente. — Entra y siéntate.

Harry asintiÃ³ y la siguiÃ³ hasta una pequeÃ±a cocina, donde habÃa una mesa puesta para dos. Harry se sentÃ³ y sonriÃ³ al reconocer las botellas sobre la mesa.

— Fred y George fueron muy generosos. — la profesora dijo. — Y me las arreglé para llevarme algunas botellas antes de que terminara el dÃa.

— Los dos estÃ¡n esperando recibir mucho dinero de vuelta. — dijo Harry con una sonrisa.

— A juzgar por la reacciÃ³n de los estudiantes, no lo dudo. — dijo ella secamente. — Come, no te pares en atenciÃ³n.

Harry sonriÃ³ y atacÃ³ su desayuno.

— Cambiar de forma, Harry, es mas mental que mÃ¡gico. — empezÃ³ Minerva. — EstÃ¡s forzando tu cuerpo a cambiar en una forma nueva. Esta forma no se sentirÃ¡ natural al principio. Son dieciséis aÃ±os de tu forma actual que tienes que cambiar y con el tiempo encontrarÃ¡s que te sentirÃ¡s bien tanto en una forma como con la otra.

— El proceso en sÃ es simple. Pones la imagen de lo que te quieres cambiar firmemente en tu mente, y luego usas tu magia para transformarte en esa forma. No hay ningÃºn hechizo, o encantaciÃ³n; es puramente tu magia interna.

— La primera vez que lo intenté, fue después de meses estudiando, y entendiendo como trabajaba mi magia para yo poder confiar en que me cambiarÃa de forma. TÃº no necesitas de eso. Ya tÃº conoces tu magia mejor que la mayorÃa de los magos.

— ¿Qué sientes cuando haces magia sin varitas?

Harry tragÃ³ lo que le quedaba de huevo y pensÃ³ por un segundo. — En control. — dijo lentamente. — En realidad es simple. De alguna forma le digo a mi magia lo que quiero hacer y lo hace por mÃ. Yo solo controlo cuanto poder estoy usando, para poder controlar la magia en vez de la magia controlarme a mi.

Minerva sonriÃ³ llanamente. — Eso es exactamente el punto, Harry. Es esa relaciÃ³n con la magia lo que facilita la habilidad animaga. Bebe algo y ven conmigo. Vamos a intentar una transformaciÃ³n.

— ¿Tan rÃ¡pido? — preguntÃ³ un sorprendido Harry.

Minerva asintiÃ³. — Piensa por un segundo, Harry. Ya tu sabes como Aparecer, y eso demuestra que puedes controlar tu cuerpo y tu magia lo suficiente como para transportarte a cualquier parte del mundo. Ya tienes los animales en tu mente, asÃ que sabemos que tienes la habilidad animaga, lo cual no es sorpresa porque tu padre fue uno, y el talento es usualmente hereditario. Y sabes como tu magia trabaja, asÃ que tienes las destrezas necesarias.

— Cuando tu padre, Sirius y Pettigrew se hicieron Animagi, ellos no sabÃan nada de eso y tuvieron que empezar en cero. Encima de eso, tuvieron que hacerlo mas lento, debido a Pettigrew, para que este estuviera a la par. Y ese nunca fue un mago muy fuerte que digamos.

Harry asintiÃ³ lentamente, todo lo que ella dijo tenÃa sentido. Y si Pettigrew lo logrÃ³, entonces Harry podrÃa lograrlo también.

— ¿Qué tengo que hacer? — preguntÃ³ con ganas.

Minerva sonriÃ³ y se dirigiÃ³ a su salita. — Observa mi magia, Harry, mientras me transformo.

Harry asintiÃ³, forzando un poco la vista, mientras la profesora lentamente se encogÃa y empezaba a crecer pelaje. Su transformaciÃ³n fue mucho mÃ¡s lenta que lo Harry habÃa visto, pero él pudo observar cÃ³mo la magia de ella flotaba alrededor y dentro de ella, mientras terminaba con la transformaciÃ³n.

No parecÃa muy difÃcil.

— Harry. — dijo Minerva tan pronto se transformÃ³ de vuelta. — Quiero que cierres los ojos y encuentres a tu lobo. Si gustas, te puedo ayudar a ponerte en trance.

Harry negÃ³ con la cabeza y cerrÃ³ los ojos. ConcentrÃ¡ndose, el muchacho llamÃ³ mentalmente al lobo para que viniera a él, y un segundo mas tarde apareciÃ³ de los rincones de su mente, como con ganas de salir corriendo.

— Lo tengo. — susurrÃ³ Harry.

— Excelente, Harry. Mantenlo en tu mente firmemente y luego deja que tu magia salga. Conviértete en el lobo, Harry. Cambia a él. DolerÃ¡ un poco al principio, pero es nada comparado con el maleficio Cruciatus.

Harry asintiÃ³ y lentamente dejÃ³ salir su magia. PodÃa sentir los cambios mientras ocurrÃan a su alrededor. Sus dedos se separaron, y aunque doloroso, no era tan malo como pensÃ³ que serÃa. PodÃa sentir uÃ±as enormes apareciendo en sus manos y los huesos empezando a cambiar de forma.

Harry abriÃ³ los ojos y vio como el cuarto se iba para arriba mientras él se encogÃa. Su espina dorsal cambiÃ³ de forma, forzÃ¡ndolo a estar en manos y pies. Harry abriÃ³ la boca y sintiÃ³ los dientes empujando hacia el frente dolorosamente. Harry tratÃ³ de gritar pero su lengua creciÃ³, llenando su boca.

De repente el dolor se detuvo, y Harry se mantuvo quieto. El muchacho mirÃ³ alrededor y parpadeÃ³ repetidamente. Todo se veÃa mas brillante y claramente. PodÃa ver de qué forma estaba hecho el sofÃ¡ y hasta pelo de gato pegado a este.

Harry inhalÃ³ profundamente y por poco tose. PodÃa oler el desayuno en el otro cuarto, las flores en la ventana y el olor a jazmÃn que venÃa de la profesora.

Harry vio alrededor y vio sus patas nuevas. Se veÃan enormes, con garras espectaculares. Harry alzÃ³ una pata, volteÃ¡ndola y examinÃ¡ndola, moviéndola levemente hasta encontrar como controlarla.

— ¿Harry? — la voz se escuchaba alta, muy alta y él mirÃ³ alrededor.

— ¿Por qué no das unos pasos?

Harry asintiÃ³ y moviÃ³ las patas de al frente… y por poco se cae.

— Tienes que hacerlo en cuatro patas. — escuchÃ³ decir a McGonagall, y podÃa escuchar que estaba casi riéndose.

Harry tratÃ³ de nuevo, tropezÃ¡ndose un poco, hasta que se convirtiÃ³ mÃ¡s natural para él. Era como nadar, en cierta manera, los movimientos innaturales e incÃ³modos hasta que se le hizo mÃ¡s fÃ¡cil y su cuerpo le decÃa qué hacer y como moverse.

Harry escuchÃ³ algo rodar por el suelo detrÃ¡s de él y se volteÃ³ saltando. GruÃ±endo, saltÃ³ sobre lo que era, con sus garras afuera.

— Lo siento. — dijo Minerva, aunque Harry se dio cuenta de que no lo sentÃa en absoluto. Su voz estaba mÃ¡s abierta hacia él. Harry gruÃ±Ã³ suavemente y mirÃ³ para ver un juguete para gatos atrapado en sus garras.

Harry lo tirÃ³ y se concentrÃ³ en caminar por el lugar.

Nunca se habÃa sentido tan poderoso, nunca con tanta energÃa, como si pudiera correr todo el dÃa y todavÃa poder proteger su camada y a su compaÃ±era.

Su compaÃ±era. QuerÃa ver a su compaÃ±era, pero sabÃa que no podÃa. Todo parecÃa tan simple en ese momento. Proteger a su compaÃ±era, proteger a su camada y detener todo lo que se le metÃa al frente.

Harry gruÃ±Ã³ de nuevo, un gruÃ±ido de advertencia hacia todos, al que se atreviera a ponerse al frente.

— Harry. — escuchÃ³ otra vez. — Quiero que te cambies de nuevo.

Harry se quejÃ³ un poco, no querÃa cambiarse de nuevo. Le gustaba estar asÃ.

— Ginny no es una loba, Harry. — escuchÃ³ decir, y podÃa escuchar la diversiÃ³n en la voz de ella. — Haz como hiciste antes, pon en tu mente la imagen tuya y deja que tu magia haga el resto.

Harry asintiÃ³ y encontrÃ³ su forma en su mente. Era diferente regresar, como ponerse un par de pantalones, cÃ³modo y seguro.

— Wow. — dijo suavemente, mientras se ponÃa de pie. Harry mirÃ³ alrededor y parpadeÃ³. — ¿Y mi ropa donde estÃ¡?

Minerva se echÃ³ a reÃr, echando la cabeza para atrÃ¡s. — De todas las preguntas que podÃas hacer, Harry. Tu magia se encarga de la ropa, al igual que los lentes.

Harry asintiÃ³. — Eso fue increÃble. — dijo. — Me sentÃa tan fuerte, como si nada se pudiera meter en mi camino. No me querÃa cambiar de vuelta.

— Todos nos sentimos asÃ la primera vez. — dijo ella. — Se hace mÃ¡s fÃ¡cil cada vez hasta que se convierte en parte de ti. MaÃ±ana trabajaremos tu otra forma. Ahora, debes de estar cansado. ¿Te gustarÃa dormir una siesta?

Harry asintiÃ³ de nuevo. Ahora que ella lo mencionaba, se sentÃa cansado. El muchacho colapsÃ³ en el sofÃ¡ que habÃa examinado antes y se acurrucÃ³. Un segundo mas tarde estaba dormido.

De: Min Victoriosa

Para: Filius

Asunto: Chico lobo

¡Lo logrÃ³!

Estuvo magnifico.

Albus me dio una pista hace algÃºn tiempo, sugiriendo que mirara a la relaciÃ³n de Harry con la magia. Resulta que él ya tiene esa habilidad. Solo le dije que hacer, le demostré una vez y dejé que él lo intentara.

Ahora mismo estÃ¡ dormido en mi sofÃ¡; maÃ±ana intentamos la otra forma.

Min

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ronroneando como una mÃ¡quina de cortar grama

De: Flitwick FilosÃ³fico

Para: Minerva Maravillosa

Asunto: Re: Chico lobo

¡Felicidades!

¿CÃ³mo se veÃa?

De: Min Mala

Para: Fil FrÃvolo

Asunto: Re[2]: Chico lobo

No te lo voy a decir. No te lo voy a decir. No le voy a decir a nadie para no arruinar la sorpresa.

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todavÃa ronroneando

De: Minerva

Para: Albie

Asunto: Harry

Albus,

Harry ha completado de forma exitosa su primera transformaciÃ³n.

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ronroneando feliz

De: Tu jefe

Para: miembro del staff

Asunto: Re: Harry

¿Y que mÃ¡s? Por favor, Min, detalles.

Albus

De: Sin mi no podrÃas correr la escuela

Para: Jefe obstinado

Asunto: Re[2]: Harry

Tampoco te lo voy a decir. Eso se lo dejo a Harry.

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chillido

Harry despertÃ³ de su siesta, sintiéndose refrescado. MirÃ³ su reloj y se estirÃ³, antes de ponerse de pie y caminar hacia la cocina. — Nunca me habÃa dado cuenta que tan duro los profesores tienen que trabajar.

Minerva levantÃ³ la mirada de las tareas que estaba corrigiendo. — ¿Me ayudas?

— Normalmente me encantarÃa. — dijo secamente Harry. — Pero tengo una cita.

— Seguro. — dijo Minerva haciendo una mueca. — Ven a verme maÃ±ana en la tarde y trabajamos en tu halcÃ³n.

Harry asintiÃ³. — Gracias por todo.

Ella le sonriÃ³ de vuelta. — Uno de los mejores regalos que un educador puede recibir es un estudiante que escucha y sobresale. Ahora, ve a tu reuniÃ³n, tengo quince ensayos que corregir.

Harry asintiÃ³ y se despidiÃ³, caminado fuera del alojamiento y dirigiéndose hacia el de Severus. Harry tocÃ³ a la puerta y entrÃ³ cuando esta abriÃ³.

— ¿Listo? — preguntÃ³.

— Bastante. — respondiÃ³ Severus con una leve sonrisa.

— ¿Nervioso?

— En cierto sentido sÃ. El primer amor es siempre especial, aÃºn cuando las cosas no funcionen y Bella fue mi primer amor.

— Yo también lo estoy. — admitiÃ³ Harry. — Este es el dÃa que todo cambia. Si todo sale bien, tendré una espÃa en el cÃrculo interior y mis planes estarÃ¡n casi completos. — el joven pausÃ³ y se sacudiÃ³ ligeramente. — Voy a Aparecernos a los dos en el borde del bosque. Creo que no debemos de ser vistos.

— Buena idea. — dijo Snape. — ¿Nos vamos?

Harry ofreciÃ³ la mano y cuando Snape la tomÃ³, ApareciÃ³ a los dos a través de las barreras y dentro del bosque.

— ¿Sabe adonde hay que ir? — preguntÃ³ Harry.

— Esa es el tipo de pregunta que se hace antes de salir. — dijo Snape bromeando.

— Cierto es. — dijo Harry encogiéndose de hombros. - ¿Sabe donde es?

— Claro que sÃ. — respondiÃ³ Snape. — Por aquÃ.

Los dos entraron en el bosque. A pesar de que era media maÃ±ana, el bosque estaba oscuro y se sentÃa opresivo.

Harry oliÃ³ el aire de forma ausente, de repente dÃ¡ndose cuenta de que era el lobo dentro de él haciendo eso. PodÃa oler algo, y se dio cuenta de que querÃa cambiar formas. HabÃa algo en este bosque que llamaba a su otra forma.

Los dos siguieron en silencio hasta que Snape dijo. — Vengo aquÃ para buscar ingredientes para pociones.

Harry asintiÃ³ y mirÃ³ alrededor. — Puedo ver el porque. — dijo riendo. — ¿Es mas barato, verdad?

Snape asintiÃ³. — Albus odia ver si el presupuesto se gasta en cosas que los de tercer aÃ±o convierten en basura.

Harry se rio suavemente.

— AquÃ estamos.

Los dos entraron a un claro circular. Casi parecÃa un lugar de reuniones con Ã¡rboles caÃdos rodeando el claro y un cÃrculo de piedras en el medio. Harry camino hacia un lado y se sentÃ³ cÃ³modamente.

— ¿Va a querer hablar con ella en privado? — Harry preguntÃ³ a Snape.

Snape pensÃ³ por un segundo y luego se encogiÃ³ de hombros. — No lo se. — admitiÃ³. — Solo la he visto cuando estaba espiando estos Ãºltimos quince aÃ±os.

Harry asintiÃ³ y mirÃ³ su reloj. Cuando el reloj dio la 1pm, ella llegÃ³.

— Puntual. — dijo Harry secamente sin ponerse de pie.

— Potter. — dijo Bellatrix con una mueca desdeÃ±osa, aunque parecÃa que era algo automÃ¡tico mas que otra cosa.

— Bella. — dijo Snape.

— Sev. — respondiÃ³ Bellatrix, una ligera sonrisa asomando a su rostro.

— Bueno, usted todavÃa se ve hecha una mierda. — dijo Harry casualmente. — Azkaban no le favorece.

— Pues no. — dijo Bella. — Y no tengo ningÃºn deseo de regresar allÃ¡.

— ¿Se da cuenta que en este momento, es mas seguro que le rompa el cuello de que la ayude?

— ¿TÃº? — rio Bella burlonamente.

Harry se puso de pie, moviéndose tan rÃ¡pido como pudo, forzÃ¡ndose a llegar hacia ella lo mÃ¡s rÃ¡pido posible. Harry convocÃ³ su espada del salÃ³n del ED y se detuvo, quieto y mirando a los ojos de Bella, con la espada apuntando la garganta de ella.

Ella palideciÃ³ dramÃ¡ticamente y lo mirÃ³ en shock absoluto.

— ¿Por qué no la mato ahora mismo? — demandÃ³ frÃamente, mirando a la mujer que se habÃa atrevido tratar de tocar a su Ginny.

Ã‰l vio el reconocimiento en los ojos de Bella, reconocimiento que usarÃa a su favor.

— ¿Severus? — murmurÃ³ ella pidiendo.

— No, Bella. — dijo Snape, detrÃ¡s de él. — Las cosas han cambiado. Trabajo para él ahora.

— No lo se. — dijo Bella honestamente, contestando la pregunta original.

Harry se echÃ³ para atrÃ¡s, mandando la espada de vuelta a su lugar habitual con un chasquido de los dedos. — Le tengo un trato de tÃ³melo o déjelo para usted, Bellatrix.

— ¿Qué? — preguntÃ³ Bella con voz quebrada, cayendo de rodillas y con aire derrotado.

— Usted hace lo que yo le diga, y se la darÃ¡ una segunda oportunidad cuando Voldemort sea derrotado. No se le darÃ¡ carta blanca, solo una sentencia suspendida. Lo que eso significa es que usted me paga personalmente por sus crÃmenes.

— ¿Qué tengo que hacer?

— Usted va a espiar para mÃ. Usted harÃ¡ lo que Sev hizo, y cuando el momento sea el adecuando, usted harÃ¡ todo lo que tenga que hacer para que Voldemort haga lo que quiero que haga.

— Voldemort me matarÃa si descubre esto. — dijo Bella suavemente.

— ¿Y en que se difiere eso a lo normal?

Bella sonriÃ³ torcidamente. — En nada, en realidad. — dijo ella. — Has cambiado.

— Lo se. — dijo él. — ¿Tenemos un trato?

— ¿Si lo hago, me remueve la marca tenebrosa?

Harry asintiÃ³ una sola vez.

— ¿Y me dejarÃ¡ vivir después?

— Tiene mi palabra.

— Lo haré. ¿Qué tal mi hermana?

— ¿Qué le pasa a ella? — preguntÃ³ Harry con frialdad.

— ¿Lo mismo puede aplicar para ella?

— Mientras mÃ¡s gente sepa, mÃ¡s peligro habrÃ¡ para usted.

— Narcissa nunca le dirÃa a nadie, ni siquiera a Lucius.

Harry suspirÃ³ suavemente. — Okey, le daré el mismo trato. Si ella puede persuadir a Lucius de apoyarla a usted cuando le diga lo que quiero, serÃa Ãºtil.

— Gracias. — dijo Bella, un poco incÃ³moda diciendo la palabra.

Harry asintiÃ³. — Sev estarÃ¡ en contacto, yo no.

Bella asintiÃ³.

— ¿Sev? — preguntÃ³ Harry.

— Nada. — dijo el otro simplemente.

— DirÃa que ha sido un placer, pero estarÃa mintiendo. — dijo Harry. — Y estÃ¡ mÃ¡s que bienvenida a tratar de traicionarme. SerÃa retrasar mis planes, pero como quiera ganaré, y cuando lo haga, usted verÃ¡ el porque Voldemort me teme. — dijo esto Ãºltimo con la voz mÃ¡s frÃa que pudo.

Bella asintiÃ³. — No lo traicionaré. — dijo simplemente. — Voldemort estÃ¡ otra vez en pie. Lucius le consiguiÃ³ un tipo de pociÃ³n que tenÃa guardada y parece que lo regresÃ³ a su estado humano. — ella le hizo una seÃ±a a Severus y se desapareciÃ³.

Severus caminÃ³ a donde estaba Harry y se sentÃ³ en el tronco de un Ã¡rbol. — La ibas a matar. — dijo tranquilamente.

— Estaba echÃ¡ndomelas. — dijo Harry, colapsando en la grama.

— ¿EchÃ¡ndotelas? — preguntÃ³ Severus en shock.

— Absolutamente. — suspirÃ³ Harry. — Ella estÃ¡ acostumbrada a tratar con Voldemort, asÃ que sabÃa que tenÃa que hacerle entender de mala manera. Ella necesitaba ver que yo era capaz de ofrecerle el futuro que ella quiere.

— Me asustaste.

Harry se encogiÃ³ de hombros. — Pensé que lo harÃa. — dijo. — Por eso no le dije nada de antemano. QuerÃa que su reacciÃ³n fuera también genuina.

— Lo fue. — dijo Sev riendo. — Y mi lavanderÃa apreciarÃa que nunca me hables de esa manera de nuevo.

Harry echÃ³ una risotada. — Necesito un trago. No esperaba que Voldemort se pusiera de pie tan rÃ¡pido.

— ¿Las Tres Escobas?

— Buen plan. — dijo Harry.

— Te pago el almuerzo. — ofreciÃ³ Snape.

— AllÃ¡ te veo. — dijo Harry, Desapareciéndose de allÃ sin molestarse en ponerse de pie.

Después de almorzar, Harry se dirigiÃ³ a la Biblioteca de Hogwarts, sintiéndose un poco cansado. Harry rio suavemente cuando vio una de las mesas. HabÃa una lÃnea de pelirrojos estudiando libros con sus parejas al otro lado.

Harry se acercÃ³ a Ginny silenciosamente. — Oye guapa. — ronroneÃ³. — ¿Vienes aquÃ seguido?

Ginny no levantÃ³ la mirada. — A veces. — se dignÃ³ a contestar.

— ¿Te gustarÃa un trago? — preguntÃ³ el joven.

— No me interesa. — dijo Ginny, todavÃa sin levantar la mirada.

Los otros estaban mirando intensamente.

— Mi futuro esposo es bien celoso. — continuÃ³ Ginny. — A él no le gustarÃa que me vaya con cualquiera que me trate de levantar en la biblioteca.

— Ã‰l no me asusta. — dijo Harry riendo. — ¿Y que tiene de malo la biblioteca? — él se moviÃ³ mas cerca de ella y rÃ¡pidamente puso las manos bajos los brazos de ella y la levantÃ³ en vilo sobre la silla.

— BÃ¡jame, pedazo de bestia. — dijo Ginny dramÃ¡ticamente.

— Oh no. — dijo Harry risueÃ±o. — Estoy probando que te puedo levantar en la biblioteca.

Ginny suspirÃ³ en voz alta. — Eso sÃ que fue un chiste flojo.

— Lo se. — dijo él girÃ¡ndola en sus brazos. — Pero tienes razÃ³n.

— Claro que la tengo. — dijo ella. — ¿Sobre qué?

— Soy celoso. — dijo Harry. — Y no te comparto con nadie.

— Muy bien. — Ginny sonriÃ³ y colocÃ³ los brazos alrededor del cuello de él. Ella lo halÃ³ y lo besÃ³ suavemente. — Como sea te quiero, con todo y los chistes flojos.

— Muy bien. — dijo Harry tal si fuera un loro.

— ¿CÃ³mo te fue hoy?

Harry caminÃ³ hacia la cabecera de la mesa y se sentÃ³, con Ginny sobre el regazo. — Muy buenas reuniones. Las cosas van segÃºn planeadas. — les dijo a todos. — Las cosas se estÃ¡n colocando y la marea va a la direcciÃ³n que quiero.

— Estas empezando a sonar como Dumbledore. — se quejÃ³ Ron.

Harry parpadeÃ³ y se echÃ³ a reÃr. — Vaya, gracias, creo. — dijo riendo. — Ahora que estoy en el otro lado de las cosas, entiendo el porqué Dumbledore habla como lo hace. Tiene perfecto sentido si conoces los dos lados de la historia.

— Como sea. — continuÃ³ Harry. — Charlie, vienes conmigo. El resto continÃºen.

— ¿Y yo que? — dijo Ginny con ojos de cachorrito.

— Donde quieras estar, amorcito. — dijo Harry.

— Buena respuesta. — apreciÃ³ Ginny. — Me quedo investigando.

Harry se estirÃ³ y mirÃ³ a sus cansados compaÃ±eros de biblioteca. Charlie habÃa sido un estudiante animado, mÃ¡s que listo para salir corriendo antes de aprender a caminar, y Harry pasÃ³ bastante rato aguantÃ¡ndolo mientras a la vez lo empujaba. Como sea, el segundo de los Weasley tenÃa talento, y eventualmente podrÃa comunicarse con los dragones.

— Muy bien, terminemos por hoy. — dijo Harry. — Hoy vimos demasiados libros y tenemos buenas pistas que seguir. MaÃ±ana tenemos escuela y trabajos asÃ que a dormir se ha dicho.

— ¿Me cargas? — preguntÃ³ Ginny yendo hacia él.

— Siempre. — sonriÃ³ Harry. — Pero quiero hablar contigo a solas. Tengo algo que enseÃ±arte.

— Apuesto a que sÃ. — dijo Charlie con una risita.

— ¡Por Dios, esa mente! — exclamÃ³ Harry.

Charle bufÃ³ burlÃ³n.

— Larguémonos de aquÃ. — suspirÃ³ Harry a Ginny. — Buenas noches a todos. — terminÃ³ él, mientras colocaba un brazo alrededor de Ginny y los AparecÃa al Cuarto de los Requerimientos.

— ¿Por qué estamos aquÃ? — preguntÃ³ Ginny.

— No he sido franco contigo. — dijo Harry suavemente.

— ¿Qué quieres decir?

— No he estado tomando lecciones de occlumencia. He estado aprendiendo a ser animago con Min.

Los ojos de Ginny se abrieron de par en par. — ¿De veras? — se las arreglÃ³ para decir.

Harry asintiÃ³. — No querÃa decirle a nadie todavÃa.

— Buen plan. — dijo ella sonriendo aprobando.

— ¿No estÃ¡s enojada?

— ¿Me vas a enseÃ±ar, verdad?

Harry asintiÃ³.

— Entonces, claro que no estoy enojada. — dijo ella con una amplia sonrisa.

Harry se rio suavemente y sacudiÃ³ la cabeza. El joven se moviÃ³ al centro del lugar y se concentrÃ³. Como hizo antes, puso al frente de sÃ la imagen del lobo y se transformÃ³. Esta vez fue mÃ¡s fÃ¡cil.

Harry estirÃ³ su nuevo cuerpo y trotÃ³ hacia Ginny, oliéndola. Si hubiese podido, se hubiese echado a reÃr. PodÃa sentir un tenue olor de él en ella, marcÃ¡ndola como suya. Harry puso la cabeza en las rodillas de ella y la mirÃ³, dejÃ¡ndose llevar por el deseo de estudiarla desde ese Ã¡ngulo y perspectiva diferente.

— Oh, Harry. — dijo ella suavemente. — Eres precioso.

Harry hizo un mohÃn, no muy seguro de que precioso era la palabra adecuada para él.

Ginny alargÃ³ la mano y le rascÃ³ la cabeza. Harry presionÃ³ la cabeza mas firme contra los dedos de ella, queriendo un toque mas firme. Harry girÃ³ un poco la cabeza y lamiÃ³ los dedos de ella, haciendo que ella se riera. Ella sabÃa a limpia y fresca y suya.

— ¿Puedes caminar para mÃ? — preguntÃ³ Ginny.

Harry se alejÃ³ de ella y empezÃ³ a caminar por el Cuarto. A la que se acostumbraba a moverse de nuevo, empezÃ³ a trotar, acostumbrÃ¡ndose a los mÃºsculos que podÃa sentir, antes de salir corriendo lo mÃ¡s rÃ¡pido que pudo. Muy pronto encontrÃ³ como usar la cola para balance y como usar las garras para mantenerse de pie. Lo prÃ³ximo que hizo fue brincar alrededor del lugar, pausando para mirarla y brincar de un solo salto hasta donde estaba ella.

Harry llegÃ³ donde ella y trotÃ³ a su alrededor.

— Eso fue increÃble. — dijo Ginny sonriendo feliz. La muchacha se arrodillÃ³ y abrazÃ³ a Harry, escondiendo el rostro en el pelaje. — Mi precioso Harry. — murmurÃ³.

Harry le ladrÃ³ gentilmente y se apartÃ³, volviéndose a su forma humana. — ¿Qué crees? — preguntÃ³, recordando lo cansado que se sintiÃ³ la primera vez que lo hizo. — TodavÃa me saca mucho. — confesÃ³, aguantando un bostezo.

— IncreÃble. — Ginny dijo simplemente. — Pero se nota que necesitas dormir.

— Verdad es. — admitiÃ³ Harry mirando al sofÃ¡.

— Consigue una sÃ¡bana, Harry. — dijo Ginny, quitÃ¡ndose los zapatos y acercÃ¡ndose.

Ã‰l asintiÃ³ y se quitÃ³ los zapatos también.

Ginny sacÃ³ su varita y agrandÃ³ el sofÃ¡, hasta que parecÃa una cama. Ella lo hizo acostarse, quitÃ¡ndole la sÃ¡bana. Con un movimiento experto de su muÃ±eca, ella puso la sÃ¡bana sobre él y luego gateÃ³ por encima hasta quedar acurrucada a su lado.

— Buenas noches. — murmurÃ³ ella, besÃ¡ndolo suavemente.

— Buenas noches. — murmurÃ³ él de vuelta, casi dormido antes de decir las palabras.

De: Las chicas de Harry

Para: Profesor Dumbledore

Asunto: Cuarto de Harry

Profesor, el cuarto de Harry estÃ¡ terminado. ¿CÃ³mo va a hacer para entregÃ¡rselo?

Las chicas

De: Albus P Dumbledore

Para: Destacamento Multi-casa

Asunto: Re: Cuarto de Harry

Cuidadosamente, es la palabra que me viene a la mente. Ahora que Dobby lo ha agrandado un poco, mas grande que el mÃo. No me gustarÃa que los otros profesores se sintieran mal por eso.

Les diré casualmente que los elfos se empeÃ±aron en hacer el cuarto un poco mÃ¡s grande.

¿Ustedes estarÃ¡n allÃ para darnos el tour?

A.D.

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Jefe de Magos del Wizengamot y Gran Hechicero de la ConfederaciÃ³n Internacional de Magos

De: Blaise — de parte de las chicas

Para: Director escurridizo

Asunto: Casa

Profesor… ¿en cual casa estuvo usted cuando estudiÃ³ en la escuela? Porque he notado tendencias decididamente de Slytherin de parte suya.

Blaise

De: Estimado Director

Para: Estudiantes Curiosas

Asunto: Re: Casa

Me temo que esa informaciÃ³n es una a base de necesidad-de-saber solamente. Y nadie mÃ¡s necesita saber.

A.D.

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Jefe de Magos del Wizengamot y Gran Hechicero de la ConfederaciÃ³n Internacional de Magos

De: Padma — con las otras

Para: Director, Hogwarts

Asunto: Re[2]: Casa

Eso sonÃ³ como un reto.

Considérelo aceptado seÃ±or.

Padma

De: Un Feliz Albus

Para: Jefes Felices

Asunto: El Colegio

Buenos dÃas a todos,

Acabo de tener una maravillosa conversaciÃ³n por mensaje mÃ¡gico con algunas de nuestras estudiantes de sexto aÃ±o. Por primera vez, me vieron como algo mÃ¡s que el respetado director y me trataron como una persona. Lo encontré refrescante.

De todos modos, ahora estÃ¡n con la misiÃ³n de saber a cual Casa pertenecÃ cuando vine a Hogwarts, asÃ que por favor, no las ayuden.

Albus

--
Jefe de Magos del Wizengamot y Gran Hechicero de la ConfederaciÃ³n Internacional de Magos

De: Una Cansada Min

Para: TÃo Albie

Cc: Los otros jefes

Asunto: Re: El Colegio

Me alegro por ti. Aunque por qué tuviste que decirme esto tan temprano, no lo se. Mientras no se olviden que eres el Director.

M — la que va a tratar de dormir cinco minutos mÃ¡s

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Haciéndome un ovillo

De: TÃo Albie de hecho

Para: TÃa Min

Cc: Los que no gruÃ±en

Asunto: Re[2]: El Colegio

TÃº sÃ que eres de hablar, Min — tÃº la que invita a Harry a compartir desayuno — tu tienes una casa llena de gente que se te puede acercar. Como director, yo tengo que caminar una lÃnea fina, para que no se vea que favorezco a ninguna casa — y siendo el director, significa que no he podido pasar el tiempo que me gustarÃa pasar conociendo a la prÃ³xima generaciÃ³n de adultos que estamos adiestrando.

A veces ser director es un trabajo en solitario. Tomé este trabajo porque me gusta enseÃ±ar, y me gusta ver a los niÃ±os convertirse en adultos. Correr la guerra me ha alejado de todo eso y el hecho de que finalmente estoy en un punto donde la gente se siente libre para hablarme me llena de gozo.

Albus.

--
Jefe de Magos del Wizengamot y Gran Hechicero de la ConfederaciÃ³n Internacional de Magos

De: El ahora despierto Sev

Para: El Viejo solitario y los otros

Asunto: Re[3]: El Colegio

Si quiere ayudar, siéntase en la libertad de asistir con mi clase de pociones de primer aÃ±o.

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Trabajando por la derrota del Gran Cretino desde hace Quince AÃ±os

De: Pommie la que también se despertÃ³

Para: Sev — y el resto

Asunto: Re[4]: El Colegio

AquÃ me estoy riendo sobre mi café. Pero Snape tiene razÃ³n, TÃo Albie. Cuando todo este lÃo con Voldemort se termine, ¿Por qué no empieza a enseÃ±ar de nuevo?

De: Semi-despierto Flitwick

Para: TÃo Albie

Cc: el trÃo bromista

Asunto: Re[5]: El Colegio

Estoy de acuerdo con todos — regrese a algo que le gusta hacer. Le caerÃ¡ a las mil maravillas.

De: Albus Excitado

Para: Maravillosos (si acaso bromistas) colegas

Asunto: Re[6]: El Colegio

Lo haré. Y creo que pasaré la maÃ±ana refrescando en algunas cosas. El reporte para Fudge puede esperar.

--
Jefe de Magos del Wizengamot y Gran Hechicero de la ConfederaciÃ³n Internacional de Magos

Harry se despertÃ³ lentamente y sonriÃ³ mirando al techo. PodÃa sentir a Ginny a su lado y oler el pelo de ella. Era algo relajante y excitante ya que estaba lo suficientemente despierto para disfrutarlo.

Harry pasÃ³ sus manos por la espalda de ella suavemente sobre la camiseta verde que ésta tenÃa puesta antes de mirar su reloj.

— Gin. — murmurÃ³ suavemente.

— No me quiero despertar. — farfullÃ³ Ginny, presionando la cara en el hombro de él. — Caliente, cÃ³modo, hueles bien.

Harry se rio suavemente. — ¿Vamos a desayunar?

— PreferirÃa tenerte. — murmurÃ³ ella.

— No tenemos el tiempo.

— Nunca tenemos el maldito tiempo. — gruÃ±Ã³ Ginny. — Tan pronto como Tommy-maldito-Riddle esté muerto, espero que me lleven a un sitio calmado y tener al menos una semana con Harry Potter solo para mi; la ropa serÃ¡ opcional.

Harry se moviÃ³ un poco, tratando de ocultar que mucho le gustaba la idea.

La mano de Ginny se posÃ³ casualmente sobre el pecho del muchacho. — AsÃ que no soy la Ãºnica que le gusta la idea.

— Bruja. — suspirÃ³ Harry.

— Tu bruja. — dijo Ginny. — Y no lo olvides.

— Como si pudiera. — dijo Harry.

— Muy bien. — Ginny se sentÃ³ y le dio un beso ligero. — Necesito una ducha. — dijo suspirando.

— Yo también. — comentÃ³ Harry.

— ¿Compartimos una? — ofreciÃ³ Ginny.

Harry debatiÃ³ consigo mismo. Por un lado querÃa ver a Ginny desnuda. QuerÃa tocarla desnuda. BÃ¡sicamente querÃa hacer todo lo que Canuto le dijo sobre estar desnudo. Pero por el otro lado, tenÃa mucha hambre, ya que no comiÃ³ la noche anterior y tenÃa pociones a primera hora esa maÃ±ana.

Su mente decidiÃ³ cuando escuchÃ³ el estÃ³mago de Ginny rugir. — Duchas a solas. — dijo con firmeza. — Luego a desayunar y entonces podremos hablar sobre la conservaciÃ³n del agua.

— Un tema que suena muy interesante. — Dijo Ginny, risueÃ±a. — Y que tomarÃ¡ mucha acciÃ³n de parte nuestra.

— Absolutamente. — Harry colocÃ³ el brazo sobre ella y los ApareciÃ³ de vuelta a la torre Gryffindor. Estaba vacÃa con todos los estudiantes desayunando.

— ApresÃºrate. — dijo él sonriendo.

Ella asintiÃ³ y saliÃ³ corriendo escaleras arriba.

Harry la vio irse y se dirigiÃ³ a las duchas de los varones, casualmente tirando sus ropas en el cesto de la ropa sucia.

Después de una ducha rÃ¡pida se sentÃa mas despierto, si acaso con mÃ¡s hambre. Harry caminÃ³ hacia su dormitorio y buscÃ³ su uniforme. Después de un segundo deliberando, decidiÃ³ no ponérselo, en caso de que algo pasara hoy. Harry se puso una camisa verde oscura y un par de pantalones, con la tÃºnica de la escuela por encima.

Harry pasÃ³ los dedos sobre el pelo y caminÃ³ de vuelta a la sala comÃºn, a esperar a Ginny.

Ã‰sta se apareciÃ³ minutos mas tarde, con las tÃºnicas abiertas, mostrando el uniforme debajo.

Harry se puso de pie y le besÃ³ lentamente. — Mm, fresco menta. — murmurÃ³.

Ella se echÃ³ a reÃr. — Besos mÃ¡s tarde, comida ahora.

— Seguro. — dijo Harry riendo. — Se mejor que meterme entre una Weasley y su comida.

— ¿Qué quieres decir con eso? — demandÃ³ Ginny.

Harry los ApareciÃ³ casualmente al Gran SalÃ³n. — Nada. — dijo con aire inocente.

— AjÃ¡. — Ginny dijo. — Buenas. — saludÃ³ ella a Ron y Hermione. — Les recomiendo que Harry los transporte alrededor de Hogwarts. Es mejor que caminar.

— ¿También podremos dormir con él? — preguntÃ³ Lavender mas abajo en la mesa.

— No. — dijo Ginny con firmeza. — Eso es reservado para mÃ.

— ¿Qué tal no dormir con él? — preguntÃ³ Parvati.

— La oportunidad serÃa mejor. — gruÃ±Ã³ Ginny.

Ron tenÃa una expresiÃ³n en la cara, mitad broma, mitad alivio, y mitad remordimiento. — Ustedes dos de veras que necesitan alejarse de aquÃ. — farfullÃ³.

— Seguro que sÃ. — dijo Ginny en acuerdo.

— Y tan pronto Voldemort aprenda las diferentes formas en que se puede usar un tridente, lo haremos. — dijo Harry.

— ¿Pero saben lo que es extraÃ±o? — preguntÃ³ Ron. — El hecho de que es lunes, tenemos pociones a primera hora y que de veras quiero ir.

Hermione y Harry se echaron a reÃr, y Hermione le dio un beso en la mejilla. — Nunca cambies. — dijo ella con cariÃ±o. — ¿Vas a estar en clase hoy?

— Eso espero. — respondiÃ³ Harry. — La absorciÃ³n de la Cerveza de Mantequilla debe salir bien.

— No puedo esperar a que llegue a Hogsmeade. — dijo Lavender. — No quiero volver a tocar la cerveza vieja de nuevo.

— Que bien. — dijo Harry. — A los gemelos les encantarÃ¡ escuchar eso. — Harry alargÃ³ la mano y llenÃ³ su plato.

— ¿Hambriento? — preguntÃ³ Ron.

— Anoche no comÃ. — dijo Harry, encogiéndose de hombros. — Y usé mucha magia. Me podrÃa comer un venado crudo.

Hermione le frunciÃ³ el ceÃ±o. — Por favor, estoy comiendo.

— Lo siento. — dijo Harry con una risita, y un poco perturbado porque la idea de comerse un venado crudo le parecÃa buena. Debe de ser el lobo dentro de él, pensÃ³ para sÃ, mientras se comÃa cuatro salchichas.

Harry abrazÃ³ suavemente a Ginny por un segundo y luego atacÃ³ su desayuno con ganas. TenÃa mucha hambre, y si se concentraba lo suficiente, podrÃa comer sin parecer un animal.

Harry terminÃ³ su plato y exhalÃ³ suavemente. — Mucho mejor. — dijo con una sonrisita.

— Creo que nunca te he visto comer tanto. — dijo Ginny, sonando sorprendida.

— TenÃa hambre. — explicÃ³ Harry de nuevo.

— Ya lo vimos. — dijo riendo Hermione.

— Harry. — la voz del profesor Dumbledore los interrumpiÃ³. — Tus habitaciones estÃ¡n listas. Te las voy a mostrar hoy después de la cena, y te daremos tu itinerario de lecciones también.

— Gracias. — dijo Harry con otra sonrisa.

— Mas vale que te apresures, no vayas a llegar tarde a clase.

Harry mirÃ³ alrededor, sorprendido de ver que eran los Ãºnicos en el lugar.

— Vamos. — dijo a los otros. — Te veré al mediodÃa. — le dijo a Ginny.

Ella sintiÃ³ y le dio un abrazo rÃ¡pido antes de salir corriendo.

Harry brincÃ³ sobre la mesa y agarrÃ³ los hombros de sus dos amigos y rÃ¡pidamente los ApareciÃ³ al sÃ³tano de pociones.

— Ginny tiene razÃ³n. — dijo Ron risueÃ±o. — Es mejor tomar el Harry.

— ¿Tomar el Harry? — preguntÃ³ éste. — ¿Acaso ahora soy un taxi?

Hermione resoplÃ³. — No, hueles mejor que un taxi.

Harry gruÃ±Ã³ y levemente los empujÃ³, abriendo la puerta.

— Tomen asiento. — dijo Snape casualmente. — Esperaba que llegaran tarde, considerando el tamaÃ±o del desayuno que te comiste.

— Nah. — dijo Ron riendo. — Ã‰l quemÃ³ la mitad del desayuno cuando brincÃ³ sobre la mesa y nos ApareciÃ³ aquÃ.

— Estoy aquÃ, saben. — recordÃ³ Harry.

— Lo sabemos. — apuntÃ³ Hermione. — Pero estamos hablando de ti, no contigo.

— Vaya, gracias. — se quejÃ³ Harry.

Snape hizo una mueca. — Vamos, tomen asiento.

Harry tomÃ³ asiento y rÃ¡pido mirÃ³ cuando su notificaciÃ³n de mensajes se activÃ³.

De: Super-espÃa

Para: Maestro EspÃa

Asunto: EspÃa

Harry, tienes un maldito espÃa en Hogwarts. Alguien que debiÃ³ haber escuchado algo esta maÃ±ana. Voldemort acaba de recibir un mensaje hace unos minutos y ordenÃ³ a un grupo de mortÃfagos para que ayudaran a Lucius con algo. No se lo que es, pero sÃ se que hay un trasladador envuelto.

Bella

De: Los gemelos en problemas

Para: Harry

Asunto: ¡Ayuda!

¡Harry, necesitamos ayuda ahora! ¡Estamos en la primera fÃ¡brica de cerveza de mantequilla y un chorro de mortÃfagos se apareciÃ³! Estamos luchando con los duendes. ¡ApresÃºrate!

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Sortilegios Weasley — Muy pronto en el CallejÃ³n Diagon

De: Lord Voldemort

Para: Nott

Anexo: direcciones.pmt

Asunto: Venganza

Nott,

Llévate maÃ±ana un escuadrÃ³n de mortÃfagos para esta direcciÃ³n. Captura a los familiares de Potter y mata a los padres de Dean Thomas — les vamos a demostrar a todos lo que sucede cuando me desafÃan.

Cuando los tengas, le enviaré un mensaje a Potter, demandando que me ruegue por la vida de su familia.

--
Victoria o Muerte

Author Notes:

Bueno, ha pasado tiempo desde la Ãºltima vez. Para aquellos preguntÃ¡ndose, he estado escribiendo otras historias, juntando a Harry con otros personajes y digamos que esta historia la puse un poco de lado.
Como siempre, mi agradecimiento a Elsielann, Pixiellie, Musings, RDPrice, Camille y Grey Wizard por su tremendo trabajo ayudÃ¡ndome con esta historia. Cualquier error que se quedÃ³ es mÃo.
Bueno, basta de verborreas, que siga el espectÃ¡culo.
Notas de Arios: pos, eso mismo….

¿145 pÃ¡ginas? Y yo que juré que no escribirÃa mÃ¡s que el capÃtulo anterior.
Pos, que se le va hacer. AquÃ aproveché y maté otro cliché. ¿Por qué en fanfiction a Harry no se le permite tener un dÃa libre sin ser atacado?
Hice algunos errores en el capÃtulo anterior, uno de esos fue el cambiar el segundo nombre de Kingsley, y usar algunas palabras fuera de contexto.
También dije que seguirÃa usando a Blaise hasta que hubiera una fémina Slytherin decente… bueno, cuando miré bien, me di cuenta de que existÃa una Daphne Greengrass. Pero, como sea, como yo empecé esto antes de que se confirmara el sexo de Blaise, decidÃ dejarlo como estaba.
AsÃ que tenemos un espÃa en Hogwarts. Pobre Harry, deberÃa haberse acordado que la gente habla. ¿Alguna idea de la identidad del espÃa? Las pistas estÃ¡n en la historia.
Para discusiones y otras cosas me pueden encontrar en mi yahoogroup: http://groups.yahoo.com/group/jeconais_fanfiction/
Este es el penÃºltimo capÃtulo, solo falta uno mas. Todas las piezas estÃ¡n cayendo en su lugar, todo lo que necesitan es un empujoncito.
Les prometo que no habrÃ¡ otra espera tan larga para la parte final, porque quiero terminar esta historia antes de que HBP llegue.

~*~

(1) Fred Vonsexjaimer y George Bestasalvajus — mis intentos de que se lea como alemÃ¡n y las obvias connotaciones sexuales. Obviamente Fred y George son, como dirÃa Austin Powers, two sexy beasts.

(2) Brote — juego de palabras. En ingles brote se dice "Sprout"

(3) Chiste del fandom en inglés: OBHWF = One Big Happy Weasley Family.

(4) Algo asÃ como el "tira y tÃ¡pate" que se juega en Puerto Rico. Pero en este, todos se tiran con una seria de bolas y si la bola te pega, estÃ¡s fuera. Vean la pelÃcula dodge ball para mas referencias.

Guerra Declarada El dÃ­a libre de Harry Potter

By Jeconais

Guerra Declarada
El dÃa libre de Harry Potter